Sus carreras deportivas comenzaron por separado. Él, pequeño de estatura, con siete u ocho años de edad gustaba de corretear y desafiar el peligro en su bicicleta china por las calles de Santiago de Cuba. Ella, con excelentes condiciones físicas, pedaleaba en su natal Jiguaní, provincia de Granma, sin grandes sobresaltos. El inquieto Arnold fue rechazado, en un primer momento, por los entrenadores, quienes no le veían cualidades físicas para el deporte de las bielas y los pedales. Mientras, la serena Yudelmis demostraba ser un diamante en bruto, ávido de ser pulido para causar la admiración de todos.

Se conocieron después de muchos años, primero como simples colegas de profesión. Luego llegó el amor a sus vidas, y decidieron compartir juntos casa, entrenamientos, éxitos, fracasos, adrenalina y lesiones. Hoy los múltiples medallistas Arnold Alcolea y Yudelmis Domínguez bajan de sus bicicletas para dialogar un rato con Play-Off.

─ ¿Cómo llega el ciclismo a sus vidas?

Arnold Alcolea: «Mi historia es bastante larga. Cuando niño me enganchaba en los carros y guaguas en la ciudad de Santiago de Cuba, me embalaba por las calles, echaba carreras con otros muchachos loma abajo. Por supuesto, me caí varias veces, pero no me podía alejar de la bicicleta. Desde los cuatro años la dominé.

Arnold Alcolea y Yudelmis Domínguez
El ciclismo forma parte de sus vidas. FOTO: Hansel Leyva

Eran tantas las caídas y los deseos de montar, que mi familia me insertó en una academia deportiva. Matriculé en la Escuela de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) provincial de Santiago de Cuba con mucho trabajo, pues era muy pequeño de estatura. Sin embargo, todavía no tenía decidido ser ciclista, lo mío era montar bicicleta por afición. No pensaba convertirme en deportista.»

Por el físico los entrenadores no me querían, me miraban como un obstáculo en sus labores, me decían que abandonara, que no llegaría a ciclista. Pero yo insistí en que tenía fuerza para pedalear. No se convencieron de mis cualidades hasta que comencé a ganarle a mis propios compañeros de academia».

Yudelmis Domínguez: «Empecé en el ciclismo en mi provincia, Granma, con 11 años, aunque aprendí a montar a los cinco. Las bicicletas siempre me gustaron. Cuando estaba en séptimo grado me captaron para la ESPA provincial de la ciudad de Bayamo.»

En mis primeros Juegos Escolares Nacionales gané dos medallas de oro y dos de plata. En mi segunda participación obtuve cuatro de oro. Entonces, con 16 años, me pasaron al equipo nacional, en La Habana».

─ ¿Cuánto han tenido que sacrificar para obtener resultados relevantes?

Arnold Alcolea: «Un ciclista es como un corredor de maratón. Tengo casi 17 años en el deporte y es mucho el sol que se coge en una bicicleta. Los entrenamientos son en ocasiones de ocho horas, con una media de cuatro diarias. Mi tope máximo de entrenamiento ha sido entre 315-320 kilómetros.»

Las condiciones del tiempo no son malas, pero el sol fuerte te pasa factura en los entrenamientos, de ahí la importancia de una buena alimentación e hidratación para contrarrestar todas estas dificultades. He sacrificado ahorros personales para comprar la alimentación necesaria para mantener mi rendimiento en las prácticas. Si no lo hago, no ganaría nada».

Arnold Alcolea y Yudelmis Domínguez
FOTO: Hansel Leyva

Yudelmis Domínguez: «Desde que entré al equipo nacional estoy lejos de mi casa. Me he perdido momentos importantes de mi familia por dedicar todos estos años al ciclismo; apenas la veo una vez al año. Son pocos los ratos de esparcimiento.

Desde que formé pareja con Arnold es que he venido a conocer un poco más La Habana. El velódromo ha sido mi casa todo este tiempo».

─ ¿Momentos cumbres en sus carreras?

Arnold Alcolea: «Lo que más perseguí fue ir a una Olimpiada. Tengo medallas en Panamericanos y Centroamericanos. Faltó la mundial y la olímpica, pero he ganado etapas y vueltas en Cuba y otros países. He sido líder de la Montaña, de la Regularidad.

Son muchos los momentos agradables en mi carrera y cada uno tiene una significación especial. Guardo gratos recuerdos del Tour de San Luis, en Argentina. Allí corren ciclistas profesionales y he podido ubicarme en buenas posiciones, un año terminé noveno, quedé segundo en una etapa de montaña. En la Vuelta al Táchira, en Venezuela, me impuse en una etapa. Fui líder durante varios meses en 2009 del UCI América Tour, acabando tercero ese año».

Yudelmis Domínguez: «Tengo medallas de oro en citas panamericana y centroamericana, pero el resultado que guardo con mayor emoción es el bronce en una Carrera por Puntos en el año 2013 durante una parada de la Copa del Mundo en el velódromo de Aguascalientes, México.

El oro y la plata son valiosos, pero esa carrera la tuve que luchar bien, bien duro. Es un bronce con sabor a gloria. Fue una carrera de 100 vueltas al velódromo, donde había ganadoras de otras Copas del Mundo como la checa Camila Machacova —plata en el evento. En esa prueba me escapé varias veces, perseguí a las líderes, fue algo extraordinario para mí. A ese velódromo le guardo cariño por el resultado que en él obtuve».

─ ¿Cuánto influye una buena bicicleta para un buen resultado?

Arnold Alcolea: «Se puede ser buen corredor y tener una bicicleta mala y no ganar. Ese poquito que siempre hace falta para ser primero o segundo te lo puede dar competir con una buena bici. Si participas con una que está por debajo del nivel de la de los otros corredores, cuesta más trabajo sacar ese extra que define a los campeones.»

Un ciclista, para obtener buenos resultados y mantenerse en la élite, debe cambiar su bicicleta todos los años; a nosotros nos tiene que durar como mínimo cuatro. Si pides una, la solución que te ofrecen es ponerle gomas y cámaras nuevas. ¿Y la cadena? ¿Y los cambios? »

Los cubanos nos preocupamos por la bicicleta, mientras que en otros países no lo hacen de manera tan minuciosa. La carrera de un ciclista aquí no tiene el necesario reconocimiento.

En ocasiones te arman una bicicleta vieja y con ella te mandan para la competencia. Hay quienes corren con cuadros soldados, eso es un peligro para la vida».

Yudelmis Domínguez: «He competido con varias bicicletas. Algunas se me han partido, por suerte he contado con la ayuda de colegas que me prestan las suyas. Tengo una bici marca Look desde hace más de 12 años, con esa corro la pista, la cuido como lo más preciado de mi vida. Participé en la Contrarreloj individual de los centroamericanos de Veracruz, en un circuito que tenía varias elevaciones, con una bici prestada por una ciclista, era un equipo con unos cuantos años de uso, con un piñón más chico y una biela más grande. Aun así entré cuarta, perdí el bronce por dos milésimas de segundo. La competidora que se adueñó del bronce tenía una bicicleta mucho más moderna».

─ ¿Cómo ven al ciclismo cubano en la actualidad?

Arnold Alcolea: «Son varias las dificultades que tenemos y que se tienen que solucionar. La alimentación no es la adecuada para un ciclista de Selección Nacional, se acerca pero no es la idónea. El corredor tiene que llevar en su dieta pastas, cereales en el desayuno, ricos en carbohidratos. Los lácteos y la fruta no te pueden faltar en los entrenamientos en carretera. Con un pudín y una barra de guayaba no se puede hacer 100 kilómetros de ruta. Eso solo lo vemos aquí.»

Arnold Alcolea y Yudelmis Domínguez
FOTO: Hansel Leyva

Igual ocurre con los métodos de entrenamiento. Si se quiere aspirar a desarrollar un ciclismo de élite, tiene que haber una cabeza pensante que conduzca a los talentos que se descubren para la consecución de objetivos. Hacer un corredor de primer nivel requiere un trabajo mínimo de cinco años. En dos o tres, no se aprende todo.»

Al ciclista no puedes bajarlo de la bicicleta por su edad, sino por los resultados que no sea capaz de obtener. Hay quién alcanza sus mejores resultados a los 24 años, pero hay otros que lo obtienen a los 37 o 38, como Chris Horner, ganador de la Vuelta a España con 41 abriles en 2013.

Si no hay nadie que te supere se tiene que respetar tu posición, siempre y cuando no desees retirarte por tu cuenta. Hoy por hoy no se hace así en la Selección masculina».

Yudelmis Domínguez: «El relevo de nosotras es pequeño. Solo contamos con Marlies Mejías y Arlenis Sierra. Las otras no tienen el nivel de estas muchachas, ni por asomo. Incluso, todavía Yoanka y Yumari no tienen rivales.

─ ¿Planes para el futuro…?

Arnold Alcolea: «Pienso retirarme, es mucho tiempo compitiendo, obteniendo resultados, pero en estos momentos me siento decepcionado del ciclismo cubano. Desde haceun año lo vengo considerando, pero el amor por este deporte me había hecho dejarlo para más adelante. Se han dado situaciones que nunca pensé que ocurrirían, y prefiero retirarme antes de que pasen otras cosas. A lo mejor en unos años, si las condiciones cambian, regreso; la puerta puede quedar abierta. Hoy prefiero dar un paso al lado y dedicarme a mi familia.

No me siento cómodo asistiendo al Velódromo Nacional Reynaldo Paseiro. Luego de ir a una vuelta a Martinica este año, decidí no correr más».

Yudelmis Domínguez: «Pienso regresar al ciclismo luego del período de maternidad. Me gustaría competir para obtener medalla en campeonatos del mundo. Muchas obtienen sus mejores resultados tras convertirse en madres, compiten con mayor fuerza y energía».