La ausencia de Leinier Domínguez y el bajo Elo medio del grupo Elite (2649 puntos, categoría XVI de la FIDE) pudieran motivar interesantes comentarios sobre la edición 53 del Memorial Capablanca 2018 de ajedrez, que tendrá lugar en La Habana, del 9 al 19 de mayo.

Pero esas son cuestiones irreversibles, por lo que quizás resulte más provechoso valorar otro tema poco feliz para la afición del juego ciencia en Cuba: la hegemonía foránea.

Una mirada retrospectiva sugiere que no es una cuestión del presente, pues desde que se inauguró la cita más importante de los trebejos en la Isla, hace 56 años, el dominio de los visitantes ha sido notorio.

Solo 10 coronas han quedado en casa y entre los ilustres extranjeros que se agenciaron el cetro figuran el polaco-argentino Miguel Najdorf, los soviéticos Viktor Korchnoi y Vassily Smyslov, el sueco Ulf Andersson, el húngaro Peter Leko y el inglés Anthony Miles.

¿Quiénes han sido los anfitriones que han logrado ganar el título? El primero fue el villaclareño Guillermo García, quien dominó en 1977 y 1980, tres años antes de que Jesús Nogueiras se llevara el primero de sus dos pergaminos consecutivos: 1983 y 1984.

Los últimos titulares cubanos en la pasada centuria fueron Amador Rodríguez, en 1989, y Walter Arencibia, mandamás en la cita de 1990.

En el siglo XXI no abundan los monarcas cubanos del Capablanca. Apenas el mayabequense Leiner Domínguez y el tunero Lázaro Bruzón han quebrado el paso arrollador de los Alexander Volzhin (Rusia), Julio Granda (Perú), Francisco Vallejo (España), Wesley So (cuando vino a Cuba competía por Filipinas), Zoltán Almasi (Hungría), Krishnan Sasikiran (India), Yu Yangyi (China) y el gran Vasilly Ivanchuk (Ucrania), este último recordista, con siete coronas. 

El Ídolo de Güines triunfó en 2004, 2008 y 2009, mientras que Bruzón exhibe en su palmarés el cetro de 2002. El cálculo es simple: hace nueve años ningún cubano festeja el título en el grupo principal del evento.

Leinier Domínguez será el gran ausente, por Cuba

Este año regresa Lázaro Bruzón el apartado Élite, en un certamen matizado por ser uno de los más parejos de los últimos tiempos, aunque con un Samuel Shankland, de Estados Unidos, con credenciales de favorito por su reciente —y sorpresivo— título nacional, por delante de “monstruos” como Fabiano Caruana, Hikaru Nakamura y So.

Además, el norteamericano posee un Elo de 2701 tras adicionar 30 rayas en la lid de su país, números que lo ubican cuarto en los listados de su nación y del continente, así como en el escaño 44 del orbe.

Frente a Shankland, el cubano solo ha jugado una vez (6 de marzo de 2018) y el desenlace no pasó de la igualdad en el torneo Spring Chess Classic, disputado la ciudad estadunidense de San Luis.

El enfrentamiento particular de Bruzón ante los demás contendientes del apartado principal, muestra clara ventaja sobre su connacional Yusnel Bacallao (2594) y el español David Antón (2646), así como resultado parejo versus el ruso Aleksandr Rakhmanov (2635). Según la página oficial de la Federación Internacional, el cubano no ha jugado con Aleksey Dreev (2653), también de Rusia.

Bacallao, quien entró en la nómina como sustituto del venezolano Eduardo Iturrizaga (2652), es uno de los cubanos más estables en las últimas campañas, pero Bruzón lo ha vapuleado históricamente. De 2007 a la fecha, el tunero le ha ganado en siete ocasiones, con seis tablas y una solitaria derrota.

Con Rakhmanov ha pugnado en cuatro ocasiones, con un triunfo per cápita y dos armisticios, mientras que Antón sí ha sufrido tres “latigazos” del caribeño y además suma otros tres empates.

El ibérico de 22 años aún debe recordar la derrota ante Bruzón en la primera ronda de la Copa del Mundo de Tbilisi, Georgia, disputada en septiembre del pasado año. Allí el número uno de Cuba —por la inactividad de Leinier Domínguez, claro está— venció con piezas blancas y luego firmó tablas con negras para certificar su avance a la siguiente instancia.

Bruzón por redimirse en el Capablanca 2018

El análisis de las actuaciones más recientes de Lázaro Bruzón en el Memorial Capablanca pudieran generar desconfianza. Solo en 2014 estuvo a la altura de los pronósticos, cuando concluyó segundo detrás de So, con acumulado de 5,5 de 10 posibles e incremento de 12 anotaciones para su Elo.

El resto de sus participaciones en la actual década han sido discretas, al finalizar sexto y último en 2010, 2011 y 2015, con pésimas actuaciones: dos, tres y 3,5 unidades, respectivamente.

En 2012, 2016 y 2017 no disputó el torneo y en 2013 decidió probar suerte en el Grupo Abierto, en el cual se impuso con siete puntos en 10 partidas, pero dejó 13 rayitas en el camino.

Incluso, sobre Bruzón pesa el mal recuerdo de que en varias ediciones se retiró antes de concluir el torneo —justo cuando su desempeño era muy errático—, casi siempre con el pretexto de presentar “problemas de salud”.

Bruzón llega ahora como el segundo jugador de mayor fuerza en el Élite —2664 puntos—, con un balance global favorable antes los rivales de turno y la motivación del regreso luego de dos años de ausencia. Pudiera ser este el momento idóneo para intentar un asalto a la cima.

Diez partidas separan al cubano de la posibilidad de traer a casa un nuevo título, el primero en la actual década y apenas el onceno en 56 años de historia del Memorial Capablanca.