Foto: José Raúl Castillo

Brayan Chi miraba fijamente la tabla de lanzar. Tiró la pelota hacia arriba varias veces y su rostro no mostraba mucha satisfacción.

En el inicio del cuarto inning durante su primera apertura de la pasada 59 Serie Nacional del béisbol cubano, Brayan, luego de dos outs, le había permitido cuatro hits de manera consecutiva a los Tigres de Ciego de Ávila. La ventaja de 10-0 que tenía Industriales cuando inició esa cuarta entrada, se redujo a 10-2 en el score. Un wild pitch y cuatro lanzamientos aislados de la zona de strike —el tercer boleto de Chi aquella tarde del 12 de agosto de 2019—, dejaron las bases llenas con dos outs. Para entonces, el diestro de apenas 20 años, uno de los lanzadores de más perspectivas en el staff de los Industriales, abandonaba el montículo del estadio Latinoamericano.

El camino del box al dugout, parecía más lejano de lo común para Chi, quien recibió el afecto de sus compañeros y, quizás para su asombro, la felicitación del colectivo de dirección por su trabajo. La es frustración normal para cualquier lanzador cuando la primera apertura de la temporada no cumple las expectativas, pero Chi demostró que su enfoque superaba todo eso.

Se secó el rostro con una toalla y, tras unos minutos mirando hacia el suelo en una esquina del dugout, rápidamente se conectó con la acción del partido. Revisó la carta de picheo y no dejó de atender a cada detalle, incluso antes y después de celebrar cuando el relevista Elder Nodal completó el cero en ese cuarto inning.

“Creo que ahí estuvo mi éxito para completar un gran año, en el enfoque y la preparación que nunca descuidé”, le dijo Chi a Play-Off Magazine. “Antes y después de cada partido me preparé en todos los sentidos, por eso sabía que los resultados iban a salir. Lo único que siempre me propuse fue trabajar duro. Entrenar sin límites y fortalecer todo lo que necesita un lanzador para estar alejado de lesiones y poder brindarle la seguridad necesaria a mi equipo en una temporada larga”.

Después de aquella primera presentación, lanzando apenas 3 ⅔ innings con dos limpias permitidas, la actuación de Chi no era la única apertura preocupante. A nivel general, el picheo de Industriales soportó 39 hits y 60 corredores embasados en esa primera serie del año contra los Tigres de Ciego de Ávila.

Así que, ante la ausencia del veterano diestro pinareño, Vladimir Baños, la gran incógnita naciente era… ¿Quién se haría cargo como figura principal de la rotación de abridores? Con apenas 28 ⅓ innings lanzados en toda su carrera, con discreta marca de 1-3 en dos temporadas, Chi no se perfilaba realmente como ese “salvador”. Sin embargo, su talento y el constante pensamiento avanzado, junto a la ayuda de sus entrenadores y su total dedicación, le permitieron a Brayan Chi robarse los titulares en buena parte del resto de la temporada.

“Después de aquella primera apertura fui haciendo ajustes. No todos los días te sientes igual. En aquella primera apertura mi velocidad estaba bien, pero creo que no mezclé acertadamente los lanzamientos. De ahí en adelante, me tracé la meta de mezclar más. De intentar siempre que mis rivales fueran por otro lance, para poder sorprenderlos”, reveló Chi sobre su plan estratégico que, tras esa primera apertura, comenzó a hacer estragos.  

Chi, quien cerró registrando una impresionante tasa de 10.3 K/9 (ponches por cada nueve innings) en el Campeonato Nacional Sub-18 con el equipo de La Habana, superó el reto como abridor en el resto del circuito general con Industriales. En la primera gira del equipo, impactó con tres sólidas aperturas, donde se fue con balance de 2-1, venciendo a Cienfuegos y Las Tunas. El éxito contra los Elefantes evitó la barrida y, su triunfo contra los Leñadores, a quienes dejó en tres hits durante seis entradas, giró la balanza 2-1 a favor de los Leones en aquella primera serie particular.

Las claves del cambio

¿Cuáles fueron las claves? La bola rápida de Chi se mantuvo entre 88-92 mph de manera sostenida en cada apertura, pero el talentoso chico de 20 años abrumó a sus rivales con la gran mezcla. Ese objetivo que se propuso, ser impredecible en cada lanzamiento, comenzaba a generar comentarios de sus oponentes.

Con una slider rápida y excelente curveball —ambos de buena rotación— que fueron prácticamente inalcanzables durante todo el año, Chi hizo estragos en aquellas tres salidas como visitante: le batearon apenas .186 (11 hits en 59 veces al bate) y ponchó a 17 bateadores en los 16 ⅔ innings que lanzó. Permitió solo dos extra bases contra sus 73 oponentes e, incluso, cuando perdió contra Santiago de Cuba en el estadio Guillermón Moncada, ponchó a ocho durante 5 ⅔ de labor.

Al final, Industriales salió con marca de 5-7 en aquella gira, un resultado negativo de manera general, pero una de las grandes perspectivas nacientes había sido el efectivo trabajo de Chi. Y, de ahí en adelante, todas las expectativas que crecían, Brayan Chi las superó con una gran actuación para encabezar la rotación junto a Vladimir Baños. Después de 19 aperturas, el dominio de Chi sobre la loma fue admirable a sus 20 años: Lanzó para marca de 7-5 en 110 innings, donde ponchó a 86 oponentes y dejó a sus rivales en una pobre línea ofensiva de .246/.345/.319 (AVG/OBP/SLG).

Con esos resultados, Brayan fue el tercero más ponchador de la liga y, lo más importante: El segundo lanzador que menos promedio le permitió a sus contrarios (.246), quedando detrás del diestro de los Leñadores de Las Tunas, Carlos Juan Viera (.232). Así que, los grandes ajustes de Chi fueron decisivos para dar un gran salto y convertirse en una de las figuras de “breakout” más sobresalientes de la temporada.

De haber registrado apenas 23 innings en los que soportó una efectividad de 5.87 y fue bateado (.856 OPS) en 2018, Chi dio un giro total y definió todas las fortalezas y perspectivas que había generado desde que encabezaba la rotación de abridores en los teams Cuba Sub-18. A decir verdad, su consistencia mereció mejor suerte, pues lanzó para ganar al menos 10 juegos y terminó con siete indecisiones en sus 19 aperturas. Sin embargo, lo importante para Chi fue probar que podía superar la presión y convertirse en uno de los más seguros en la rotación de Industriales.

“Creo que la confianza de mis entrenadores y el apoyo de todos en general, me ayudó bastante para desarrollarme. No me propuse números, me propuse brindarle a mi equipo la posibilidad de ganar en cada apertura. Para eso trabajé y seguiré trabajando”, dijo Chi sobre una de sus claves para extender tanto dominio encima del box. Pero, además de ese rendimiento y su gran talento ya probado, que ahora está en un punto donde se combinan diferentes perspectivas presentes y futuras, Chi reveló que no se detendrá en seguir superándose.

Brayan, quien sorprendió en 2019 mostrando uno de los mejores cambios de velocidad de la liga, sigue demostrando que su pensamiento no se detiene en el éxito de la pasada campaña. No, va mucho más allá, intentando mejorar cada uno de sus lanzamientos y fortalecer su brazo.

Comúnmente, no se encuentran lanzadores con apenas 20 años y la mentalidad de Chi, quien aún cree que aumentar la velocidad de su bola rápida será un importante valor agregado, pero el verdadero éxito está en el comando de sus lanzamientos.“Quiero ser aún más dominante”, dijo Chi. “Pero no estoy pensando exactamente en ponchar. No, quiero buscar que cada uno de mis lanzamientos sea cada vez mejor y llevarlos a un nuevo nivel”. Algo muy importante para un lanzador es confiar en que todos sus lanzamientos estén listos para cualquier momento o situación de juego, y eso me propongo”.

Esa misma perseverancia y el deseo de ser tan poco predecible como dominante, llevó a Brayan Chi a explorar nuevas armas para el dominio. “Yo no tiraba cambio de velocidad”, confesó Chi, quien compartió su visión sobre el difícil y efectivo lanzamiento que mezcló con su bola rápida y el slider. “En Cuba, hay muchos lanzadores que implementaron la utilización de cambio de velocidad, y siempre he escuchado a mis entrenadores que es fatal cuando se utiliza adecuadamente.

A veces, los lanzadores jóvenes no confían en el cambio de velocidad. Es lógico que la bola rápida sea su primer lanzamiento y la prioridad cuando asciendes de los juveniles a la categoría de mayores, pero Chi fue uno de esos chicos talentosos que expandió su pensamiento y escuchó consejos. “El cambio de velocidad, como dicen los entrenadores, no suele hacerte daño en el brazo. Normalmente, suele ser letal, porque lo tiras como si fuera una recta y haces el mismo movimiento. Yo no lo había incorporado a mi repertorio, hasta que me lesioné cuando implementaba el ‘tenedor’. Así que probé adicionar el cambio a mi mezcla y, como ves, fue un éxito”.

En aquella primera gira de 2019 con Industriales, Chi comenzó a agregar el cambio de velocidad, que rápidamente se adecuó entre sus dedos. “Creo que la clave del efecto que logré con el cambio fue, más que por el agarre, debido al recorrido del brazo y mi movimiento natural. Gracias al muñequeo, y a la mecánica de lanzar que tengo, logré que saliera”, dijo Chi.

Durante la temporada, Chi fue tomando cada vez más confianza con su cambio de velocidad que, en ocasiones, confundió a varios especialistas y jugadores, quienes lo calificaron como una “slider” o “tenedor”. ¿Cuál era la razón? La rotación brusca hacia abajo que le hacía la bola y, sobre todo, la habilidad de Chi para moverlo por cualquier punto de la zona de strike.

“Había salidas en las que, al inicio, el cambio de velocidad se me quedaba alto, pero aun así fue consistente. En días como esos, valoré si lo ajustaba sobre la marcha o mezclaba mi slider, pero puedo decirte que fue muy efectivo para mí”, dijo Chi, quien lanzó el cambio de velocidad en cualquier conteo, situación de juego o, incluso, cuando los bateadores lo esperaban. Fue devastador, al punto que, en más del 50% de sus 82 strikeouts durante la temporada regular de 2019, Chi pudo ponchar apelando a su cambio de velocidad.

Perfección para un arma letal

Pero, más allá de la temporada, incluso contando su gran apertura de calidad en el Juego 3 de la semifinal contra los Toros de Camagüey, Brayan Chi ha seguido perfeccionando su cambio letal, ahora formando parte de la preselección Nacional del equipo Sub-23. “Siempre traté de que, cuando lanzara el cambio de velocidad, se me quedara bien abajo, para restarle posibilidades al bateador”, dijo, mientras calentaba su brazo en el bullpen luego de haber limitado al team Cuba a una carrera en cinco innings con apenas 80 lanzamientos tras el primer partido de preparación.

“Creo que si logro eso cuidadosamente con el cambio de velocidad, perfeccionarlo junto a mis otros lanzamientos, seré aún más dominante y creceré como lanzador”.

Lo cierto es que, a los 20 años —cumplirá 21 el próximo 22 de marzo—, Brayan Chi dio el gran salto en su carrera. Ascendió como se esperaba desde que encabezó el staff de lanzadores en el team Cuba Sub-18 y, luego de 116 ⅓ innings lanzados durante la temporada 2019-2020, se colocó a base de talento entre la élite actual de los lanzadores en el béisbol cubano.

Su enfoque sigue estando en trabajar fuerte, fortalecer su brazo y seguir asumiendo retos sobre la lomita. “Ahora mismo me siento listo para ayudar a mi equipo Sub-23 a clasificar al Mundial de la categoría desde el próximo torneo clasificatorio en Honduras”, confesó Chi acerca de su perspectiva inmediata. “Pero, sobre todo, quiero estar listo y bien preparado en todos los sentidos, ya sea para asumir como primer lanzador de Industriales en la 60 Serie Nacional, con el equipo Cuba rumbo al Preolímpico o en un contrato futuro si algún equipo profesional se interesa por firmarme”.

Incluso en medio de la entrevista, Chi no dejó de apretar una pelota en sus manos y mover sus dedos por las costuras hasta que, en un instante mientras conversaba con Play-Off Magazine, volvió al agarre de su cambio de velocidad.

Brayan Chi
Foto: Yirsandy Rodríguez.

“Sí, esto se ha hecho familiar”, dijo Chi sonriente, mientras mostraba cómo preparaba sus dedos para el lanzamiento que lo sacó de tantos momentos difíciles sobre la loma. “Creo que es un gran momento en mi carrera y quiero superarme, aprender mucho más y perfeccionar mucho mi control. En esta preselección (Sub-23) estamos trabajando muy fuerte y otra de mis metas es trabajar para aumentar la velocidad”.

“Si la velocidad de la recta mejora, mis lanzamientos rompientes y el cambio de velocidad lo harán también, y eso siempre es importante para un lanzador”.

Simplemente, como aquella primera prueba de fuego cuando abrió el Juego 3 de Industriales el pasado 12 de agosto de 2019, Brayan Chi está pensando más allá de la acción. Su enfoque, incluso cuando no está intentando evadir los swings de sus oponentes en la loma, busca encontrar la mejor secuencia estratégica posible para lanzar. Cuando puedes apreciar ese nivel de concentración y enfoque en un lanzador de apenas 20 años, es realmente admirable.

Chi sabe eso y también aprecia lo que significó su actuación para Industriales, la fanaticada y, como ejemplo, para muchos jóvenes talentosos que quieren buscarse un lugar en la historia como lanzadores.

“Sólo les pido a la afición que estén ahí, apoyándome en las buenas y también en las malas. Por mi parte, daré todo mi mayor esfuerzo y disfrutaré cada momento”.

“A todos, gracias por el apoyo, y les pido una vez más que confíen en mí”.