Aunque no se manejan cifras exactas en estos procederes, a pesar de que hace años existe el intercambio de peloteros entre Canadá y Cuba, es de imaginarse por las características propias de la Liga Can-Am y sus reglamentos que no se pague mucho. Una ganga, algo que comparado con los salarios que los atletas cubanos perciben en la Isla es una “millonada” pero que, a fin de cuentas, no se acerca a tal cosa.

El límite del roster de los equipos en dicha liga es de 22 peloteros, entre 5 y 8 deben ser novatos. Para los jugadores extranjeros, la clasificación y el nivel de salario serán determinados siempre por la liga. Por ejemplo, LS-1: con menos de dos años de servicio, LS-2: con menos de tres años de servicio, LS-3: con menos de 4 años de servicio y, así, LS-4 y LS-5 hasta llegar a veteranos. Los cubanos de las Águilas de Trois-Rivieres (Alexander Ayala y Miguel Lahera) entran en la categoría LS-2.

Según el sitio Reddit, que toma fuentes como Baseball America, la liga independiente Can-Am paga 2000 USD al mes, mientras que otras fuentes en Internet sitúan los salarios entre 2000 y 3000. Nunca pueden sobrepasar los 4000.

Yurisbel Gracial (Izquierda), Lázaro Blanco (centro) y Yordan Manduley durante la firma de contrato con el equipo Capitales de Québec de la Liga Independiente Canadiense Americana
Yurisbel Gracial (Izquierda), Lázaro Blanco (centro) y Yordan Manduley durante la firma de contrato con el equipo Capitales de Québec de la Liga Independiente Canadiense Americana. Foto: Roberto Morejón /Periodico JIT

O sea, que el mejor lanzador de Cuba —hoy en todos los titulares deportivos de Quebec—Lázaro Blanco, los dos mejores short stop, Ayala y Yordan Manduley, y uno de los prospectos más inmediatos, Julio Pablo Martínez, están siendo vendidos, en correspondencia con su nivel, por franco menudeo. No es eso lo que realmente valen.

Con razón, TJ. Stanton, mánager de las Águilas, se frotó las manos sin disimulo. Dice que en noviembre pasado dio una lista de cinco jugadores cubanos que le interesaban y que cuando le confirmaron que Lahera (quien ya había jugado antes en otra liguilla menor como la colombiana) y Ayala se unirían al equipo apenas podía creerlo porque ambos estaban en lo más alto de su lista de peticiones.

«Los dos ocuparán posiciones importantes en el equipo. Espero que marquen la diferencia».
Del sitio oficial de los Capitales, el mánager Patrick Scalabrini descubriría que con el contrato del granmense Lázaro Blanco, incorporaba un segundo as a la rotación.

«Creo que puede lanzar muchos innings y aportar muchas victorias. Es un lanzador diferente a Ismel Jiménez (contrato de 2015), cambia el ángulo de salida de los lanzamientos y la velocidad de estos. Asumimos que como no tiene esa gran velocidad, veremos muchos sliders y sinkers, eso sí, bien combinadas».

Scalibrini dijo al diario Le Soleil que lamentaba que Roel Santos fuera a por la liga profesional japonesa —mejor pagada, por ejemplo, Alfredo Despaigne gana 3,52 millones de dólares por temporada— pero que Julio Pablo tenía condiciones similares y que el guantanamero había sido “muy bien vendido” por las autoridades cubanas.

Así está la Can-Am —que al menos tiene un salario fijo— pero la Intercounty Baseball League (IBL) de Ontario, donde militan cuatro cubanos, también de lo mejor de la Serie Nacional, es el intercambio más inverosímil de todos. Es como cuando los colonizadores le quitaban oro a los indios a cambio de espejitos y pan de trigo.

Según las reglas de compensación de la IBL en 2016, el pago por jugar aquí no está permitido, pues la compensación no se permite como incentivo.

«Los no canadienses, que no pueden trabajar legalmente, pero permanecen en la ciudad para la temporada, pueden ser subsidiados para vivienda y alimentación. La cantidad por comida no debe ser mayor de 50 USD por día y la cantidad por vivienda es el costo real incurrido por el jugador o el equipo. Los jugadores no pueden aceptar efectivo, regalos significativos o descuentos o cualquier compensación financiera de terceros a cambio de jugar en el IBL. La violación de estas reglas puede resultar en la suspensión del jugador», estipula el reglamento de esta liguilla que se extiende de mayo a agosto.

Yorbis Borroto, Ian Rendon, Yulexis La Rosa y Noelvis Entenza durante la firma de contratos con el equipo Panteras de Kitchener, de la Intercounty Baseball League (IBL) de Canadá, en el Salón de Protocolos de la Federación Cubana de Béisbol, en el estadio Latinoamericano, en La Habana, Cuba, el 5 de mayo de 2017. Foto: Roberto Morejón Rodríguez /Periodico JIT
Yorbis Borroto, Ian Rendon, Yulexis La Rosa y Noelvis Entenza durante la firma de contratos con el equipo Panteras de Kitchener, de la Intercounty Baseball League (IBL) de Canadá. Foto: Roberto Morejón Rodríguez /Periodico JIT

En intercambio de esta reportera con Greg Mercer, redactor deportivo de WR Record y del sitio oficial de las Panteras de Kitchener, este ratificaba que la IBL no deja que sus equipos paguen un salario fijo a sus jugadores.

«Los equipos pueden compensarlos a ellos de otras maneras, como darles vivienda gratuita, viajes y comida y pagar coaching. No conozco todos los detalles de los contratos de los jugadores cubanos, pero esa es mi comprensión del arreglo. Los equipos pueden tener un máximo de cuatro jugadores extranjeros y por lo general reciben vivienda gratuita, comestibles y algo de dinero para los gastos de la vida. Pero en realidad no se supone que reciban un salario», me contaba vía Twitter Greg Mercer.

O sea, aquí la situación es peor, hasta risible si no fuera tan seria. Jugadores de la calidad de Yulexis La Rosa, Yorbis Borroto o Noelvis Entenza, no se probarán en un mejor béisbol (ver que Frank Camilo era el cuarto bate de ese equipo, y fue el quinto que más bateó allí terminado el torneo).

El periodista Mercer también indicaba que la IBL tiene una calificación entre A o doble A, depende de quién lo mire.

«Muchos jugadores llegan con alguna experiencia profesional, y algunos han llegado a MLB». 45 desde 1919 exactamente.

Es claro que los cubanos no recibirán un pago correspondiente a su calidad, ni la Federación Cubana apaciguará ciertas pérdidas económicas con una tajada beneficiosa del contrato. Entonces, ¿por qué van? La pregunta es pura retórica. Más vale algo que nada. Sumado a que lastimosamente son las opciones que quedan, pues en septiembre pasado Juan Francisco Puello, después de la protesta de Puerto Rico, congeló la autorización a los peloteros cubanos de jugar las ligas invernales del Caribe.

En resumen, pasamos de lo sublime a lo ridículo. De maldecir al profesionalismo, porque ello era “comercializar con el talento, mercadear almas por dinero”, a venderlos por bagatelas, para que de cierta manera se las arreglen y con ello cuantificar cifras para el discurso de que se están integrando, de que el béisbol cubano está cambiando. Tanto la Federación, como los medios se enfocan en la cantidad, de ello hablan, de ello se ufanan, cuando la pregunta, la cuestión, el todo es la calidad.

Imágenes cortesía de SebastienDion y Roberto Morejon Rodriguez
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