Este jueves, 26 de julio, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 vivieron su ecuador. Cumplidas ocho fechas, Cuba aparece en el tercer lugar del medallero, muy lejos del líder, México —que aventaja a la Mayor de las Antillas en más de 40 medallas doradas.

Aunque la mayor parte de los comentaristas deportivos cubanos mantiene un optimismo a prueba de balas —al menos públicamente—, casi todas las alarmas ya están encendidas entre los fanáticos del deporte cubano.

El presidente del INDER, Antonio Becali, fue claro desde el principio y quemó sus naves. Cuba tiene una sola opción: ganar o ganar, así lo afirmó el directivo a pocos días de iniciarse los juegos. La promesa podría volverse una granada sin anilla. Son los riesgos del triunfalismo en tiempos de capa caída.

El INDER pronosticó —“científicamente”— una cifra de 115 medallas de oro para la delegación cubana, lo que podría bastar para ganar el primer puesto en el medallero.

Al mediodía de este viernes, 27 de julio, Cuba ostentaba 35 medallas de oro, 42 de plata y 31 de bronce (108 en total). México, en la cima de la tabla, mostraba un dominio total (77-66-47, total: 190).

Al término de la primera semana de los Juegos de Veracruz 2014, México dominaba el medallero con 61 medallas doradas. Cuba era segunda entonces, con 56. Sobras las comparaciones. Barranquilla puede ser un terrible “barranco” para Cuba.

El medallero actual refleja un notable crecimiento de México, la importancia de ser sede para Colombia y, seamos francos, el descalabro de Cuba, con muchos títulos de menos. Pensar en una remontada como la de Veracruz parece, tras cada jornada de competencias, algo más improbable.

Al final, en los Centroamericanos de Veracruz 2014, Cuba se impuso con 123 títulos, ocho por encima de la delegación mexicana (115). En el total de metales, México fue muy superior a Cuba: logró 78 medallas más, un total de 332 preseas.

Algunos, resignados a un posible fracaso en Barranquilla, comienzan a poner tejas antes de la gotera.

¿Será tan malo un segundo lugar? ¿Será tan difícil reconocer que otros se superan? ¿Por qué la presión? No somos el ombligo del mundo, somos un pequeño país. México es más grande que Cuba, comentó un lector de Cubadebate, apodado El Necio.

Ante tales comentarios es fácil emitir una respuesta. Hay motivos suficientes para desear el primer lugar del medallero. Cuba domina los Juegos Centroamericanos y del Caribe desde Panamá 1970 —con las excepciones de San Salvador 2002 y Mayagüez 2010, a las que Cuba no asistió.

Además, se sabe con certeza que, en el aspecto deportivo, el dato demográfico es un valor relativo y no garantiza siempre el predominio. Véase, por ejemplo, el caso Uruguay que, con menos de 4 millones de habitantes tiene mejor fútbol que China, con más de 1.300 millones y una liga mucho más cara.

Quedan varias jornadas de Centroamericanos todavía. ¿Cuba podrá remontar? Cada hora que pasa, la respuesta parece teñirse más de desesperanza. Veremos.