Costa Rica regresa a un Mundial de fútbol, luego de sorprender gratamente a especialistas y aficionados en la pasada cita de Brasil 2014. Los ticos, aunque ahora con un equipo de maduritos, cuenta con las mismas papeletas para avanzar a la siguiente fase que en el anterior torneo: ninguna. No obstante, el equipo mayorea en el área de Concacaf y, en un gran por ciento de las ocasiones, a Cuba. Pero seguramente muchos desconocen que hay más que cercanía geográfica, y cierta rivalidad, entre el fútbol de Costa Rica y el cubano.

La relación futbolera entre ambos países se inició con la llegada de jugadores ticos a la Liga profesional cubana, siendo el extremo izquierdo José Pipeto Croceri, procedente del Cartaginés, en los albores de los años 20 del siglo anterior, el primer jugador tico que actuó contratado en La Habana. Más tarde, la cantidad de futbolistas ticos en clubes cubanos se incrementó en las siguientes décadas hasta superar la treintena.

Mas, Cuba volvería a ser noticia para los aficionados costarricenses, pues en 1926 llegaba a esta liga el primer extranjero que calzaría los botines por un club local: el cubano Frank Mejías, quien un año antes se había coronado campeón con el Fortuna de la capital cubana, uno de los más emblemáticos cubes en la época del fútbol profesional en Cuba y del cual salieron varios de los jugadores que representaron a la Isla en su único Mundial, Francia 1938.

Para 1926 el Club Sport La Libertad —donde recaló Mejías—, ya había hecho historia en su liga coronarse como campeón nacional y ser el primero en acabar como campeón invicto en la historia del fútbol costarricense. A lo cual sumó, con la llegada de Mejías, el contrato al primer extranjero para jugar fútbol en Costa Rica.

Sin embargo, no hay una contabilidad confiable en esa época que confirme si, oficialmente, Mejías llegó a marcar goles en tierras ticas. El periódico La Nación de Costa Rica advertía que “la documentación entre 1921 y 1939 era un desastre”. Se supone que el cubano le dio realce a las siguientes temporadas del elenco aurinegro e inició una estrecha relación entre el fútbol tico y cubano.

Prueba de eso es aquel encuentro de 1930, el primero entre ambas selecciones. Fue en la final de los II Juegos Centroamericanos y del Caribe, con sede en la capital cubana. Los locales se quedarían con el oro de la justa luego de despachar a los ticos dos goles a cero. Es una de las poquísimas oportunidades en que un equipo de mayores venciera al elenco tico. Un poco más tarde, por la década del 50, también serían las mujeres ticas, quienes protagonizarían el primer partido internacional de fútbol entre féminas ocurrido en Cuba. Las chicas de Costa Rica les ganarían en tres ocasiones a las cubanas, pero más allá del resultado, quedaron para la historia.

Como anunciaba, la tónica futbolera entre ambas naciones, cambiaría abrumadoramente a favor de los de Costa Rica, quienes en la actualidad no se cansan de mayorear a los de la Isla, aunque reconozcan que fue Mejías el pionero de esa oleada de internacionales que hoy dan vida a su Liga Nacional: el cubano inició esa moda del deporte rentado en aquel pedazo de la geografía centroamericana.

¿Quién lo diría? Cuando le digan que Cuba no tiene historia en el más universal, póngase a leer y encontrará pasajes interesantísimos.