Qué utópica está la gente

en el siglo XXI,

cada vez que me reúno

en una peña, demente

salgo de ahí. Es evidente

que la energía derrocho.

Me critican, pues reprocho

la idea tan irreal

de Cuba en este Mundial

Rusia 2018.

 

Se imaginan a un cubano

observando entretenido

y en el medio del partido

gritando: “¡un selfie Cristiano!”

Eso se va de las manos

“¡Tarjeta roja, ilegal!”

Me parece surreal

que Cuba pueda ser sede,

por eso mismo no puede

ir a jugar a un Mundial.

 

Si ahora nos tienen en cuenta

para el voto de la FIFA

mas pareció una engañifa

de aquel que nos representa

en la AFC se comenta

que indiferencia mantuvo.

Todos preguntan: “¿Qué hubo?”

Primera vez en votar

y para dar de qué hablar

Cuba en su voto se abstuvo.

Niños jugando al fútbol en las calles de la ciudad de Camagüey, Cuba. 2017. FOTO: Julio Batista.

Cuba, para la pelota,

el boxeo, el voleibol

aunque mi hijo grita: “¡Gol!”

Cuando batea y la bota.

Aunque al deporte lo azota

la emigración. Es real

que nos encanta el Mundial,

el balón entre los pies.

Aunque ahora dudo, ¿cuál es

el deporte nacional?

 

Mejor no tocar el tema,

ese ya es otro trabajo.

Mejor no sacudo el gajo

o se formará el dilema.

Esa temática quema,

me saca de mis cabales.

Vuelvo al fútbol, con penales,

decepciones, ya me hundo

en la campeona del mundo

que defraudó a sus parciales.

El delantero alemán Thomas Müller, tras la eliminación de su equipo en la primera ronda del Mundial de Rusia 2018. FOTO: Getty Images / FIFA.

Alemania quedó en mito.

Hay gente que está llorando

y otros que se hayan gritando

de alegría, un favorito

se fue, y yo me remito

a su afamada carrera.

¿Habrá acabado la era

de Alemania? ¿Fue un mal paso?

Va a la historia ese fracaso.

El campeón se queda fuera.

 

España va por el grito

de campeones. Yo observé

lo humano de Isco y Piqué

cuando ven a un pajarito

y lo salvan, por su hito

y sus tan buenos modales

llevarán a sus vitrales,

si no ganan el Mundial,

otro título oficial,

el de “Héroes de Animales”.

Lionel Messi, con su brazalete de capitán en la mano, tras caer eliminda Argentina en la Copa del Mundo. FOTO: Getty Images / FIFA.

Aún por decir queda más.

Hemos visto que Argentina

trae la misma rutina

de otros mundiales atrás.

La pulga Messi en la faz

se le nota la tristeza.

No golea de cabeza,

falla un penal sin perdón.

Cámbienlo de selección,

la camiseta le pesa.

 

Resumiendo, queda historia

por contarles todavía.

Cada persona confía

en su equipo, en la victoria.

Vuelvo a la peña, a mi noria

donde escucho siempre a los

que sueñan a viva voz

la utopía nacional:

Cuba va ir al mundial

en el 2022.