Un poco mejor que el segundo en cuanto a lo entretenido resultó el tercer juego entre Matanzas y Camagüey, en la continuación de la final de la 59 Serie Nacional de Béisbol, donde los matanceros llegaron a su estadio con empate en el global, a una victoria. Ahora, con su victoria seis por una, se colocan al frente y pudieran coronarse en su estadio.

De esta manera se enfrentaban caras similares de una misma moneda, pues Matanzas con 32-15 es el equipo que mejor juega como home club, mientras Camagüey fue uno de los de mejor performance en la carretera.

Las selecciones para abrir fueron las obvias: Ferrer anunció a Yoanni Yera, su principal starter, mientras Borroto se fue por un agripado Yariel Rodríguez, quién sin embargo tuvo un buen desempeño, a pesar de dejar el juego perdiendo. Ojo: el derecho marcado con el número 29 tuvo fiebre durante buena parte de su actuación.

En la clasificación ya se había enfrentado dos veces a los Cocodrilos, ambas cómo abridor, con balance de una victoria y una derrota, con ocho indiscutibles permitidos y promedio contrario de .235, aunque con seis limpias permitidas.

Mientras, Yera hizo una nueva aparición en este, su noveno play off, dónde la curiosidad ha querido que el único que no jugó con Matanzas fue en el que quedara campeón nacional, con Las Tunas en la edición 58. En las nueve post temporadas tenía récord de 5-3 y le bateaban para .269 en 98.00 entradas de actuación antes de hacer el primer lanzamiento en el juego de hoy.

Entrando ya en los detalles del juego, hoy le tocó fallar a la defensa de Camagüey. Par de pifias bien costosas de Alexander Ayala abrieron las puertas de home a anotaciones matanceras que empañaron un poco la labor de Yariel.

Sin embargo, las dos primeras rayas de los locales llegaron más bien por desconcentración del lanzador, luego de un boleto de esos que siempre cuestan lo suyo. Evidentemente Rodríguez, contrariado por el conteo del principal Cuevas quien no le estaba cantando bien la esquina de afuera tuvo que entrar varias veces al centro, provocando sendos dobletes de Arruebarruena y Blanco para fletar la ventaja inicial.

Sí me preguntan, algunos de esos envíos podían haber sido declarados strike, pero luego de la polémica en las semifinales, donde también se vio implicado Camagüey con el tema Casañas, mejor dejar el arbitraje de lado, toda vez que hasta el momento en la final ha sido bastante bueno.

Lo imperdonable sí es que se haya complicado par de veces el lanzador oriental con la tanda baja, puesto todas las anotaciones vinieron por complicaciones surgidas a partir del séptimo turno, ocupado por Yasiel Santoya. Claro, que un line up que tiene como octavo y noveno a Arruebarruena y Eduardo Blanco, es de respeto. No por gusto Matanzas fue uno de los equipos que más bateó en el campeonato, con muy pocas fisuras en su batería, más allá de los slumps en los que cayó a ratos.

Del otro lado Yera completó seis buenas entradas de actuación, donde pudo resolver ponchando y con doble plays un descontrol poco habitual en él, pues regaló 6 boletos en igual cantidad de entradas. Bien defendido por sus compañeros, la mayoría de los batazos que le dieron fueron por el cuadro, aceptando apenas el primer indiscutible en la cuarta entrada.

Una digresión para el zurdo: este año se ha visto inmenso, suelto, sin nervios. Sus actuaciones solo pueden verse empañadas de alguna forma por el apoyo mediocre que recibió de los suyos en su primera apertura contra Las Tunas (a pesar de no perder ese juego) y la cantidad excesiva de lanzamientos frente a Camagüey (se fue en el sexto con 111 envíos).

Las malas noticias, no obstante la victoria de Matanzas, vienen por la lesión de su receptor titular Ariel Martínez, uno de los que más había bateado para la causa de Ferrer, quien se lanzó aparatosamente a por una pelota y terminó con una distensión en el ligamento de la rodilla que terminó con un esguince en el ligamento colateral interno de la rodilla, lo cual puede sacarlo del resto de la final.

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En el octavo llegó la puntilla, cuando los relevistas de Camagüey, otrora jóvenes prospectos como Jose Ramón Rodríguez y Carlos Pérez (lesionados la mayor parte del año) no pudieron aguantar la presión y entre descontrol, un buen hit de Santoya y claro, un error, terminaron de sacar de juego a los Toros que ya deberán andar pensando en el juego de mañana, para el que ya anunciaron a Frank Luis Medina contra Yamichel Pérez.

Solo queda una interrogante: ¿Para qué fecha pretendía sacar a batear Borroto a Loidel Chapellí? Lo tuvo calentando buen rato y nada, sobre todo cuando necesitaba mover el banco, cosa que hizo, pero trayendo a hombres que poca o ninguna acción habían visto en estos play off. Cuando lo trajo en el noveno, ya era muy tarde.

Es más, otra idea: ¿Y Marino Luis fue de vacaciones? Vaya usted a saber.

Lo bueno: Yera, otra vez bien. La defensa de Matanzas, mucho mejor que el domingo.

Lo malo: Al guante los visitantes pifiaron de lo lindo, cuatro veces.

Lo remarcable: la labor de Yariel estando enfermo. El buen trabajo de Jonder Martínez, que le permitirá a Matanzas estar más cómodo con su pitcheo.

Imagen cortesía de Irene Perez