Algo así como Gulliver dando consejos de encestes a los liliplutenses, sin afán de subestimar la cantera del baloncesto cubano. Cuatro días en otra órbita. Puede incluso que ni la visita de Beyonce, Jay Z, Paris Hilton o Naomi Campbell hayan calado en este cronista tanto como la presencia de Dikembe Mutombo, Steve Nash, Ticha Penicheiro y la legión de gurúes de la National Basket Asociation (NBA), que desembarcaron en La Habana como parte del campamento Baloncesto sin Fronteras.

Al decir de Alberto García, director regional de FIBA Américas, desde 1989, fecha en que dicha entidad y la NBA normalizaron sus relaciones, «se han realizado en diversas latitudes del continente campamentos con características similares», pero todavía no en la Mayor de las Antillas.

Puede que los futbolistas del Cosmos neoyorquino aterricen en el Marrero; o que lo haga algún equipo de Grandes Ligas, a tenor con la intención de Rob Manfred, comisionado de la MLB, quien hace unos días en entrevista a The Associated Press dijo: «Nos veo jugando partidos en Cuba»… Pero en definitiva es el deporte ráfaga y la realización de la clínica de la NBA lo que nos compete; quizás el suceso deportivo más trascendental entre Cuba y Estados Unidos desde el mítico partido de pelota que sostuvieran en el Latinoamericano los Orioles de Baltimore con nuestra Selección Nacional en 1999.

NBA en Cuba.
NBA en Cuba. FOTO: Pedro Rodríguez

Raciel tiene 13 años y mide 1.93 m, dos centímetros más que Nash. Vistió su T-shirt gris de NBA Cares y dejó pasmado a no pocos con sus condiciones y potencialidades. Casi donquea una esférica Molten y de sus entrañas emerge una fuerza sobrenatural que le hace enrumbar su mirada a la NBA, quién sabe si en poco menos o más de una década.

Como él, el resto de los niños congregados, sus padres, los “guerrilleros” y todo el que pisó la tierra prometida de 23 y B, ese hábitat de encestes, recordará como histórica la tarde del viernes 24 de abril, una de esas en que casi se rompe el récord de máxima de temperatura.

«Ahora regresa la fiebre, con razón, el vicio del baloncesto late, la sangre de la NBA ha dejado su huella en esta cancha. Tres leyendas como Dikembe Mutombo, Steve Nash y Ticha Penicheiro marcarán cada guerrilla (3×3) que juguemos en lo adelante», significó Denny Ramírez, ex jugador de varios elencos de Capitalinos.

Para ‘El camión’, un verdadero trotamundos que ha dejado las suelas de su tenis en todas las ligas callejeras habaneras, «esto ha sido un sueño, un acercamiento único, la magia de la NBA a todo color en 23 y B, en los aros y asfalto de nuestra cancha».

Karel Rodríguez, entrenador de la EIDE Mártires de Barbados y jugador empedernido de baloncesto desde su época de balonmanista activo manifestó: «Todos mis alumnos de seguro encararán en lo adelante las sesiones de entrenamiento poseídos por esta experiencia. El mero intercambio ha sido genial, los consejos, la naturalidad de íconos del básquet mundial, en esencia hombres y mujeres comunes».

NBA en Cuba.
FOTO: Pedro Rodríguez

Canasta invaluable, cuatro jornadas de las cuales todos emergieron triunfadores… porque en definitiva nuestro baloncesto importa, la NBA se preocuopa, y «en Cuba se puede decir ¡yes!».

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Nash: «Los jugadores cubanos siempre se han caracterizado por su velocidad y condición física. Soy del criterio de que cada jugador debe esforzarse mucho por suplir sus debilidades: maniobrabilidad, técnica de tiro, visión de la cancha para pasar. Eso, sumado a la capacidad para explotar esa velocidad con inteligencia, de seguro les traerá buenos dividendos».

NBA en Cuba.
FOTO: Pedro Rodríguez

Mutombo: «Tengo la convicción de que en los próximos años se equilibrarán las oportunidades a medida que los jugadores cubanos entren en contacto con otras ligas. La esencia está en la actitud a la hora de acercarse a este deporte y el tiempo de estudio que se le dedique, más allá de la talla o cualquier otra limitación. En lo personal, dedicaba muchas horas a radiografiar las virtudes y puntos débiles de los oponentes. Si no lo hacía bien eso, salía a la cancha, no me encontraba y consideraba ese tiempo de juego perdido».

Penicheiro: «Con Yamilet Martínez compartí selección en el Spartak de Moscú entre 2005-2007, era una centro muy fuerte, difícil de gardear. Siempre sus elencos han tenido potencial y estamos aquí para ayudarlas a continuar elevando el nivel».