Nadie fue capaz de ver en su bola de cristal, antes de comenzar esta Serie Nacional de Béisbol, a una jauría de cachorros en lo alto de la tabla de posiciones una vez finalizada la etapa clasificatoria. Tampoco aparecieron profetas ni analistas con prestigio, después de las siete derrotas al comienzo de la campaña, que predijeran el éxito de Holguín.

Muchos fanáticos huyeron a refugiarse en uno de los bellos parques de la ciudad, para seguir hablando de fútbol o escoger otro equipo con que compartir sus pasiones beisboleras. Solo Noelvis Hernández, el mentor, apareció en la televisión nacional, pidió calma, analizó los resultados con sangre fría y habló de esperanzas.

Ahora, después de dos meses de fieras batallas, en medio de la justa más reñida de toda la historia del béisbol cubano, los cachorros holguineros se alzan en la cima, atormentando con sus potentes ladridos a todo aquellos que los minimizaron y los subestimaron públicamente.

¿Qué factores han tenido que unirse para que esto ocurra? ¿Qué tiene este equipo para lograr esta hombrada? Tenemos que analizar qué cosas han pasado en el terreno de juego que han permitido tales resultados, sin adentrarnos en otros aspectos influyentes como su director, su inteligencia innata, en la importancia que le da a la sabermetría, y en su capacidad para asimilar los cambios del béisbol moderno.

Hay varios datos interesantes que me llaman poderosamente la atención. Los holguineros son cuartos en bateo colectivo con 298 de AVE, debido a 425 imparables (3ros) en 1425 turnos oficiales al plato. Además, son sextos en promedio ofensivo cuando hay corredores en las almohadillas (301 AVE).

También, son los que más cuadrangulares conectan en la campaña (48) y con corredores en bases (24). Llama la atención la cantidad de sacrificios de toque de éste conjunto (acción de juego muy criticada por especialistas), pues son los segundos entre los 16 equipos, con 38.

Sin embargo, cuando vemos la capacidad que tienen sus bateadores para empujar a los hombres en base, tenemos que meditar al respecto. Los cachorros han encontrado a 612 corredores en segunda o tercera, o en ambas bases, y han remolcado a 172 de ellos. Esto representa un alto porcentaje de 28,10, muy por encima de todos sus rivales, lo que habla de su capacidad de producir en momentos claves del partido.

A esto se suma que son los segundos impulsando el empate o a ventaja (60 veces), detrás de Industriales (68). Marnolkis Aguiar (56,52) y Maikel Cáceres (40,62) tienen los mejores porcientos remolcando compañeros en posición anotadora. Este último, junto a Pedro Almeida, es líder empatando el partido o sacando ventaja (11 veces).

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Otro renglón clave del éxito grupal ha sido el picheo. Sus lanzadores han propinado cinco lechadas (segundos detrás de Villa Clara, 7) y están en el selecto grupo que permite menos de 4 carreras limpias por juego de nueve entradas (3,98).

Hay que resaltar el trabajo de sus abridores: Wilson Paredes (8 victorias, 3 salvados y 2,62 PCL), Rubén Rodriguez (5 victorias, 3,10 PCL), y Carlos A. Santiesteban (5 victorias, 3,18 PCL). A ellos se suman los relevistas Rafael Sánchez, con sus 22 salidas (5 victorias, 2 salvados, 3,27 PCL), y Maracle Oriz (3,42PCL).

Los cachorros holguineros, pese a todo, han caminado la ruta con un bajo perfil. Apenas han sido trasmitidos por la televisión nacional; no les otorgaron el Juego de las Estrellas y fueron perjudicados por el nuevo sistema de competencia que solo arrastra a la segunda fase los resultados entre los clasificados.

Aun subestimados por la mayoría de narradores y comentaristas deportivos, están demostrando que serán un fuerte contendiente para aspirar a la corona. Callados, pero con una mordida mortal a la par de otras fieras que lo acompañan, hay que respetarlos. Nos vemos en el estadio.