El encendido de la pantalla-pizarra en el estadio Latinoamericano, el regreso a los terrenos de Rey Vicente Anglada como director, la toma de posesión como máximo timonel del otrora estelar del campo corto, Eduardo Paret en Villa Clara, y del exitoso comandante de las huestes santiagueras en los campeonatos para menores de 23 años, Eriberto Rosales; son algunas de las notas más importantes y motivadoras que le han dado luz al comienzo de esta serie nacional número 58.

Por otro lado, las demoras en las entregas de módulos e implementos deportivos a algunas provincias, equipos aún jugando con los trajes de la pasada Serie Nacional, la desastrosa y desactualizada página de estadísticas del beisbol cubano, sumados a la perdida de peloteros importantes como el industrialista Yoel David de Paula (emigrante legal a tierras mexicanas), el prospecto villaclareño Michel Triana, y el alazán Raico Santos (ambos sorprendidos in fraganti tratando de abandonar el país ilegalmente); se han encargado de darle los matices oscuros que siempre pululan dentro de nuestra Serie Nacional.

Sin embargo, mientras la basura sigue escondida bajo la alfombra, los aficionados han acudido a sus coliseos provinciales, en medio de un estado confuso entre la amnesia y la hipnosis, a darle el apoyo que necesitan sus equipos favoritos.

Una buena noticia para el beisbol cubano es el comienzo con el pie derecho de los conjuntos de Industriales y Villa Clara, animadores históricos de estos clásicos nacionales, invictos aún en tres salidas; el primero desbordado a la ofensiva (40 hits y 29 carreras en tres partidos), y el segundo mostrando picheo de lujo (2 carreras permitidas en 28 entradas), así como la excelente arrancada de los muchachos de Dany Valdespino (con una buena labor en estos días al frente de los cubanos en el mundial sub 15 con tres victorias sin derrotas), también con el casillero de las derrotas en blanco en los tres encuentros disputados.

Otra de las buenas nuevas, es la cara que han mostrado las avispas santiagueras, motivadas por un hombre que ha tenido que esperar paciente su designación como timonel del equipo principal de su provincia, después de alcanzar par de títulos consecutivos en el campeonato nacional sub 23.

El debut del capitalino Víctor Labrada, al que algunos llaman «el nuevo Kendry Morales», quien conectó cuadrangular en su primer turno al bate en series nacionales, y del santiaguero Norge Vera, hijo del estelar Norge Luis, que maniató a los dobles campeones nacionales de Granma durante siete entradas al permitirle apenas tres sencillos espaciados, son puntos extras que nos reafirman que los problemas del beisbol cubano no son por falta de talento ni de peloteros de calidad.

Esperemos, como buenos amantes de este gran deporte, que esta Serie Nacional, a decir del comisionado nacional Yosvany Aragón, sea superior a la pasada. Las condiciones subjetivas están creadas, las decepciones internacionales de los últimos tiempos obligan a los aficionados a buscar refugios en casa, hambrientos de un buen espectáculo y de victorias, al menos provinciales. Toca a la comisión nacional garantizar las condiciones materiales y mantener engrasado el mecanismo que la hace funcionar a diario. Nos vemos en el estadio.