Los especialistas dicen que tiene un cuerpo similar al de un joven Carlos Correa o Derek Jeter a una edad similar y lo colocan como uno de los principales talentos del draft internacional, pero al adolescente cubano Yiddi Cappe lo que más le interesa es alcanzar su meta: firmar en Grandes Ligas.

“Desde muy joven, siempre tuve la inquietud por conocer otro béisbol más allá del cubano, de probarme en la mejor pelota del mundo, sin perder mucho tiempo. Hasta que llegue ese momento, sigo entrenando con toda la ilusión del mundo”, dijo el joven a El Nuevo Herald.

El nativo de Artemisa es considerado uno de los 30 mejores prospectos internacionales que pudieran llegar a acuerdos cuando habrá el período de firmas internacionales, un listado de MLB en el cual fue ubicado noveno junto a varios compatriotas.

Su vida ha cambiado mucho en poco tiempo, sobre todo para un joven de 17 años abocado a la búsqueda de su gran objetivo el cual parece tocar ya, pues se especula que tiene una firma con los Marlins de Miami por 3.5 millones de dólares.

“Cuando llegue ese momento, seré muy feliz, porque habré cumplido un sueño”, añadió Cappe, quien sufrió una desilusión en Cuba que marcó su destino y que casi lo saca del béisbol. Pese a su gran rendimiento, no fue llamado al equipo Sub-15 de Ciudad de La Habana y terminó recalando en Artemisa.

“Estaba desencantado por lo sucedido en La Habana, pero jugar con Artemisa me devolvió las energías. Hice el equipo juvenil de esa provincia, pero en realidad jugué muy poco. Había buscado contactos para venir a Dominicana. Sabía que corría un riesgo, pero confiaba en mis talentos”, dijo a Jorge Ebro.

Su atrevimiento y su perseverancia pudieran dar resultados. Puede que superar los obstáculos, que no han sido pocos, le dé a Yiddi los resultados que espera, después de año y seis meses en Dominicana sometido a fuertes sesiones de bateo.

Por ahora, los scouts lo valoran muy bien pues “proyecta tener herramientas promedio en todos los ámbitos. En el plato, muestra habilidades avanzadas y tiene una comprensión avanzada de la zona de strike”.

Cappe pesa 175 libras y mide seis pies y tres pulgas, con un físico que debería mejorar a medida que complete su desarrollo, aunque “muestra buen juego de pies y manos sólidas en defensa con más potencial de brazo. Eventualmente, podría superar la posición, pero por ahora, se mantendrá en el campocorto hasta que se vea obligado a hacer un cambio”, según reportan sobre él.

Jugar con los Marlins es un incentivo para este prospecto de la Isla: “me encantaría ser un cubano que pone en alto su bandera para los Marlins. Quisiera no defraudar a ninguno de los aficionados del club, de ninguna nacionalidad. Quiero jugar para todos, con amor y pasión, pero si los míos me reconocen y aprecian, será algo especial”.

El cubano está consciente de que de todavía las dificultades no han sido superadas, en el camino a Grandes Ligas. Su gran talento debe pulirse primero antes de ver un terreno en Las Mayores, pero desde ya sueña.

“Cuando mencionen mi nombre en las firmas será algo inolvidable, pero también un comienzo apenas. Quiero hacer las cosas bien, caminar rápido por las Menores. Ahí va a comenzar la pelea de verdad por ganarme un puesto, pero no le temo al reto. Para eso vine”, dijo.

Yoelkis Céspedes encabeza mejores prospectos internacionales de 2020

Sin haber firmado Yoelkis Céspedes, el menor de los hermanos Céspedes, comienza a atraer las miradas. Este joven jardinero de la Isla se encuentra entre los 30 mejores prospectos internacionales que pudieran firmar cuando habrá el período de firmas internacionales.

Pero lo destacado es que, según el listado de publicado por MLB.com, el granmense está rankeado número uno, en una compilación que también coloca a otros cuatro cubanos en posiciones cimeras entre los 20 mejores, como son Pedro León (sexto); Yiddi Cappe (noveno); Dyan Jorge (18); Norge Carlos Vera (20).

Más de 100 peloteros dejaron Cuba en 2019

Los números son una estocada profunda para el pasatiempo nacional de la Isla. Según Francys Romero en Diario de Cuba, en 2019 abandonaron Cuba unos 106 peloteros -de acuerdo con su cuenta personal- como muestra de que el éxodo de talento es indetenible, por más que se hayan roto los acuerdos con MLB establecidos en 2018, y que presagiaban un futuro feliz.

Pero quizás uno de los elementos más preocupantes de lo que expone Romero, especialista en el béisbol cubano y su emigración, es la edad con la cual deciden emprender la aventura: el promedio de este poco más de un centenar es de 17.8 años.

¿Qué significa esto? Que cada vez se van a menor edad, y muchos sin apenas debutar en la Serie Nacional. De esta manera, la máxima categoría ve cómo se pierde la cantera que debería nutrirla con sangra joven, y como terminan escalando, en repetidas ocasiones, otros con menos calidad.

Hay preguntas que no tienen respuestas todavía: ¿quién detiene el éxodo?, ¿cómo convertir otros destinos en apetecibles?, ¿cómo garantizar suficientes contratos para los peloteros en otras ligas?

Para la pelota cubana parece un partido imposible de remontar. La emigración no se detendrá en las condiciones actuales, porque además de la libertad para decidir su destino, ninguna de las competencias a las cuales pueden acceder los atletas bajo el amparo de la federación tiene el brillo, renombre y calidad que aquella con que sueñan todos estos jóvenes, donde se juega el mejor béisbol del mundo: Grandes Ligas.

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