Con una delegación lejos aún de estar completada, la dirección del deporte cubano hizo su pronóstico adelantado -y arriesgado- para los Juegos Olímpicos de 2020: quedar entre los 20 primeros del medallero general, algo que ocurre con regularidad desde la edición de Munich 72.

“Debemos ratificarnos en una posición entre los 20 primeros países”, afirmó a Jit el presidente del Inder, Osvaldo Vento Montiller, una aspiración optimista que llega con varios meses de antelación y cuando de la comitiva proyectada para más de 100 atletas hay solo 26 con su boleto en la mano.

“Ese y otros propósitos pasarán por seguir sorteando los obstáculos del Bloqueo y el asedio enemigo”, dijo Vento, quien habló también de “continuar con la recuperación de instalaciones a todos los niveles”, cuyo deteriodo ha sido uno de los grandes lastres del movimiento deportivo nacional.

Para quedar en la posición augurada, Cuba tendría que ganar 4 medallas de oro o más, atendiendo a cómo han transcurrido los últimos eventos de Río 2016 y Londres 2012, situación que de seguro debieron analizar los especialistas de este organismo.

El pronóstico no es descabellado, pero para lograrlo, a juzgar por los resultados de los últimos campeonatos mundiales, y por el estado de forma en algunas de sus disciplinas favoritas, las principales estrellas tienen que registrar una actuación perfecta, que traducido al medallero significa ganar el oro.

¿Con qué medallas cuenta el Inder?

Para cumplir con las aspiraciones de quienes dirigen el movimiento deportivo de la Isla, hay que emular lo acontecido en los campeonatos de mayores, con los titulares Ismael Borrero (lucha), Andy Cruz (boxeo), Yaimé Pérez (atletismo) y Rafael Alba (taekwondo), quienes al parecer son las cartas ganadoras del Inder, junto a otros como Mijaín López, Idalys Ortiz, Juan Miguel Echevarría o Julio César La Cruz .

No muy lejos está el retroceso de Beijing 2008, maquillado después por la entrega a Yipsi Moreno de la medalla de oro debido al dopaje de otra competidora, lo cual aupó al país desde el retrasado puesto 28 inicial al 18 posterior.

Para la ocasión, nuevamente las especialidades de combate tendrán que tirar del carro. No es un secreto que se cuenta con Mijaín López, quien tendrá un hueso duro de roer en la perenne amenaza turca, Riza Kayaalp, a quien derrotó en Río 2016.

Pese a la confianza de todos en Mijaín, no es una medalla de oro totalmente asegurada, y tendrá que reafirmar su categoría nuevamente ante Kayaalp. Mientras, Borrero, ahora en otra división, buscará otra vez la gloria olímpica con grandes posibilidades.

En la mente de los especialistas del Inder debe estar, seguramente proyectado, un posible título de la experimentada Idalys Ortiz, quien no la tendrá fácil en la capital nipona, la cuna del judo, una pasión nacional y orgullo de esa nación.

Pese a su experiencia, Idalys no parece aquella opción bastante factible que reafirmó los pronósticos en Londres 2012, y todavía queda por ver si el judo, otro recurrente deporte con aporte destacado, suma alguna otra presea, tanto en el masculino como el femenino, con atletas de renombre como Iván Silva.

Quizá depositan además esperanzas en el saltador de largo, Juan Miguel Echevarría, una de las preseas doradas que se “escapó” en el pasado Mundial, a manos de un jamaicano que impresionó y lanzó su convocatoria para Tokio, Tajay Gayle. Si Juan Miguel quiere alcanzar la gloria olímpica, tiene que llegar en completa forma y lograr su mejor resultado en los Juegos, y no en las competencias previas.

En el atletismo está una de las opciones más seguras para el triunfo, con el fenomenale dúo del lanzamiento del disco, Yaimé Pérez y Denia Caballero, mientras que se espera que Alba repita en el taekwondo lo que logró en el mundial.

Otro de los casos icónicos es el del boxeo, que no completó un mundial muy prometedor más allá de las polémicas en ciertos veredictos. A Tokio llegamos con Andy Cruz como campeón, pero se necesita que uno de los tradicionales favoritos, Julio César La Cruz se recupere del varapalo del mundial, y que otros como Lázaro Álvarez y Roniel Iglesias, tengan unos Juegos a pleno rendimiento, para que el llamado buque insignia impulse a la delegación.

Más allá de estas posibilidades bastante nítidas, cabría esperar algún otro atleta para llegar al podio en especialidades con destaque, pero con opciones menos claras para situarse en lo más alto.

Una delegación incompleta

Para completar la cifra de alrededor de 100 miembros a que aspira el Inder, faltan aún varios eventos clasificatorios directos entre el 5 de enero y el 24 de mayo, en béisbol, boxeo, canotaje de velocidad, clavado, ciclismo, esgrima, fútbol, gimnasia artística, rítmica y trampolín, hockey, judo, karate, levantamiento de pesas y luchas, así como los deportes de rankings y marcas, como atletismo, bádminton, judo, natación, triatlón, voleibol de playa y levantamiento de pesas.

Las opciones de medallas en general no deben acercarse, a priori, a las más de 20 de los botines desde Barcelona 92 hasta Beijing 2008. La bolsa de quienes obtienen preseas por la Isla se ha ido reduciendo en las pasadas ediciones: 15 en Londres y 11 en Río.

En el oro, las opciones también parecen cerradas, una muestra de lo competitivo que se ha vuelto el escenario internacional -en la región se observa un desarrollo alto, como se vio en los pasados Juegos Panamericanos-, y debido al retroceso del propio deporte dentro de la Isla.

La realidad parece bien clara para los directivos del Inder. Están definidas “la ruta crítica y la atención diferenciada a quienes llegarán con opciones de medallas y títulos”, dijo a Jit Vento. Esto da una muestra de la jerarquización con que se mira a las distintas disciplinas, algunas de estas importantes y otras que parecen, previamente, simples decorativos o secundarios, si atendemos a estas palabras.

Los Juegos Olímpicos son únicos, y la presión y exigencia para los todos los deportistas suelen aumentar exponencialmente. Son ocasiones propicias para que los pronósticos se derrumben o se cumplan. El Inder hizo su apuesta, pero el cumplimiento depende de circunstancias y personas, y los atletas tienen la palabra final.