El béisbol de Grandes Ligas está detenido hasta que quiera el coronavirus -o aparezca la alternativa- pero el lanzador cubano Raisel Iglesias no deja de prepararse para cuando se decrete el regreso y tenga que salir del bullpen a salvar la situación.

“Sé que habrá un período de preparación antes de que suene la voz de Play Ball, pero no me tomará por sorpresa. Créeme que no voy en cero a la primavera de los Rojos’”, dijo a El Nuevo Herald el taponero de la novena de Cincinnati.

El nativo de Cuba, con una sólida carrera en MLB, mira a la temporada en pausa como un oasis de oportunidades: por un lado, mejorar sus números de 2019, cuando vio afectado su promedio de carreras limpias, y por el otro llegar a los 40 salvados en una sola campaña, una cifra de peso para un apagafuegos en el mejor béisbol del mundo.

Raisel se mostró, en un video publicado por El Nuevo Herald, mientras entrena en el asilamiento para alistar si brazo. Primero se le vio estirando con un ayudante esa poderosa herramienta que lo convirtió en uno de los destacados relevistas de la Gran Carpa.

“He seguido un régimen de entrenamiento bastante serio y completo. Me mantengo en comunicación con el equipo que está atento de lo que hacen cada uno de sus peloteros. Entrenar en casa requiere de un alto grado de compromiso con uno mismo”, dijo al periodista Jorge Ebro.

Enfundado en ropa deportiva, Iglesias acudió al gimnasio para trabajar con pesas sobre bancos personalizados con su número, el 26. Como parte de su rutina, el serpentinero acudió la bicicleta estática, se ejercitó en la estera, y saltó suiza.

El objetivo es alistarse para el arranque de la temporada, después de un entrenamiento de primavera que se vio truncado por la COVID-19. Mientras duró este, tuvo poca actuación, con apenas 3.2 innings lanzados, en los cuales toleró seis carreras, dos de ellas limpias, con un jonrón.

Pero la mirada se centra más bien en temporada regular, en la que buscará recuperarse de un accidentado año, pues pese a salvar 38 desafíos, su promedio se elevó a 4,16 (el más elevado de su carrera), mientras perdía 12 juegos.

El antillano tiene a su alcance, para 2020, varias cotas personales nada despreciables. Una es sobrepasar los 40 salvados, uno de sus deseos mayores, como reconoció en enero pasado.

“Pienso en ese número constantemente. Cada vez me voy acercándome. Primero logré 30, ahora 34. Créeme que haré todo en mi poder para llegar a 40, porque es una cifra que significa mucho para un cerrador. Habla mucho y bien de tu trabajo. Desde que se fue Aroldis Chapman del equipo esa ha sido mi meta. Eso no sale de mi cabeza”, dijo entonces a El Nuevo Herald.

Además, hay otra barrera que romper, los 100 salvamentos, nada difícil teniendo en cuenta su rendimiento histórico y su papel en el equipo. Actualmente, tiene unos 98.

Por si fuera poco, los 500 ponches están cerca (ostenta 448), pues en sus cinco zafras anteriores siempre ha superado los 80.

Por su desempeño hasta la actualidad, Raisel ha labrado un nombre en MLB, como un taponero confiable y de sobresalientes resultados. Desde 2017 hasta la fecha, estuvo entre los 10 mejores en salvados en la Liga Nacional en las tres ocasiones, y es el número 21 entre los relevistas activos con mayor cantidad acumulada de por vida en ese departamento (98).

Pero este debe ser un momento para redimirse, y demostrar que la irregularidad de 2019 solo fue momentánea. De paso, lograría números considerables, justo cuando acaba de cumplir los 30.

Por ahora, se mantiene activo en casa para, como dijo a Ebro, no “ir en cero a la primavera de los Rojos”.

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