El jugador cubano de baloncesto Ismael Romero vive lejos de su país hace 8 años, y las regulaciones cubanas le han impedido disfrutar de algo que todos deberían: los primeros años de su hija Dania Daniela. Desde la distancia, el baloncestista conocido como “el Cubanazo” añora a su pequeña, a quien dejó de ver cuando tenía un año y medio.

Pero por estos días, dos sucesos significativos prometen cambiarle la existencia: el final de la dolorosa prohibición, lo cual le permitiría abrazar a su niña y su próxima juramentación como ciudadano de Estados Unidos.  

Ismael paga el precio de querer decidir su futuro: por dejar una delegación cubana en el extranjero tuvo que pasar todo este tiempo sin poder entrar a la isla. Pero el plazo de la dura medida que sufre el pívot cubano llegó a su fin este 16 de junio de 2020.

“16 de junio de 2020. Llegó la fecha más esperada por los pasados 8 años!!! Que muchas emociones … al fin puedo volver a casa”, escribía emocionado el jugador en su cuenta de Twitter.

Sus palabras provocaron reacciones inmediatas de personas que lo felicitan porque al fin, después de una separación forzada, el hombre que nunca dejó de sentirse cubano podrá volver a su tierra, aunque las prohibiciones de vuelo por la COVID-19 pueden demorar ese momento.

“Lo primero que haré ese día es comprar un boleto de avión y regresar a Cuba. Eso lo tengo bien claro”, había dicho Romero a Pablo Cormick, publicada en FIBA Basketball meses atrás.

En esta contaba que mantiene comunicación con su hija “porque está muy pendiente de los resultados de su papá. Es una chica súper alta, le gusta el voleibol y bailar. Es una chica muy alegre, muy encantadora (…)Fue un momento muy difícil en mi vida por separarme de un ser tan querido. A lo largo de estos años le fui explicando las razones por las que estoy lejos y qué hago como profesional. Trato de ayudarla, no solo en lo económico, si no que a través de consejos y cariño a la distancia. Poder tener el contacto y la unión durante todo este tiempo es un orgullo. Mis familiares han sido muy importantes para que yo pueda mantener este vínculo”.

Romero dejó el equipo Cuba la noche del 19 de junio de 2012 junto a cuatro compañeros, al salir del hotel Verdanza en Isla Verde, Puerto Rico. Tiempo después, algunos cambios permitieron que jugadores de la isla pudieran competir en ligas profesionales sin necesidad de dejar su familia y sufrir estas restricciones.

Pero Ismael solo piensa ahora en su fututo, en abrazar a su hija y volver a su tierra, después de hacerse una carrera en el profesionalismo en países como Puerto Rico, México y Argentina.

“Antes de que pueda regresar a Cuba debo aprovechar para seguir creciendo en mi juego y disfrutando de esta etapa, para de ese modo volver siendo el orgullo de mi hija y de toda mi familia”, añadió a Cormick.

La terminación de su prohibición llega junto a otro suceso que define su vida. Con la alegría de El Cubanazo por su posible regreso a Cuba coincide, por escasos días, otra noticia que compartió en su perfil de otra red social, Facebook.

En una reciente publicación mostraba una foto que corresponde a una notificación para la ceremonia de juramentación como ciudadano de Estados Unidos, marcada para el jueves 18 de junio. Ismael Romero no ocultó una mezcla de alegría por esta posibilidad, pero a la vez el dolor que ha pasado desde su salida de Cuba.

“Los que me conoces bien saben lo orgulloso que soy de ser cubano, pero he pasado tantas situaciones incómodas con el pasaporte cubano, que este jueves será un día especial, que cambiará mi nacionalidad, mi vida, para bien o mal, pero es lo que quiero”, afirmó.

En muchas ocasiones, las buenas nuevas llegan juntas, como premios a la esperanza. Para Ismael Romero, el mes de junio será inolvidable. Mientras espera sentir nuevamente a Dania Daniela, se convertirá en ciudadano estadounidense, aunque siempre se sentirá, como dejó bien claro, “orgulloso de ser cubano”.

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