El waterpolista cubano Iván Pérez salió de Cuba en 1996 para radicarse en España, país donde perteneció al equipo nacional y a la élite de ese deporte.

Durante sus inicios en Cuba mostró destellos de una gran calidad y, como miembro de la selección de la isla, “tuve la habilidad de jugar por la derecha y por la izquierda. Cuando hice el desarrollo fui un jugador alto pero habilidoso. Eso me hizo mantenerme hasta los 41 años ”, relató el jugador de origen cubano a Relevo.

Sobre su llegada a Espala, Iván conversó con el citado medio sobre el interés previo en su llegada a la península ibérica. “El Poble Nou mostró el primer interés, viajó el presidente a Cuba y llegué aquí en paracaídas”, dice.

Además, “pedí visado de turista y cuando cumplí los ocho meses, tenía que volver a Cuba a hacer el servicio militar… Si volvía me tenía que quedar dos años. Así que me quedé ya en España”, contó Iván Pérez.

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Tal decisión le hizo ganar cierta fama en Cuba, por tratarse de un atleta que se negó a firmar un “contrato de siete años de compromiso”.

“Me dijeron que me echarían. Y lo hicieron, y al poco tiempo me fui. Me conocían por el revuelo, porque de tantos deportistas cubanos que firmaron yo fui el único que no”.

“Recuerdo de ir a Atenas 2004 y coincidir con las chicas de voleibol y me llamaban «el famoso» Iván Pérez. Pero con Fidel (Castro) no hubo lío, él tenía que llevar todo el país, no estaba pendiente de un deportista. Pero sí fui famoso por eso”.

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