Llega una nueva edición del Juego de las Estrellas, esa fiesta de la pelota cubana con una amplia historia de altibajos, interrupciones, cambios en los nombres de los equipos y que quizás no ha terminado de “cuajar” del todo en el gusto popular.
Por el camino hemos vivido momentos inolvidables, jonrones espectaculares, pruebas de habilidades admirables, hechos de los cuales traemos un amplio compendio en los videos que incluimos en este trabajo.
En esta edición, los directivos de la pelota cubana dan una nueva vuelta de tuerca al evento, un cambio de identidad si se quiere, con nóminas que en esta ocasión pasan de llamarse Occidentales y Orientales, a ser conocidas como Estrellas del presente (jugadores mayores de 25 años) y las Estrellas futuras (hasta 25 años).
Es otro intento más de generar un producto llamativo que, paradójicamente, rompe con la tradicional división que en su mayor parte acompaña a este juego, y que se ha cimentado, además, en el “regionalismo” más ortodoxo de la pelota cubana.
“Hemos decidido hacer este año un Juego de las Estrellas diferente. Con esto no estamos tratando de negar la historia ni muchos menos. Esto es algo que haremos solo para esta serie y luego evaluaríamos el impacto y los resultados que tenga esta idea para la próxima temporada”, dijo Ernesto Reinoso, Comisionado Nacional de béisbol.
Por el camino, antes de esta versión modernizada del choque, se vivieron períodos de interrupciones que no ayudaron a fortalecer el atractivo de un choque que convoca, supuestamente, lo mejor del béisbol cubano.
Así pasaron los años con “baches” reiterados entre periodos de inestabilidad, pues a los que se desarrollaron en la década del 60 se vivieron ausencias en los 70; volvieron en los 80 durante unos años, para ser interrumpidos nuevamente hasta una recordada ocasión cuando los equipos mutaron los nombres a “Truenos” y “Centellas” en 1994, para desaparecer una vez más hasta 1998.
Desde entonces, con otros huecos de ediciones puntuales que no se hicieron, el Juego de las Estrellas se ha mantenido en forma más o menos estable, y por los terrenos han transitado figuras legendarias del pasatiempo nacional, algunas de las cuales ya ni juegan en Cuba.
Pruebas de habilidades, duelos de jonroneros, tiros al barril, carreras de home a primera han quedado en la retina de los espectadores. No se olvidan tampoco la presencia de ilustres veteranos que volvieron para deleite de los aficionados, algunos con libra y años de más.
Imágenes a Jugadores emigrados como Alexei Ramírez, Yoenis Céspedes o Yasiel Puig, inmersos en esas pruebas de habilidades, alimentan la nostalgia por el pasado glorioso del pasatiempo nacional.
Por supuesto, inolvidable el jonrón que Antonio Pacheco le dio a Lázaro de la Torre un 2 de febrero de 2008, con el cual el veterano de 44 años dejó al campo a sus rivales.
El Juego de las Estrellas trata de reinventarse para ser una verdadera fiesta. Mientras se vive el de este 2020, disfrutemos con estas imágenes del pasado.
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