La noticia voló como pólvora este martes: Alfredo Despaigne —el Caballo de los Caballos, el Alazán mayor— no jugará por Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia. Tampoco estará en tierras cafeteras el relevista pinareño Liván Moinelo, según informó Higinio Vélez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol.

Tanto Despaigne como Moinelo se desempeñan con éxito en la Liga profesional de Japón mediante contratos gestionados por el INDER. El granmense y el pinareño son, quizás, los mejores valores “exportables” de la pelota cubana que mantienen el vínculo con las instituciones deportivas cubanas.

Vélez dijo este martes que los contratos de los cubanos que juegan con los Halcones de Softbank no contemplan la cláusula que les permite a esos atletas la asistencia a los Centroamericanos.

Los detalles sobre las contrataciones del INDER son muy escasos —ya lo sabemos—, pero sorprende que la ausencia de Despaigne y Moinelo, dos fijos en el equipo Cuba si no existieran inconvenientes, se conozca justo ahora y no antes, en algún momento inmediatamente posterior al fichaje de ambos jugadores.

Sin embargo, anunció Vélez, el resto de los jugadores cubanos contratados en el extranjero —tanto en Asia, Europa o América— sí podrá estar en el equipo Cuba a los Centroamericanos del verano.

Despaigne y Moinelo fueron figuras claves con los Halcones de Softbank la pasada temporada. De hecho, los Halcones ganaron el título de la Liga y eso revalorizó a los dos cubanos. Quizás —suponemos— la gerencia de la franquicia japonesa, los jugadores y la parte cubana renegociaron los contratos antes del inicio de la temporada 2018. Es una teoría.

Nada queda claro. Hasta ahora, la política de contrataciones del INDER había sido bastante nítida: los atletas cubanos podrían representar a nuestro país en los eventos deportivos más importantes del año. Y este año, según la óptica oficial, son los Centroamericanos de Barranquilla lo más significativo.

Evidentemente, contratos con cláusulas “de retorno” son raros en el mundo de hoy y suponen —o deberían suponer— una reducción de salarios o bonificaciones. Los Halcones no quieren perder a dos de sus mejores jugadores en medio de la actual temporada, obvio, y, por la parte cubana, ni Despaige ni Moinelo desearían ver afectados sus ingresos. El INDER, quizás, tampoco quiere perder su tajada del pastel de ingresos.

El comisionado nacional de béisbol, el espirituano Yosvany Aragón, dijo que el equipo definitivo para los Centroamericanos se conocerá en julio y será el mismo que tope con EEUU, en Cuba, antes del torneo en Barranquilla.

Según los comentarios en redes sociales, los aficionados cubanos —en su mayoría— apoyan que Despaigne y Moinelo se queden en Japón y defienden la idea de que a Barranquilla acuda un equipo cubano de figuras jóvenes y prospectos en desarrollo.

El gobierno cubano aprobó en 2013 la política de contratación de atletas, a tono con las reformas emprendidas por la administración de Raúl Castro. Según el INDER, el objetivo principal de los contratos es impulsar el desarrollo del deportista con beneficios para todas las partes firmantes.

Hasta ahora, entre las exigencias de Cuba —según ha informado la prensa oficial— se incluye la posibilidad de que los atletas contratados en el extranjero representen a nuestro país en cualquier momento, si se realiza la solicitud por la parte cubana.

Este hecho resalta, por contraste, lo peculiar del caso de Despaigne y Moinelo. ¿La decisión de no convocarlos a la selección nacional —más allá de que esté o no estipulado en un contrato— significa una ruptura con el modelo cubano de contrataciones? ¿Reconoce implícitamente el INDER que los Centroamericanos de Barranquilla no son tan importantes? ¿Son más importantes los ingresos económicos que la «gloria deportiva de la patria»? Solo tenemos preguntas.

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