A solo 48 horas de comenzar el II Coloquio Museo y Salón de la Fama del Béisbol Cubano, evento teórico y de reflexión en el cual serían exaltados los nuevos miembros del Salón de la Fama, llegó una increíble noticia: «La Comisión Nacional y la Federación de este deporte, decidieron aplazar el evento hasta nuevo aviso».

Después de siete meses de trabajo por parte de un grupo de cronistas e historiadores, organizando el evento junto a los dirigentes del béisbol nacional, invirtiendo tiempo y creando las bases para rescatar el Salón de la Fama de nuestro país; después de largos debates creando reglamentos, comisiones, estatutos, y dándole forma a un proyecto anhelado por todos los aficionados; la noticia pulverizó esfuerzos y sueños, estremeció a los inmortales en su tumba y puso al desnudo el desorden institucional que impera en nuestra querida Isla.

«La Comisión Nacional de Béisbol y la Federación Nacional han acordado posponer el II coloquio del béisbol cubano, así como la votación para elegir a los nuevos miembros del Salón de la Fama hasta nuevo aviso para poder trabajar desde el punto de vista jurídico estas cuestiones y poder ir trabajando en el local que se utilizará para ese salón, que se definió hacerlo aquí, en el estadio Latinoamericano, con todas las de la ley.

«El Salón de la Fama no está instituido, no hay nada que respalde el reglamento desde el punto de vista jurídico, así como el premio Martin Dihigo, que es cierto que fue avalado por nosotros en su momento, pero no está instituido», explicó Yosvany Aragón, Comisionado Nacional de la disciplina.

«Sé que ustedes, que llevan trabajando varios meses en esto, pueden sentir un poco de insatisfacción pero pienso que es más beneficioso esperar un poco. No hay ningún tipo de problema logístico ni de financiamiento, simplemente queremos hacer bien las cosas.  Por supuesto que pensábamos que todo estaba bien en este sentido, pero nos orientaron al respecto y no queremos dar un paso en falso. Es mejor esperar por cuestiones legales, lamentablemente es así y espero que lo entiendan. Hemos pasado mucho trabajo para llegar hasta aquí, pero todo este esfuerzo no se perderá, no es una suspensión, es solo un aplazamiento hasta próximas fechas», concluyó.

Las justificaciones carecen de peso, los elementos que se plantean no son lo suficientemente fuertes. Ahora, según dicen, la exaltación que se hizo en el año 2014 también es ilegal, no tiene base jurídica. El «aplazamiento» no es más que una palabra hueca, una distracción momentánea, una bomba que desvía el cauce natural de las cosas, un borrón absurdo.

¿Quién es el culpable? ¿A quién le molesta la construcción de un templo sagrado y solemne donde descansen los inmortales que le han dado vida a este deporte? ¿Por qué tenemos que quedar en ridículo ante el mundo con estos absurdos?

Lo sucedido no tiene otro calificativo, es anti-ético, va en contra de nuestros principios y contra el anhelo de un pueblo al que le corre béisbol por las venas.

Una vez más, encubiertos por la burocracia y las telarañas legales, un grupo indefinido de personas con cierto poder, cercena este proyecto que solo busca rendirle honor a los hombres que han puesto en alto el nombre de nuestra patria a través de los años, y que han dedicado gran parte de su vida al deporte que muchos amamos y que tanto prestigio internacional nos da.

«Aplazamiento» es una palabra que ahora mismo tiene muchos significados. No tengo dudas: el Salón de la Fama del Béisbol Cubano se fue a bolina como un papalote.