Uno de los mayores y recordados escándalos de la pelota cubana fue el acontecido a raíz de la venta de juegos, motivo por el cual fueron sancionados una serie de peloteros en los años 80´. Uno de ellos, Eddy Herrera, el tercera base de Industriales que, junto a otros 16 jugadores de la capital, fue acusado y encarcelado en el año 1982 ha defendido su inocencia desde entonces.

Eddy Herrera se encarga de mantener vivo el recuerdo de lo que vivió, y clama justicia para él y sus compañeros. Así lo hizo saber este jueves a través de su perfil en Facebook, fecha en la que fuera encarcelado hace exactamente cuatro décadas. Un día como hoy, 17 de marzo de 1982 hace 40 años conocí las verdaderas entrañas de este gobierno militar. Yo era un inocente y humilde ciudadano cubano jugador de béisbol del equipo Industriales de la capital que fui detenido por la policía”, dejó saber el exjugador.

A continuación, Eddy Herrera detalló que fue “humillado, abusado, en mi barrio sin ninguna consideración, al llevarme esposado y sin explicación, luego de registrar mi casa y no encontrar nada comprometedor que manchara mi reputación alcanzada en toda mi vida. Sin querer conocí al monstruo y no conocía sus entrañas, me las enseñaron cuando me encerraron en una celda”.

Tres días después me sacaron de la celda y en un cubículo donde me esperaban oficiales del D.T.I. (Departamento Técnico de Investigaciones) un capitán llamado Raymundo Prieto me preguntó si quería saber por qué estaba detenido. Le contesté rápidamente que sí y él, riéndose cínicamente, sacó un periódico Granma para que buscara en la página deportiva un escrito con información del INDER”, reveló Eddy Herrera en el post.

“Fui desesperadamente y busqué (…) en ese escrito que el capitán me obligó a leer en voz alta pude apreciar todas las maldades que era capaz de hacer este gobierno militar, al leer todas las ofensivas y abusivas palabras que allí se decían de 17 jugadores de béisbol en la capital, asegurando que estaban presos, confesos y con pruebas testificales que traicionaron al pueblo vendiendo juegos de béisbol”.

“Con muchas esperanzas y seguridad de no haberme vendido leí hasta que llegó la lista de los beisbolistas y, en el número ocho estaba yo Eduardo “Eddy” Herrera Tamayo, me quebré como un niño pequeño, lloré con todas mis fuerzas al ver que el gobierno militar estaba mintiendo, pues en mi caso no me habían investigado”, detalló.

En aquel entonces, Eddy Herrera, tildado como traidor al béisbol, comenzó una batalla para demostrar su inocencia y limpiar su nombre. “Hoy estoy muy fuerte en mi convicción de que soy inocente (…), pero me siento muy triste porque hace ya 40 años que estos tiranos con sus monstruosas entrañas no me dejan ni a mí, ni a los que están vivos demostrar a todos los cubanos del mundo que somos inocentes”.

Alrededor de este suceso se ha conjeturado mucho y su verdadera naturaleza permanece oculta. El consenso general considera que la mayoría de los casos de 1982 fueron procesados de manera injusta y usados como medida ejemplarizante. Esto se debió a que, en años anteriores, varios peloteros de La Habana fueron suspendidos por vender juegos -algunos de ellos confesaron-, como Bárbaro Garbey.

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Imagen cortesía de Foto: Hansel Leyva