En nuestro recorrido habitual por las mejores actuaciones de prospectos cubanos en las Ligas Menores a la Clase A. Por allí pasaron, en su camino ascendente, Yiddi Cappe, Michel Baez y Yosver Zulueta. Todos con números interesantes, pero con poco tiempo de estancia.

La Clase A es el primer escalón fuera de las categorías “Rookie”, por lo que los jugadores empiezan a tener más libertad para encontrar sus mecánicas de juego propias, empiezan más a ser ellos mismos, para bien o para mal.

Es la hora de poner en práctica las enseñanzas recibidas y demostrar que pueden hacer ajustes en primera persona y en poco tiempo, para adaptarse a las situaciones que encuentran en los terrenos de juego.

Por supuesto que tiene un gran mérito poner números allí y mostrar las habilidades adquiridas. De lo mejor visto, a continuación, les contamos.

Edgar Quero (Angelinos de los Ángeles, 19 años, receptor)

Edgar Yoel Quero batea a ambos lados del cajón y posee una notable habilidad para hacer contacto y discriminar picheos, lo cual le permite llegar con frecuencia a la inicial de forma gratuita (73 veces en la recién concluida temporada para el 14.2% de los turnos).

Aunque su perfil estuvo más orientado al contacto en sus primeros pasos, la fuerza al bate creció de forma impresionante desde su debut y el 2022 marcó una explosión en ese sentido (17 cuadrangulares en 413 turnos al bate oficiales).

Quero fue firmado en el 2021 por una suma de 200 mil dólares en un momento en que ya el periodo de firmas internacionales tenía un mes de desarrollo. Esa suma, otorgada en febrero, habla de un grandísimo esfuerzo de la organización por hacerse con sus servicios, y pone en relieve la expectativa que el jovencito generó desde el primer momento.

Nacido en el municipio de Santa Isabel de las Lajas, se formó como receptor en la cercana provincia de Villa Clara a la sombra de grandes defensores de la posición.

El jovencito fue seleccionado en el 2021 como mejor receptor dentro de la franquicia de los Angelinos y pasó desde ser el prospecto número ocho para la organización, según MLB Pipeline a inicios de temporada hasta terminar en el puesto tres luego de terminado el curso regular del 2022.

Sus números avalan el salto, pues promedió para .312 (129 hits en 413 turnos) con un OPS de .965. Además de los cuadrangulares mencionados anteriormente conectó 35 dobles y dos triples, acercándose al 50% de extrabases con respecto a los hits conectados e impulsó 75 carreras y anotó 86 (participó en más de una carrera de su equipo por partido).

Edgar Quero, para muchos entendidos, debió estar incluido en el Top 100 de MLB Pipeline, pero esta omisión no impide que se proyecte para avanzar con grandes posibilidades hasta la Clase-A Avanzada en el 2023 y de acuerdo a la edad, la dificultad de su posición y la existencia de un Loggan O´Hoppe (prospecto número uno de la organización) ir con bastante calma en cuanto a quemar etapas de desarrollo, por lo que el tiempo está completamente a su favor.

Yanquiel Fernández (Rockies de Colorado, 19 años, OF)

Si buscamos una palabra que defina a Yanquiel como jugador de béisbol, quizás lo más cercano sea “fuerza”. El jovencito de solo 19 años de edad despachó 21 cuadrangulares en su segunda campaña como profesional, brincando por encima del Complejo de Arizona y aterrizando en la Clase A desde la DSL (Dominican Summer League).

Fernández, quien batea y tira a la zurda, está ubicado en el puesto 12 en el ránking de prospectos de los Rockies de Colorado. Además de los 21 jonrones conectados en la temporada recién concluida el espigado jugador cerró con un OPS de .848 y un promedio ofensivo de .284 (135 imparables, de ellos 59 extrabases, en 112 partidos).

De su primera temporada en un nivel inferior el jardinero aumentó el porcentaje de batazos conectados de fly (del 33.6% al 37%) y lo que es incluso más importante, la parte de estos que se convierte en cuadrangular (del 12% al 15.8%) para un ISO (poder aislado) de .223. Ahí radica parte del secreto de su explosión de fuerza.

De igual manera, y acá hay un aspecto en el que trabajar, aumentó su porcentaje de ponchados hasta el 21.8% y disminuyó los boletos hasta el 7.5% de las comparecencias al home.

Con seguridad las 109 empujadas y 76 anotadas (prácticamente intervino en 1.5 carreras por partido) serán la catapulta para llevarlo hasta la Clase A Avanzada en el 2023 de inicio y en función de los que muestre allí podría terminar el año en la categoría más exigente de las Ligas Menores (AA).

Sandro Bargallo (Marlins de Miami, 20 años, lanzador zurdo)

A inicios de temporada hablamos de la proyección de Sandro que lo podría catapultar hasta convertirse en el nuevo “delfín” de la organización de los Marlins de Miami. Es un lanzador zurdo de 180 libras de peso repartidas en seis pies y una pulgada que tuvo una temporada bien por encima de la media con 22 salidas (20 como abridor) y con una cantidad de entradas trabajadas (82.0) bien por encima de los 27.2 innings trabajados en el 2021 y que era su tope para una temporada.

En su paso por la temporada 2022, el natural de Contramaestre, en el oriente cubano, tuvo una efectividad de 3.51 y un Whip de 1.59. El promedio de bateo en contra fue de solo .204 pero regaló 70 boletos (7.68 por cada nueve entradas lanzadas y al 18.9% de los bateadores enfrentados).

Bargallo logró además 92 ponches (10.54 por partido de nueve entradas) y sacó por esa vía al 25.9% de los rivales que vio sobre el cajón de bateo. Otro aspecto bien positivo es que el 62% de las conexiones que permitió fueron de rolling.

El granmense tiene todavía un amplio futuro por delante. Sus 20 años lo ponen en posición de no tener prisas en su avance y tomarse cada paso con la calma necesaria para desarrollar todo lo que debe desarrollarse en él. El 2023 lo verá con seguridad en la Clase A Avanzada y estaremos acá para contarlo.

Orlando Ribalta (Nacionales de Washington, 24 años, lanzador derecho)

Aunque Orlando Ribalta nació en la ciudad de Santa Clara, en el centro de Cuba, llegó a los Nacionales de Washington por un camino diferente. Fue seleccionado por el equipo de la capital de los Estados Unidos en el draft amateur del 2019 en la ronda 12 (selección 363 en general).

Llegó con el aval adicional de ser el primer lanzador en la historia de su colegio (ASA College-Miami) en pegar dos cuadrangulares en un mismo partido.

En su tercera temporada como jugador profesional (y teniendo en cuenta que se perdió el 2020 debido a la Covid 19) el espigado derecho fue colocado en Clase A desde el arranque. Su plazo por la categoría se puede clasificar de exitoso. La efectividad de 3.97 en 25 juegos como relevista no dicen sobre lo ocurrido.

El lanzador solo recibió anotaciones en ocho encuentros. De las 15 carreras limpias permitidas 9 fueron en las primeras 1.2 entradas de labor de la temporada. En el resto de su paso por la clase A tuvo una efectividad de 1.67 (32.1 EL, 32 ponches y 15 boletos) lo que le valió para ser promovido a la Clase A Avanzada logró 2.20 de efectividad en 12 encuentros.

Ambas actuaciones unidas, además del interés de la organización, le dieron un pase a la Liga Otoñal de Arizona y el 2023 podría ser un año en el que el lanzador termine a las puertas de las Grandes Ligas.

Julio Rodríguez (Gigantes de San Francisco, 22 años, lanzador derecho)

El lanzador camagüeyano de Santa Cruz del Sur firmó con los Gigantes en el 2018. El 2022 constituyó su tercera temporada como profesional (estuvo fuera de competencia en el 2020, como el resto de sus compañeros, y el 2021).

A su regreso fue ubicado en la Clase A con los Gigantes de San José. En 38 partidos (todos como relevista) tuvo una efectividad de 4.34 y un WHIP de 1.74 (promedio de bateo en contra de .263) pero su tasa de ponchados (63 ponches para el 27.5%) hizo que valiera la temporada.

Solo permitió anotaciones en 11 partidos y 9 de las 23 carreras limpias a su cuenta llegaron en dos desafortunadas salidas. Si solo medimos las restantes 36 la efectividad queda reducida a 2.68 carreras limpias por cada nueve entradas de labor y entonces ya estamos hablando, al igual que en el caso de Orlando Ribalta, de una temporada de altos quilates, al menos en cuanto efectividad.

De todas maneras, Rodríguez deberá trabajar en su control (19.47 picheos por entrada lanzada en demasiado) al igual que los 13 lanzamientos descontrolados y cuatro pelotazos en solo 47.2 entradas de labor.

Debido a la edad, Julio podría iniciar la temporada aun en la Clase A y probar que sus temas relacionados con el control pudieron ser tratados en la temporada baja antes de avanzar a la Clase superior. De lograrlo tiene chances de seguir la cuesta arriba y hacer del 2023 un año incluso más productivo.

Seguimos nuestro camino ascendente descubriendo lo que más vale y brilla en las Ligas Menores en cuanto a talento cubano. Las Clases AA y AAA están a la espera y pronto sobre ellas estaremos contando.

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Imagen cortesía de MiLB