Los partidos de futbol se dominan en el medio y se ganan en las áreas: pegada en la rival y contundencia en la propia para traducir el control del encuentro en un resultado favorable.

Al Barcelona, en su partido contra el Napoli por los playoffs de la Europa League se le mojó la pólvora y le anotaron un gol en una de las pocas escaramuzas ofensivas de los partenopeos. Por eso, a pesar de someter a los italianos buena parte del trámite, terminaron empatando a un tanto.

Finalmente, sonó por primera vez el himno de la Europa League en el Camp Nou. Una sintonía inédita para el público blaugrana pues la última vez que los culé jugaron la segunda competición europea todavía se llamaba Copa de la UEFA. No obstante, el cartel del partido era atractivo, un Barcelona-Napoli suena a fase KO de Champions.

Xavi sorprendió un poco con el once colocando a Mingueza como lateral por la derecha, después de haberlo tenido en el ostracismo, así como dejando fuera a Sergio Busquets. La otra novedad fue la primera titularidad de Aubameyang. El gabonés jugó en la punta del ataque mientras Ferran iba a la izquierda y Adama mantenía su posición en el extremo derecho. En tanto, Luciano Spalleti no sorprendió con su once y salió con lo mejor que tiene: un 4-2-3-1, que se termina transformando mucha vez en 4-4-2.

Sin Busi en el once, Frenkie de Jong asumió su posición, pero no su rol. Más bien nadie en el Barca lo hizo. El neerlandés se metía muchas veces en la última línea, ya sea entre centrales o lateralizando sobre la izquierda, para generar esa primera superioridad 3 vs. 2 contra la primera línea italiana. Quiso imponer el ritmo de Jong desde su conducción para atraer, superar a los delanteros del Napoli y atacar a la siguiente, pero el Barca se atascó.

La presencia de Aubameyang como punta y de Nico como interior derecho dejó solo a Pedri como única amenaza entre líneas. Aubameyang es un futbolista que te aporta mucho en profundidad, trazando desmarques, generándose sus propias jugadas, pero que le falta sensibilidad técnica en el juego asociativo y por tanto, viniendo al apoyo, se pierde mucho ritmo. Y por su parte, Nico muchas veces necesita un toque extra o no se atreve a realizar ciertas acciones.

Sin poder activar el tercer hombre, y mover la pelota con velocidad, el Barca se hizo un poco previsible en su juego interior y esto hace que no se generen situaciones de ventaja afuera. Solo Pedri era capaz de encontrar esos espacios a la espalda de la línea de medios y acelerar el juego culé. Tampoco Alba en el sector izquierdo estuvo muy fino en su toma de decisiones.

La noticia buena para los azulgranas era que presionaban bien la perdida y el reinicio. En este último, presionaban con Aubameyang a un central, Pedri al otro, siempre impidiendo pase con medio centro, los extremos entre mediocentros y laterales para saltar según fuera el balón. Si la pelota iba a banda, basculaban todos hacia esa zona obligando a lanzar.

El Napoli no sufría muchos remates y defendía con cierta tranquilidad, pero solo podía salir a través de maniobras muy complejas. Eso sí, cuando lo hacían, podían dar con Osimhen en carrera. Spalleti le pidió a Elmas, teórico extremo derecho, que en salida de balón centralizará su posición. Como Alba generalmente no seguía, era una atención extra para Eric porque Osimhen lo fijaba, tanto a él como a Pique. El Napoli, que un inicio intento iniciar sobre el sector izquierdo con Koulibaly, Insigne y Fabian, empezó a girar el juego a la derecha.

Di Lorenzo, Zambo Anguissa, Zieleński y Elmas empezaron a ganar duelos en esa zona y los italianos se estiraron. Incluso, marcan su tanto del encuentro en una jugada que se gesta por ese carril. Salen con el lateral italiano que encuentra por dentro a Anguissa, este lanza sobre el desmarque de Osimhen, Eric despeja mal, Zieleński se queda con ella, varios toques con Elmas, incluido una pared en el pico del área un pase atrás para el polaco y par de remates ante la pasividad de la defensa blaugrana, sobre todo, de Frenkie de Jong.

Con ese tanto, los partenopeos se sintieron cómodos, ganaron un poco de enteros en el partido y el Barca acusó el golpe. Con el 0-1, se fueron a los vestuarios. El Barca con cierto control, pero sin remate más allá de dos fallos de Ferran y Pedri, respectivamente.

Lo que sucedió en el segundo tiempo, sobre todo, se explica desde los cambios de Xavi, aunque el gol del empate llegó antes. Un desborde de Adama que centra y de manera accidental pega en la mano de Juan Jesús. Penal transformado en gol por Ferran.

Obviamente, el tanto influye emocionalmente y se refleja en el juego, pero difícilmente sin la entrada de Busquets, Gavi y Dembélé por De Jong, Nico y Adama el discurso del juego hubiese sido distinto.

Gavi sí es un jugador que entre líneas juega a la cantidad de contactos necesarios, Dembélé puede ir y venir entre el pico del área y la raya, y Busi es el jugador que mejor activa a los que tiene por delante.

Con ellos, la circulación tomó velocidad sin necesidad de dar con Aubameyang que empezó a entrar más y mejor en juego. Pedri siguió siendo la máxima referencia, el Napoli se hundió y entre Eric y Piqué cortaron el juego directo con Osimhen. Le tocó sobrevivir a los de Spalletih a los cuales la factura de correr tanto detrás del balón los terminó fatigando.

Los culé lograban agrietar la zona entre los dos mediocentros italianos con Pedri y Gavi jugando en sus lados ciegos, acercándose y alejándose del balón según necesitará la jugada y abriendo el compás para que, si la jugada llegaba afuera, los extremos recibieran con ventajas.

El picoteo de un Dembélé enchufado, capaz de producir recibiendo en el pico de área pegadó a la cal, más su calidad para encontrar salidas tanto para adentro como buscando línea de fondo, significaron para la banda derecha de los napolitanos cambiar la forma en la que defendían, porque Adama, aunque puede llegar a ser efectivo, es predecible.

Luciano Spalleti metió mano buscando cambiar el partido y refrescar físicamente a su equipo. Insigne fuera, de partido sacrificado, pero poco importante ofensivamente, mientras Mario Rui entró por un Juan Jesús que no podía ante Dembélé y Denme lo hacía por Fabian para intentar tener un jugador más posicional en el eje. Pero no resultaron, pues el Barca se hizo del trámite y lo dominó hasta el último minuto. 

Los azulgranas acumularon muchísimas situaciones de gol en la segunda mitad. Varías protagonizadas por Ferran. Inexplicablemente, el valenciano no tuvo su día.

Normalmente, es un buen rematador y hoy todos sus golpeos se fueron lejos del marco. Viendo el vaso medio lleno, logró encontrar esos sitios para finalizar y el Barca generar las acciones para que él las terminará: lo natural es que, de mantenerlo, les terminé dando réditos.

La falta de pegada hizo que no pudieran traducir el dominio en goles y con ello, que se terminaran llevando solo un empate. La vuelta en el Diego Armando Maradona el próximo jueves será una prueba incluso más difícil para un equipo que, fuera de casa, baja mucho sus prestaciones y que da la sensación de que le falta crecer a nivel competitivo para controlar las situaciones en que están siendo dominados.

Seguramente, en el sur de Italia se encontrarán con segmentos del juego en que los napolitanos aprieten y ahí, habrá que ver cómo responden. Dejaron la definición para la vuelta y ahora es un partido de muerte súbita sin ninguna ventaja ante un equipo con calidad como para aniquilarte si dejas la puerta abierta.

El Barcelona ya conoce que, sin pegada, no hay paraíso. Por ahora, les sigue faltando gol.

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Imagen cortesía de Mundo Deportivo