Para los días previos al Mundial de Fútbol estaba programado un amistoso entre Israel y Argentina, con sede en la icónica ciudad de Jerusalén. La polémica levantada tras su anuncio finalmente derivó en su suspensión unilateral por parte de la Albiceleste, para desdicha de los 35000 aficionados que habían movido cielo y tierra por sus entradas, y para satisfacción de quienes amenazaron a los futbolistas por motivo del encuentro.

No es la primera vez que el conflicto árabe-israelí se hace sentir en el más universal. De hecho, es uno de los dramas políticos que más se reflejan en dicho deporte, sino el que más. Es la razón de que Israel se encuentre bajo el auspicio de la UEFA, del llamado al boicot a más de un club, de numerosas denuncias ante la FIFA, y de que los temibles hooligans parezcan moderados junto a ciertas hinchadas de esta región.

Fue en 1974 cuando se hizo evidente que el fútbol llevaría su parte en esta tensión histórica, año en que la hostilidad de los países musulmanes y su negativa a jugar con Israel, terminó en su expulsión de la Confederación Asiática de Fútbol. Desde entonces, la selección israelí deambuló por casi todas las confederaciones del globo, hasta recalar en la europea a principio de los noventa.

Pero más allá de esta abrupta salida, o de la incidencia del conflicto en varios torneos de primer nivel, ningún evento como la Liga Premier de Israel para ver hasta qué punto llega esta influencia. Allí la guerra se lleva al terreno, en especial cuando toca enfrentarse al Beitar Trump Jerusalén y al Bnei Sakhnin. Ambos son los equipos predilectos de los extremistas, que dicho sea de paso no son minoría. El primero agrupa a los nacionalistas judíos de línea dura, el segundo a los musulmanes pro-palestinos del país. Lo menos que se gritan es “guerra, guerra, guerra…”.

Ya desde su fundación en 1936, el Beitar tenía bien definido su carácter. En esa misma década, se vio inactivo cuando los ocupantes británicos arrestaron a varios de sus jugadores, cuyas actividades iban desde la agitación política hasta el terrorismo puro y duro.

Nunca han fichado árabes, ni lo van a hacer por lo pronto. Se jactan de ello. Los únicos musulmanes que una vez formaron parte del equipo, dos chechenos traídos como experimento, la pasaron bastante mal y tuvieron que salir por la puerta de atrás.

La Familia, como se hace llamar la barra brava del equipo, tiene un dominio casi absoluto en las gradas y una influencia determinante sobre el club. Sus cánticos hacia los árabes varían desde “Mahoma es homosexual” hasta “Os vamos a quemar la tierra”. Incluso son capaces de romper un minuto de silencio en homenaje al primer ministro israelí Isaac Rabin–uno de los principales promotores de la paz en la región– nada más y nada menos que coreando el nombre de su asesino.

Los hinchas del Sakhnin no se quedan atrás. Con lemas con una mayor connotación religiosa, cantan mayormente sobre defender mezquitas con su “alma y sangre”. Menos en cantidad, pero iguales en intensidad, animan a los jugadores en árabe e insultan al árbitro y a los rivales en hebreo. Como para dejar bien claro su mensaje.

Aunque mención aparte merecen dichos equipos, hay que decir que en la liga en general predomina este ambiente bélico. Razón que ha llevado a la policía a suspenderla en más de una ocasión. Y como no es de extrañar, cada temporada se matiza con los correspondientes enfrentamientos callejeros, sabotajes, atentados y asesinatos selectivos, a veces con los jugadores como víctimas.

Esta es la situación en la que a diario se ven envueltos los futbolistas israelíes. Una pequeña dosis de la misma durante unos días, fue suficiente para que los argentinos cancelaran de tajo el encuentro. Bastaron las consignas de un puñado de manifestantes, camisetas manchadas de rojo, alguna que otra amenaza, y una carta supuestamente escrita por 70 niños palestinos donde piden a Messi que no juegue “sobre la tumba” de sus antepasados.

Tras la suspensión, la Albiceleste recibió las felicitaciones de los mismos que la amenazaron, a la par que fue demandada y hasta se contempló pedir su suspensión internacional. La afición futbolera israelí se tomó bastante mal la cancelación del juego, el cual iba a ser efectuado en el campo del Beitar. Peor aún se lo tomaron los empresarios encargados de organizarlo, y la Federación de Fútbol de Israel lideró el descontento con serios reclamos.

A este lado del mundo, los futbolistas se excusaron en la “seguridad y el sentido común”, mientras la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas dirigió una dura carta a ‘Chiqui’ Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Según palabras del presidente de la DAIA, “la suspensión de este partido no fue siquiera una negociación con un grupo de violentos extremistas. Fue, directamente, una capitulación.” Expresa que tal decisión, “ha demostrado a todo el mundo que el miedo puede vencer”.

Ya casi ningún estado decide donde pueden o no jugar sus selecciones. Los boicots a copas mundiales y regionales dejaron de ser una opción, dado el suicidio político que ello representaría. El fútbol es un fenómeno masivo, una industria multimillonaria que además es popular en extremo, pero aún no lo suficiente como para imponerse a esta tensión histórica.

Muchos han expresado su desaprobación a la cancelación del juego, otros tantos hallan la acción plenamente justificada. Opiniones aparte, lo cierto es que este conflicto ha vuelto a incidir sobre el más universal, así como el más universal sobre el conflicto. Ahora que el Mundial ha concluido, toca a la Asociación del Fútbol Argentino reprogramar el partido, a ello se comprometió públicamente. Queda ver si esta vez se ciñen a lo acordado, o vuelven a ceder a las presiones.

Fuentes

Argentina cancela un amistoso con Israel ante amenazas de muerte. El Nuevo Día.com [1]

¿Por qué Israel no juega en Asia? [2]

El partido entre un club de fútbol que representa a la ultraderecha judía y otro que encuadra jugadores árabes levanta pasiones. Ricardo Mir de Francia. [3]

La Intifada regresa al fútbol. Pedro Cifuentes. [4]

Así es la Familia del Beitar Jerusalén. Gustavo Veiga.[5]

Niños palestinos piden a Messi que no juegue amistoso del sábado con Israel. El Nuevo Herald.  [6]

Hamas felicita a Argentina por suspender partido “con la ocupación israelí”. Noticias de Israel  [7]

La Federación de Fútbol de Israel pedirá excluir a la Argentina del Mundial. [8]

Carta de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas a Claudio Tapia. [9]

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