Tras pasar un tiempo en prisión y ahora enrumbar su vida con su pasión por las artes marciales, al cubano Ulysses Díaz no le basta con haber conectado el nocaut más rápido de la historia del boxeo a puño limpio, pues con su victoria, este guerrero lanza un mensaje: quiere ser campeón mundial.

Hay mucho de caída y de levantarse en la carrera de quien este fin de semana asombró al mundo con su impresionante triunfo con el cual mandó a la lona al estadounidense Donelei Benedetto cuando habían transcurrido apenas tres segundos de su combate.

Ulysses Díaz había avisado que llegaba para causar una fuerte impresión, pero su presentación en su segunda pelea en el Campeonato a Puño Limpio en el Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC) en Miami fue algo de otro planeta.

El guerrero quiere ser el primer campeón ligero pesado nacido en Cuba y no cree en el hecho de que tiene poca experiencia en este tipo de combate, un boxeo más violento que su pariente, pero cuenta a su favor con que viene de “la calle, me he criado a golpe puro. Es algo que viene conmigo de mi pasado. He peleado a mano limpia toda una vida y estoy listo para esto”, como dijo a El Nuevo Herald.

Ulysses vive para el combate, porque luchar desde joven para sobrevivir ha sido parte de su vida, y ha practicado distintas modalidades, como el boxeo tradicional -con 13 combates en su cuenta, una sola derrota y 11 nocauts- las artes marciales mixtas -una victoria pro fuera de combate- y hasta el jiu-jitsu.

“Pelear está en mi sangre, las artes marciales completas me fascinan. Como me conocen y saben quién soy y lo que ofrezco, pues me llaman de distintos circuitos y yo no le digo que no a ninguna oportunidad”, dijo a Ebro.

Las peleas profesionales a puño limpio no fueron legales bajo ninguna ley federal o estatal de Estados Unidos hasta que Wyoming legalizó el deporte el 20 de marzo de 2018 y desde entonces ha crecido su popularidad y aceptación en el país.

ESPN recuerda que incluso en el siglo XIX, cuando el famoso boxeador John L. Sullivan reinaba como campeón del deporte, fue arrestado tras una pelea a mano limpia contra un rival, que duró 2 horas y 16 minutos. Con el tiempo, se comenzaron a usar los guantes y nacía el boxeo que conocemos hoy.

Pero por duro que sea, UlyssesDíaz no rehúye pelea alguna, porque “siempre que sea enfrentarme a un oponente, lo mismo da que con guantes o sin guantes, arriba o en el suelo, pero el boxeo y el Bare Knuckle me gustan más que nada”.

Para alcanzar sus sueños de una corona mundial escogió una modalidad dura, que suele impresionar por las heridas que provoca en quienes la practican, pero que tiene un gran potencial en una audiencia que comienza a crecer.

El cubano tiene 39 años y se siente en la cima de su carrera, e incluso habla sin miedo de pelear por el campeonato del mundo de su división. Para él es una bendición hacer sobre el encerado y por dinero, lo que ha hecho en gran parte de su vida en las calles.

Respecto a su pasado, Uly compartió tiempo atrás una frase del escritor C.S. Lewis, el autor de las Crónicas de Narnia, que evidenciaba su decisión de cambiar su vida: “No puedes volver atrás y cambiar el principio, pero puedes empezar donde estás y cambiar el final”.

En su combate contra Donelei Benedetto dio una demostración de lo que puede hacer pese a que todavía empieza en el Bare Knuckle, pues nada más que sonó la campana se abalanzó sobre su rival y le propinó el fulminante nocaut que está recorriendo las redes sociales y medios de comunicación. Pero, Ulysses Díaz, “The Monster”, tiene metas mayores.

“Quiero ser campeón mundial en esta modalidad. Para eso me sacrifico. Tengo un orgullo grande, porque soy pionero de Bare Knuckle y estaré en los libros de historia. Pero quiero mucho más. Con la ayuda de Dios seré el primer campeón mundial ligero pesado de Bare Knuckle”, afirmó a Ebro. Su pelea, decidida en apenas tres segundos, es una buena carta de presentación.

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