¿Es momento de que Aaron Boone tome una decisión con respecto a su cerrador Aroldis Chapman o es momento para que el cubano regrese a su mejor versión?
Mientras los problemas con el control persisten y ahora “Chappy” está en la lista de lesionados con una tendinitis en el tendón de Aquiles, una pregunta retumba fuerte en el Bronx y en la afición cubana: ¿debería seguir cerrando juegos para los Yankees?
Aroldis ha sido uno de los mejores taponeros de nuestra época. No por gusto, es uno de los tres cerradores activos con más de 300 juegos salvados. Pero, desde la temporada pasada, el peor amigo del lanzador -el descontrol- lo está afectando. En ese lapso, también ha tenido que lidiar con algunas lesiones: recordemos que tuvo problemas con una uña en su mano de lanzar.
Desde que el holguinero se convirtió en cerrador a tiempo completo en 2012 hasta 2020, registró una tasa de bases por bolas de 10.6%, la cual estaba por encima de la media de la liga, pero no tan lejos (8.2%). En las últimas dos temporadas, la misma se ha disparado hasta 15.5%.
En junio de 2021, MLB comenzó a tomar medidas drásticas contra los lanzadores que utilizaban sustancias para mejorar el agarre de la bola. Desde entonces, muchos serpentineros que dependían fundamentalmente de sus envíos rápidos tuvieron que hacer ajustes.
No estamos diciendo que el control de Aroldis se deterioró por la prohibición de las sustancias, pero sí, ese ha sido uno de los aspectos que lo trajo hasta acá. Hombres como Gerrit Cole, Trevor Bauer, Walker Buehler y Corbin Burnes perdieron un poco de giro en sus lances rápidos, incluso, Cole admitió que era difícil agarrar la pelota correctamente.
Desde el Opening Day del año pasado hasta el 31 de mayo de 2021, la recta de cuatro costuras de Chapman fue una de las mejores del negocio. Los rivales solo produjeron un promedio de .179 contra ella y un promedio de bases totales (SLG) de .357. En ese lapso, el lanzamiento promedió 2458 RPM (Revoluciones por minutos), 139 RPM por encima de la media.
De junio hasta octubre, las cosas cambiaron, los oponentes promediaron .368 contra el mismo envío, con un elevado SLG de .719. Al mismo tiempo, el lanzamiento disminuyó a 2335 RPM. También, su tasa de bases por bolas (10.3% a 16.6%) y el OBP en contra (.194 a .363) aumentaron.
Para tener una mejor idea de cómo el control del antillano se ha desmoronado desde ese momento, acudí al filtro estadístico de Fangraphs. Estos son los relevistas que al menos han lanzado 40 entradas desde el 1 de junio de 2021 y registran las mayores tasas de bases por bolas por cada nueve innings:
Nombres BB/9
- José Alvarado 7.0 %
- Aroldis Chapman 7.0 %
- Jake Brentz 6.2 %
- Josh Sborz 6.1 %
- Jake Dierkman 6.0 %
De ellos, el único cerrador fijo es Chapman. Alvarado salvó cinco juegos por la urgencia que tenía el bullpen de los Filis, algo similar ocurrió con Dierkman en los Atléticos. Brentz cerró el año siendo una de las novedades de los Reales, pero no fue considerado para terminar partidos y Sborz está actualmente en la AAA de los Rangers.
¿Cuál es la misión de un cerrador? Le pregunté a un amigo hace unos días y la respuesta fue inmediata: salvar partidos y desperdiciar la menor cantidad de oportunidades. Si nos guiamos por ese aspecto, Chapman no tendría malos resultados. Desde 2021 suma 39 juegos salvados y solo tiene cuatro oportunidades de rescates desperdiciadas. Su porciento de juegos salvados (90.7%) en ese período es mejor que el de Liam Hendricks, Ryan Pressly, Mark Melancon y que el de su compatriota, Raisel Iglesias.
En el béisbol todo es relativo, también, el análisis varía según el punto de vista con que lo hagas. Salvar muchos juegos no depende solamente del cerrador, depende del equipo donde juegues, de cómo te utilice el mánager y hasta de la forma física. Lo que es indudable es que Chapman ha cumplido con su tarea en ese sentido. Si miramos la otra cara de la moneda, tenemos su (FIP) que no es más que el picheo independiente del fildeo o, para que lo entiendan mejor, las estadísticas que el lanzador puede controlar.
- ERA de Chapman desde 2021: 3.45
- FIP de Chapman desde 2021: 4.18
¿Qué nos quiere decir que el FIP sea mayor que la ERA? Pues que aun teniendo una efectividad de 3.45 ha tenido suerte y la defensa le ha respondido. “El misil cubano” salva juegos, desperdicia pocas oportunidades, pero junto a Edwin Díaz y Jake McGee, son los taponeros con al menos 30 partidos rescatados desde 2021 que han lanzado más choques en los que admiten una carrera limpia al menos (17).
*Solo se tomaron en cuenta los juegos que lanzaron un inning.
Los Yankees han sido el mejor equipo del béisbol en este inicio de temporada, en parte, gracias a su picheo, en especial al bullpen. En estos momentos, Chapman está en el IL, Chad Green, uno de los principales relevistas en la campaña pasada, está camino al quirófano para someterse a la cirugía Tommy John. Por último, otra pieza fundamental, Jonathan Loásiga, estará fuera por un tiempo debido a problemas en su hombro. Es un momento difícil para el conjunto rayado.
La campaña aún es joven y el camino está lleno de obstáculos; varias resacas como la del COVID-19, el paro patronal y un Spring Training recortado seguirán afectando. Boone necesita que el barco no pierda la brújula en un momento así, para eso, deberá resolver uno de sus mayores problemas: establecer un cerrador. Por ahora, Clay Holmes está siendo los deberes, pero ya lo ha tenido que utilizar en más de una entrada.
La mejor noticia para los Yankees y para los amantes del béisbol cubano sería que Chapman regrese a su mejor versión. Quizás, no sea aquel lanzador que llegaba fácilmente a las 102 millas (MPH), pero su experiencia y los lanzamientos secundarios lo pueden seguir consolidando. ¿Qué le está faltando?: el control, que es “la principal arma de un lanzador” como decía el profesor, Greg Maddux.
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