Hay deportistas con diferentes supersticiones en sus respectivas disciplinas y el béisbol no puede ser de otra manera, pues para muchos hay amuletos o actos que traen buena suerte: si no, que le pregunten a la sensación cubana Randy Arozarena, quien tiene bajo la manga algo que le da buena suerte y le “hace” dar jonrones, aunque podemos argumentar que sus resultados vienen de otras variables.

Envuelto en una temporada fenomenal, fue muy llamativo que saliera al terreno en momentos previos al primer duelo de inicio de la Serie de División de la Liga Americana con su uniforme puesto y unas botas negras de vaquero, cuenta MLB.

Estas pertenecen al lanzador de los Rays, Brent Honeywell, “pero ponerse este tipo de botas ha sido algo que ha hecho Arozarena desde su paso por la liga de México”.

El cubano dijo entre risas que les llama “las botas del poder” y que «mis compañeros me decían que esas botas me daban buena suerte. Por eso me las puse un par de días antes del juego, y luego di un jonrón en mi primer turno”, contó.

Y vaya que este amuleto parece dar resultado, pues si en la temporada regular pegó 7 jonrones e impulsó 11 carreras en un buen desempeño en 64 turnos, pues la postemporada ha sido impresionante, por lo complicado que suelen ser estos momentos y por la manera en que ha reaccionado.

Resulta que en los 4 duelos que ha enfrentado hasta el momento, dos frente a Toronto y dos ante Yankees, suma vuelacercas en choques consecutivos, y en total son dos bambinazos en 16 veces al bate.

En el primero contra los Bombarderos pegó uno en el mismo primer inning en solitario ante uno de los mejores lanzadores de todo el béisbol, el derecho Gerrit Cole, mientras en el segundo lo hacía de nuevo para arrancar el choque.

El lunes fue una noche de marcas y récords para el jardinero, quien se convirtió en el primer jugador en la historia de Tampa Bay Rays en postseason con partidos consecutivos de 3 hits y para sumar más lustre, es el primer novato desde Charlie Keller en 1939, en sumar a su cuenta H, 2 2B, 3B, HR en sus tres primeros partidos de postemporada y por si fuera poco, es también el primer antillano con 7 hits en sus 3 primeros juegos de postemporada. ¡Fenomenal!

¿Seguimos? Este martes, siguió igualando récords, pues como explicó Francys Romero, Randy “empata con Yuli Gurriel como el único beisbolista nacido en Cuba con 5 extrabases (2 dobles, un triple y dos HRs) en un lapso de 4 juegos en la historia de las postemporadas de MLB. Piense en José Canseco, Rafael Palmeiro, Tany Pérez, ellos no pudieron hacerlo. Randy lo hizo”.

Según MLB, la superstición de llevar un par de botas mágicas comenzó en el 2017, cuando dio 14 cuadrangulares con Navojoa, para liderar la Liga Mexicana del Pacífico, pues “cada vez que se robaba las botas de su compañero, daba jonrón. Ese poder parecer haberse trasladado a las Mayores”.

Como se le mire, ha sido una producción más que destacable para Randy, quien, en Las Menores, en más de 1000 turnos, dio 38 jonrones y ahora lleva 9 en 80 turnos en 2020, reseña Baseball Reference, mientras cuando militaba con Pinar del Río dio apenas 3 en su segunda serie nacional.

Sea o no por su superstición, Arozarena ha sido el mejor cubano en esta postemporada y demostró que puede batear con poder y ante lanzadores de mucha calidad; si no, que le pregunten a Gerrit Cole.

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