El tiempo no perdona y a sus 71 años, José Manuel Cortina ya no es aquel muchacho que escuchaba consejos de José Joaquín Pardo, Juan Ealo, Ramón Carneado y Conrado Marrero. Ahora, es el profesor que guía a todos los jóvenes que se le acercan.

Su memoria recuerda cada partido que vivió, incluso, se acuerda de los conteos, las carreras y los momentos más trascendentales. A pesar de su edad y del desgaste físico, nos muestra la manera correcta de hacer un windup. Conversar con él, es una oportunidad única para surtirse de conocimientos.

“Estoy para servir y soy como un libro abierto. La mayor satisfacción que puedo tener es seguir ayudando. No hay nada más bonito que observar los buenos resultados de un lanzador que ayudaste”, dice Cortina a Play-Off Magazine.

A José Manuel no solo le dicen el “maestro” por sus conocimientos, también porque crea un estrecho lazo con los serpentineros que tocan su puerta pidiendo ayuda. Uno de ellos es Yasmany Castelló, un joven que lanzó a los 20 años con Pinar del Río y después probó suerte para firmar con una organización de MLB en Dominicana. Actualmente, reside en Rusia.

“El profesor es como un padre para nosotros. Personalmente, me enseñó a lanzar y sus consejos me han guiado en mi carrera. Con el mayor respeto que merecen otros entrenadores cubanos, para mí, el más grande es Cortina, todo se lo debo a él”.

Cortina lleva más de cuarenta años como coach de picheo y más de 100 lanzadores han sido entrenado por él, entre ellos figuran: José Ariel Contreras, Yosvani Torres, Vladimir Baños, Liván Hernández, Ariel Prieto, Vladimir Gutiérrez, Yunieski Maya, entre otros.

“José Manuel Cortina es un as” dijo a Play-Off Magazine Yuniesky Maya. “Para mí es el mejor entrenador de picheo de Cuba a pesar de que no le dan el reconocimiento que merece. Lo conocí trabajando con José Ariel Contreras en el Capitán San Luis y me ayudó muchísimo en mis inicios. Además, es un gran ser humano” declaró el cinco veces campeón en el béisbol profesional dominicano.

Danny Betancourt es uno de los grandes lanzadores en la historia del béisbol santiaguero y otro jugador que le agradece mucho.

“Lo primero que tengo que decir de él es que es una bella persona. Cuando estuve lesionado, el mánager en aquel entonces, Antonio Pacheco, lo trajo para Santiago para que me ayudara con la recuperación, explica.

“Me hizo regresar al equipo nacional en 2013 y, gracias a eso, fui al Clásico Mundial. Todavía hago los ejercicios que me enseñó en aquellos años. En mi preparación pongo en marcha todos sus consejos” añade.

“Es una gran satisfacción que recuerden mi trabajo, eso no tienen precio. Hace unos días, mi celular sonó con un número internacional, cuando respondí, era Yosimar Cousín. El camagüeyano trabajó conmigo cuando estuvo en Pinar del Río y después con los Toros. Él quiere que le siga dando consejos”, cuenta el profesor Cortina.

Hay una frase del profesor que es importante destacar: “el magisterio no tiene fronteras” Ojalá esa mentalidad llegara a todas las esferas del béisbol cubano. Un educador entiende a sus alumnos y sabe comprenderlos, no importan en donde estén.

“¿Por qué tengo que cambiar con las personas? Yo soy el mismo contigo, aunque estés en Ecuador, Estados Unidos o cualquier país. En definitiva, soy un guajiro de las Minas de Matahambre y nunca cambiaré”, afirma.

Actualmente, José Manuel se encuentra en Pinar de Río y aunque trabaje con algunos lanzadores del equipo de Alexander Urquiola, debería tener un cargo mayor dentro de la Comisión Nacional de Béisbol.

A pesar de todos los años en que ha sido excluido de las selecciones nacionales, el profe sigue con las mismas ganas de ayudar. ¿Por qué no llevar su experiencia a todas las preselecciones? ¿Cuántos jugadores quisieran escuchar a Cortina?

“Estoy respaldando en lo que puedo al equipo de Pinar del Río. El mánager, Alexander, me dijo que ayudara a mejorar la mecánica de un guantanamero. También estuve trabajando con Frank Luis Medina y Castelló, quien se está recuperando de la lesión conmigo”.

“¡No me llaman hace rato!” respondió cuando le preguntamos si la Comisión Nacional lo había localizado. La última vez que vi a Cortina en el Latinoamericano fue antes de iniciar la 60 Serie Nacional. Estuvo presente en los congresos técnicos y allí aprovechó para entrenar a los peloteros que, en aquel momento, hicieron el equipo que participaría en el Preolímpico de Arizona.

“Sobre que me excluya la Comisión Nacional no me sorprende, hace rato no me llaman, estoy acostumbrado a eso. Ellos estuvieron un tiempo contactándome y, si lo vuelven hacer, pues estaré allí con mucho gusto”.

Sus esperanzas para convertirse en el coach de picheo del equipo Cuba ya no existen, pero aun así, el quisiera ayudar a los planteles que representen las cuatro letras en los entrenamientos.

“Creo que mi tiempo pasó, no sería ético que sustituyera a un entrenador que está activo y que pasa una temporada completa en la Serie Nacional. Aunque en mi tiempo, me lo hicieron: yo aportaba el 80 por ciento de los lanzadores pinareños a la selección nacional y nunca me llevaban”, refiere.

El profe sugiere varios cambios para mejorar la calidad de los lanzadores en la Serie. Nuestra liga no pasa por sus mejores momentos en cuanto a nivel. En el inicio de la 61 SNB, los equipos se combinan para 4.98 de efectividad.

“Lo primero que debemos hacer es jugar más béisbol, pero no en cualquier nivel, sino con uno con mayor calidad que el nuestro. Es normal que nuestra ofensiva no luzca bien en los eventos internacionales. Nuestros bateadores se adaptan a ver picheos de 85 MPH y de la noche a la mañana vamos a un torneo y se encuentran con rectas sobre las 92 MPH y con lanzamientos que no ven en la Serie. El lanzador debe practicar mucho, esa es el mejor método para mejorar el control, también deben aprender a pensar y a enfocarse en cada bateador”, detalla.

La trayectoria de Cortina se extiende hasta países como Italia y Panamá. Especialmente, en tierras canaleras, un jugador marcó su vida. En la Serie del Caribe del 2019, el invitado para hacer el primer lanzamiento fue Mariano Rivera. El panameño, quien es el único pelotero que ha entrado de manera unánime al Salón de la Fama de Cooperstown, habló sobre sus lazos con el béisbol cubano en una conferencia de prensa antes del evento.

“Sí, trabajé con muchos compañeros y maestros de la pelota cubana. A José Manuel Cortina lo recuerdo bien porque aprendí bastante con él”, dijo el cerrador con más juegos salvados en la historia de MLB.

“Realmente fue una historia genial” dijo Cortina sobre como conoció al excerrador de los Yankees. Me enviaron a Panamá en el año 1985 y fui a trabajar a Coclé, a Aguadulce. Ellos ganaron por primera vez un campeonato y me lo aacreditan a mí, pero, con sinceridad, no tuve nada que ver con esos resultados”, dice.

“Después, trabajé con la Federación Panameña y como parte de mi trabajo fui a Panamá Oeste, a La Chorrera, a entrenar lanzadores de un equipo juvenil. Ahí conocí a Mariano por primera vez. Lo ayudé y le di algunos consejos para que lanzara, pues en aquel momento era un jugador de posición”, recuerda.

“Esa historia estuvo en secreto por muchos años. Me pasé tres décadas sin decir nada de que ayudé al mejor cerrador que ha pasado por Grandes Ligas. Sinceramente, fue grandioso ver que llegara tan lejos”, dice.

“Fue en esa Serie de Caribe cuando se acordó de mí y me mandó saludos. Eso me llena de mucho regocijo, hay grandes jugadores que ni se acuerdan de los profesores que conocieron en sus inicios. La humildad y sencillez de Mariano son más grandes que su magistral carrera. Le agradezco infinitamente eso gesto hacia mi”, afirma.

En Italia también dejó una huella: “Cuando fui a Italia, de casualidad llegué al equipo Nacional. De ahí comencé a trabajar con Neptuno. Giampiero Faraones era el segundo en la selección y le gustó mi forma de entrenar”, añade.

Varios conjuntos de la Serie Nacional han solicitado al profesor Cortina y él recuerda cada uno de ellos:

“En Cuba, también he trabajado con la Isla, de allí salieron Carlos Yanes, Gervasio Miguel, Ariel Prieto, Liván Hernández, entre otros. Después, fui a Matanzas porque dice Sile Junco que le di un campeonato arreglando el brazo a Carlos Mesa. También pasé por Santiago y recuperé de una lesión a Danny Betancourt y Meriño; trabajé también con ese gigante del montículo, Norge Luis Vera. Por último, estuve en Camagüey, respaldando a Borroto”.

Su rutina es la misma de hace 20 años y su vida sigue girando alrededor de las 108 costuras. Lanzar la pelota es un arte, como mismo lo expresa el protagonista de nuestra historia.

“La vida me dio la posibilidad de ser un gran observador y tener una gran memoria, eso son aspectos que debe tener en cuenta un entrenador de picheo. Siempre tiene que estar en el detalle y también debes entender que lanzar es un arte, por eso debes perfeccionarte cada día”.

Los maestros se pasan la vida enseñando. Por eso, no hay mejor recompensa para José Manuel Cortina que llevarlo al lugar donde pueda compartir sus criterios y consejos.

“Soy 100 por ciento cubano y sueño con mi béisbol: le he entregado mi vida a este y, por eso, siempre lucharé por sus jugadores”, concluye José Manuel Cortina, el Profesor.

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