Full Court Peace es una Organización No Gubernamental (ONG) que trabaja a escala global a través de alianzas empresariales, formales e informales, con líderes de comunidades necesitadas para potenciar el desarrollo del baloncesto. Desde el año 2006, han colaborado en Medio Oriente, Europa, Centroamérica, el Caribe y en los Estados Unidos.

Bajo el lema “Que los locales lideren”, proveen de recursos como balones, zapatillas deportivas, uniformes, reparación de canchas y conforman ligas para fomentar la competitividad en la comunidad a través del baloncesto.

Los ciudadanos, directores técnicos de equipos, líderes municipales y miembros de tribus intercambian con Full Court Peace para expresar sus esperanzas de avance en la comunidad a la cual pertenecen.

Los miembros de este proyecto son: Mike Evans (fundador), Jeffrey Selene (presidente), John Librie (vicepresidente), Adrienne Chambers (secretaria), Brian Cilento (tesorero) y Aaron Miller como parte de la junta.

Este proyecto también llegó a Cuba, a las calles. Las canchitas del Vedado, El Cerro y Cojimar han servido como sedes principales cuando se han organizado los torneos de 3X3. Niños, adolescentes y veteranos, se han unido sin importar raza, edad o pensamiento político para practicar un deporte que siempre ha servido como plataforma idónea para que los menos favorecidos alcen la voz.

Full Court Peace
El baloncesto callejero es de la comunidad, de la gente, es algo sociocultural

Play-Off Magazine visitó cada una de las canchas y conversó con los protagonistas de un proyecto sin precedentes en Cuba.

Mike Evans visitó Cuba en 2008 y desde entonces decidió que su proyecto debía tener un lazo importante con la isla. No podía ser de otra forma que a través del baloncesto.

El fundador de Full Court Peace contactó con los encargados de la cancha de 23 y B, en el Vedado habanero y desde entonces esta ha sido la sede principal de torneos, eventos y la casa matriz de dicha organización en nuestro país.

Araiza Herrera García es la directora del Centro Comunitario Deportivo “Vietnam Heroico” de 23 y B. Desde el año 2010 se encuentra trabajando en ese lugar y ha vivido cada uno de los momentos entre el baloncesto callejero cubano y Full Court Peace.

“Este acercamiento ha significado mucho para la comunidad de La Habana en las calles porque a partir de este proyecto hemos evolucionado en cuanto al baloncesto y ayudado a los muchachos de la calle”.

“Muchos de los jóvenes que han empezado en este proyecto ya no están malos pasos, se encuentran enfocados con que el fin de semana hay que ir a jugar”.

“El baloncesto callejero es de la comunidad, de la gente, es algo sociocultural que tiene un poder inmenso en cuanto a masividad. Uno de los objetivos de esta unión era eso, que los jóvenes se reivindicaran y antes de pensar en cometer una fechoría, pensaran en practicar el baloncesto”.

¿Cómo ha aportado Full Court Peace al desarrollo del baloncesto callejero desde el punto de vista material?

Realmente han aportado muchísimo, mejoraron la cancha, la pintaron, arreglaron el suelo, todo lo que necesita un terreno de baloncesto en la calle, ellos lo dieron.

Fue algo especial porque eso motivó mucho a los jóvenes, venían y ayudaban, eran una familia. También trajeron balones, aros de primer nivel, zapatillas, balones, uniformes para los árbitros y los equipos, silbatos, tablas de anotación.

Nosotros estamos muy contentos por esa ayuda ya que contamos con elementos de primer nivel que ni siquiera tenemos en nuestro Liga Superior de Baloncesto.

¿Qué papel ha jugado el INDER?, ¿cómo han asumido la relación entre una organización estadounidense y la gente de la calle?

La relación con el INDER ha estado marcada por la ayuda de Victor Moya, él siempre ha estado en contacto directo conmigo y Bárbaro para todos los eventos que se han hecho relacionados con Full Court Peace.

Full Court Peace
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Nosotros le agradecemos mucho porque abogó siempre por nosotros y defendió que se jugara baloncesto acá, sin importar quién fuera el patrocinador. No nos interesa la política, pero sabemos que existen trabas debido a este tema, sin embargo, en 15 años se ha manejado de excelente forma.

Hemos informado cada vez que Mike viene a Cuba, sobre todo porque siempre viene con implementos deportivos y elementos materiales necesarios para desarrollar la liga. Esto jamás ha sido un problema y ya ha hecho 50 viajes a nuestro país.

¿Cree usted que esta cooperación va a ayudar al desarrollo del baloncesto en Cuba?

Bastante, yo pienso lo está ayudando ya. De hecho, hay muchos estudiantes, jugadores de la Liga Superior, juveniles, de todos lados en general.

Nosotros vemos esta liga como una cantera, por ejemplo, un muchacho que viene de la calle a jugar aquí, se desarrolla, y pues debido a las enormes carencias que tiene el sistema de formación en la base, nuestro trabajo aquí toma una relevancia sumamente alta.

Esos jugadores que vienen de la calle, luego tienen la oportunidad de presentarse a la Universidad del Deporte para continuar sus estudios y su carrera como atleta, o incluso, llegar a jugar en el torneo nacional de Cuba.

Josué Caballero Ramos es pívot de Capitalinos y también participa en la Liga del Full Court Peace…

“Estoy participando acá desde la edición pasada. Empecé a jugar y puedo decir que la competencia es muy buena, tienen un alto nivel de baloncesto.  De forma particular a mí me ha ayudado como persona, como jugador.

No tengo una gran experiencia ni un gran recorrido como deportista en el baloncesto y entonces gracias a este tipo de competiciones he adquirido muy buena experiencia.

Me ha servido también para mejorar mi juego en Capitalinos, he perfeccionado muchos aspectos técnico-tácticos, así como en la preparación física, yo lo veo como un entrenamiento fuerte debido a la competitividad que existe.

Es una liga más. Hay variedad de jugadores. Cada cual con sus características. Muy buen nivel deportivo. Y siempre es bueno jugar aquí porque se adquieren beneficios en todos los aspectos.

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El baloncesto callejero es de la comunidad, de la gente, es algo sociocultural

Por su parte, Ronald Larrazábal Sosa, ala-pívot de Capitalinos considera que este torneo callejero sirve como pretemporada debido a la organización y al gran nivel que existe.

El año pasado fue mi primer torneo y lo veo bien por eso quise repetir la participación. A nivel personal, creo que me ha servido como entrenamiento para después jugar en Capitalinos.

Aprovecho esta oportunidad y me preparo para llegar en óptimas condiciones al equipo provincial. Aprendo de cada uno de los jugadores que están aquí y creo que es una oportunidad para desarrollar el baloncesto en Cuba.

Bárbaro Ramón Vaillant Álvarez es el organizador de Full Court Peace en la famosa cancha de 23 y B, ubicada en el Vedado.

El proyecto Full Court Peace está presente en 23 y B desde el 2008, de hecho, estamos cumpliendo 15 años. Existe una muy buena promoción por en el argot baloncestístico callejero, pues todos los que juegan saben que pueden venir acá y participar.

En estos momentos, estamos llevando a cabo la Liga Inter barrios, donde participan 16 equipos de toda la capital.

¿Qué ha significado Full Court Peace para 23 y B?

Hemos reunido a los mejores jugadores de baloncesto de la capital, ya sean atletas de Capitalinos o de categorías inferiores. También incorporamos a los niños y veteranos realizando varios torneos.

El objetivo principal de esta alianza con Full Court Peace es que la comunidad se reúna y crezca a través del baloncesto. Todos los fines de semana aquí se juega, a un alto nivel y con gran organización.

Incluso tuvimos la visita de estrellas de la NBA como Shaquille O´Neal en 2015, lo que ha sido hasta hoy, el momento más importante de la canchita de 23 y B.

Desde el año pasado, asumimos el reto de poder incluir también el campeonato femenino.

Nuestro patrocinador principal, Mike Evans, ha hecho hincapié en este sentido, pues fue el precursor de esta idea y ha estado trabajando fervientemente con nosotros para que las chicas también tengan su espacio aquí, a tal punto que tenemos actualmente seis equipos de mujeres.

Con respecto a la inclusión de las féminas, Araiza tiene un sentimiento especial por esta decisión.

Para mí es fantástico ver a las chicas jugando, es como la continuación de mi carrera porque es mi deporte, es mi pasión. Desde cuarto grado vengo practicando baloncesto y encontrarme hoy con un torneo donde también yo soy partícipe de uno de los equipos femeninos es una gran satisfacción para mí y de que esté funcionando este proyecto comunitario en la cancha donde trabajo es un sueño cumplido.

¿El INDER, como órgano rector del deporte en Cuba, ha hecho contacto con ustedes?

Sí, para que se pudiera jugar en esta área conversamos con los representantes del INDER puesto que el terreno como tal es una infraestructura que pertenece a ellos. Nosotros pedimos permiso y ellos aceptaron sin problemas, incluso los hemos invitado a varios de nuestros torneos.

Full Court Peace tiene varias sedes en La Habana y cada una se entrelaza. El movimiento callejero del baloncesto presenta una red que une tres municipios y cumple los objetivos necesarios para que haya competitividad. Incluso, han llegado hasta el centro del país.

La canchita de 23 y B, la del Cerro y la de Cojimar agrupan hasta 16 equipos en el sexo masculino y seis en la rama femenina. Las reglas sobre todas las cosas en cada uno de los campeonatos es la disciplina. A partir de ahí el objetivo es jugar baloncesto y estar como familia, como cubano, como jóvenes de la calle y divertirse. En cuanto al formato de los partidos, se juegan cuatro tiempos de 10 minutos, amparados en las reglas del baloncesto FIBA.

Este proyecto ha llegado incluso a Sancti Spíritus, hicieron un torneo por allá con el objetivo de estrechar lazos con otras provincias y extender el baloncesto callejero organizado por todo el país.

Yosvani Abreu Valdés es el organizador de Full Court Peace en el municipio Cerro y allí existe un profundo sentimiento de compromiso con el proyecto.

“El Full Court Peace ha llegado al Cerro, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Para nosotros cada uno de los torneos es una oportunidad de hacer lo que nos gusta, con buenas condiciones y sobre todo, disfrutarlo.

Acá somos una familia, hemos arreglado las canchas, pintado el terreno, somos muy unidos en lo que a baloncesto y trabajo se refiere”.

“Para mí, este proyecto es parte fundamental de mi vida. Ver a muchachos que eran potenciales delincuentes, alejados de la calle y enfocados en ser mejores jugadores de baloncesto, pero, sobre todo, mejores personas, es motivo de satisfacción y va unido a un agradecimiento tremendo a los iniciadores de este torneo”.

“Entre esos iniciadores y precursores del Full Court Peace en el Cerro, se encuentra Juan Pablo, quien fue pieza fundamental para el desarrollo de esta liga. Lamentablemente él falleció y cada año nuestra comunidad lo recuerda a través de lo que más le apasionaba, jugar baloncesto”.

“Creo que la unión entre esta organización y el básquet callejero cubano, ha cumplido sus objetivos con creces. Ya son 15 años juntos donde la comunidad ha crecido, cientos de jóvenes fuera de malos pasos y varios torneos de gran calidad, que han servido para el desarrollo de este deporte en la capital”.

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Imagen cortesía de Hansel Leyva