Hace unas horas tuve el privilegio enorme de entrevistar al que es jugador más exitoso de la historia del fútbol cubano: Osvaldo Alonso del Seattle Sounders en la MLS. Al final del cuestionario, cuando pregunté si estaba disponible para jugar con la Selección Nacional, me respondió con total seguridad que SÍ, que siempre estaría dispuesto a jugar con Cuba.
Entonces me vino a la mente todas las trabas que siguen existiendo a pesar de la tan cacareada apertura de la Federación de Futbol de Cuba en lo que respecta a la convocatoria de cubanos en el exterior. En unas declaraciones al programa Futbol por Dentro de la TVC, dos dirigentes del INDER y la Federación alegaban cuestiones “morales y éticas” para excluir a los futbolistas que han abandonado la Selección en torneos internacionales. Anunciaban que solo serían convocables los jugadores que emigraron de manera “legal” y que han mostrado su interés en formar parte de la Absoluta Cubana.
Ahora bien, ¿qué se está buscando con estos supuestos cambios en las políticas de convocatoria? Según ellos mismos, subir el nivel del Equipo Cuba y mejorar sus actuaciones en las competiciones internacionales… Pero nada más lejos de la realidad.
Más del 90% de los mejores jugadores cubanos que están progresando en el fútbol profesional, abandonaron la Selección en el exterior, algunos de ellos, los más talentosos prospectos que el balompié cubano haya visto en la última década. Entonces, ¿dejar fuera a estos futbolistas de las convocatorias sería beneficioso para nuestra Selección? Definitivamente NO.
Mi opinión personal está fuera y alejada de cualquier opción política o decisión sobre cómo llegaron —a donde están— la gran mayoría de jugadores cubanos. Estoy convencido que la palabra clave ahora es FUTURO, es decir, dejar atrás las diferencias y los errores del pasado y pensar -TODOS- en las reales posibilidades que tiene nuestro fútbol de avanzar en el área e incluso de llegar a disputar un Mundial en los próximos 8 años.
Si verdaderamente se quiere progresar en este deporte que, a día de hoy, es el preferido por los jóvenes cubanos, se necesita dejar atrás viejos pensamientos y obsoletas diferencias. Se necesita actualizar, o mejor, reconstruir todo sistema de convocatorias de la Selección Nacional y escoger a los mejores futbolistas de nuestra nación sin enmarcarse en conceptos políticos.
Es un paso trascendental, pero tiene que darse si se aspira, de verdad y no solo en el discurso, a que el fútbol cubano recupere espacio en las competencias internacionales.
Estoy seguro que, si preguntas a los cubanos de a pie, en la calle, si quieren ver en su Selección a jugadores como Ozzie Alonso, Jorge Corrales, Maikel Chang, Arturo Diz Pe, Frank López, Heviel Cordovés o Arielito Martínez, entre muchos otros, la gran mayoría diría que SÍ sin pensarlo.
El fútbol es un deporte que une naciones, que reconcilia opiniones enfrentadas bajo una misma bandera. El fútbol no entiende de política, ni de desertores, el fútbol puede y quiere ser siempre PUENTE.
Este deporte es sumamente sincero y coherente, si no convocas a los mejores, jamás podrás avanzar en ninguna instancia internacional. Y cuando hablo de los mejores hablo de los de aquí y los de allá, de los que están en República Dominicana, en Antigua y Barbuda o en Europa, pero también los que están en las estructuras del fútbol profesional de Estados Unidos; esa decisión tiene y debe de ser del Cuerpo Técnico de la Selección Nacional en base —exclusivamente— a sus necesidades y calidad de los jugadores.
Aclarar que también se debe facilitar los trámites y los pasos para convocar a los futbolistas. No se necesita de ningún tipo de cláusula para eso, la FIFA obliga a los clubes de todo el mundo a dejar libres a sus jugadores en fechas internacionales para que sean convocados por sus países. Si Cuba respeta las fechas FIFA y se ajusta al calendario internacional no tendrá ningún problema para contar con los jugadores que desee convocar, independientemente de la liga en la que jueguen éstos.
Lo mejor de todo es que no hay que inventar nada, no hay que hacer alquimia o improvisar métodos, todo está inventado, todo funciona de manera perfecta desde hace bastante tiempo en la forma en que los más de 190 países inscritos en la FIFA convocan a sus jugadores. Solo hay que adherirse a los fundamentos internacionales y tener la voluntad real de hacerlo.
Por ahora, parece que vamos a tener que esperar incluso para poder ver en el Cuba a los supuestos convocables. Se anunció para esta fecha FIFA del mes de marzo el primer e histórico llamado internacional, pero los federativos decidieron aplazar unos meses la tan esperada apertura.
Escuchaba —también en ese excelente programa que es FXD— a Andy Baquero, jugador de la Selección Cubana, decir con orgullo: “mientras que sea para sumar al equipo Cuba, bienvenido sea”. ¡Esa es la clave!
Como siempre digo, #CubaSÍtieneFÚTBOL (lo demuestran nuestros futbolistas triunfando en disímiles ligas extrajeras) y tal y como lo han logrado otros países como Panamá, Trinidad & Tobago o Jamaica, estoy segurísimo que nuestra amada Nación tiene nivel para luchar por ese objetivo con el cual soñamos todos los cubanos: ¡Jugar una Copa del Mundo!
La clave es, como siempre, Sumar a TODOS.
Recuerdo años atras que una seleccion de futbol de nuestro pais fue a jugar a USA un partido de no recuerdo que copa, se fueron del equipo(?desertaron?)en masa varios jugadores, conclusion Cuba tuvo que mal jugar creo que con 13 jugadores, no habia la posibilidad de cambios .
Yo entiendo las aspiraciones de los deportistas, tambien veo(no entiendo) los problemas o trabas que se ponen por nuestros directivos para alcanzar una contratacion con un equipo foraneo, pero hay algo que no admite que haga por parte de un deportista al pais que te formo como tal y que te dio la posibilidad de representarlo en cualquier torneo. Estoy de acuerdo que cualquier deportista que haya salido a praticar el deporte y que no haya dejado en la estacada el uniforme que defiende, pueda dejarlo optar por representar las cuatro letras, pero los que hicieron lo señalado anteriormente, esos, esos pienso que perdieron esa posibilidad, pues de hecho sin mirarlo desde el aspecto politico, traicionaron al deporte que representaban, traicionaron a sus compañeros de equipo y en cualquier otra ocasion pudieran hacer lo mismo.
Es mi criterio y otros pudieran opinar lo contrario, lo respeto.
Gracias.
Primero que todo a Daguito Valdés felicitarlo por el artículo, los planteamientos que hace son valientes, sin discriminación de ningún tipo hacia ningún jugador y llenos de sentido común.
A JPP, respeto su opinión, pero no puedo estar de acuerdo con los términos de desertor y traidor que le endilga a sus compatriotas. Las personas son libres de tomar el camino que deseen y si esos jugadores dieron ese paso se debe a que de ninguna otra forma hubieran podido salir de su país, hacer una carrera profesional y mejorar su vida porque no se lo hubieran permitido.
El haber sido formado en Cuba no puede servir de pretexto para chantajear a nadie y llamarle mal agradecido y mucho menos traidor. Esos futbolistas no traicionaron ni a su país ni a sus compañeros ni a nadie, nosotros no somos sus dueños, ese es el discurso que durante años nos han inoculado, el del odio a todo aquel que “abandonaba” la tierra.
Esos mismos que denigran, discriminan y le llaman escoria, gusanos y otras lindezas por el estilo a los que se fueron y que odiaban el profesionalismo por tratar a el hombre como mercancía, son los mismos que ahora andan gestionando contratos como un capitalista más, reuniéndose y posando en fotos con empresarios que hacen negocios en el mundo profesional, ¿Quién ha traicionado verdaderamente las ideas y principios que tanto han cacareado?.