Ian Padrón, el conocido cineasta y amante del béisbol cubano, criticó la intromisión del Inder y de las autoridades en el Salón de la Fama del Béisbol Cubano, un proyecto que ha quedado olvidado y detenido tras ser escamoteado a sus impulsores – entre los cuales se encontraba él-y a todos los aficionados cubanos.

“Lo que ha pasado con él es un reflejo de lo arcaica y atrasada que es la sociedad cubana. Ha sido una de las pocas ideas que nació de un grupo de especialistas y no de una institución, pero luego la institución se apropió de él para imponerle sus preceptos y entró en contradicción con la realidad y con los especialistas que lo integraban y por eso se congeló”, expresó a CiberCuba en una reciente entrevista el realizador del célebre Fuera de Liga, documental inolvidable del béisbol cubano y de Industriales, uno de los mejores acercamientos a este fenómeno desde nuestro país.

Nacido de un grupo independiente a la gestión oficial, las autoridades no pudieron tolerar que este fuera ajeno a su control y robaron algo que pertenece a los fanáticos beisboleros y a la memoria histórica de nuestro país.  

En noviembre de 2018, a solo 48 horas de comenzar el II Coloquio Museo y Salón de la Fama del Béisbol Cubano, evento teórico y de reflexión en el cual serían exaltados los nuevos miembros del Salón de la Fama, llegó una increíble noticia que fue un duro golpe para la pelota: “La Comisión Nacional y la Federación de este deporte, decidieron aplazar el evento hasta nuevo aviso”.

“El no permitir algo tan simple como que un conjunto de especialistas (pueden ser médicos o de cualquier otra materia) decidan reunirse y darle un premio a otra persona, dice por dónde va Cuba. Las personas no pueden tener iniciativas propias, ni hacer nada por sí mismas a no ser que sea ordenado, respaldado y autorizado por las autoridades del Estado. Eso hace que una sociedad sea casi inamovible”, criticó Ian Padrón, amante del pasatiempo nacional y amigo de numeras estrellas cubanas de este deporte.

El hijo de Juan Padrón también se refirió al mal momento de la pelota cubana dentro de la isla, que sufre la fuga de talentos y cuyo campeonato nacional está marcado por serias dificultades. El sistema deportivo sería el que se encuentra en crisis como tal, mas no el abundante talento que todavía se sigue formando pese a las dificultades, opina.

“Sigo lo más que puedo el béisbol cubano, que creo que está en un pésimo momento porque atraviesa una crisis logística, ética y en otros aspectos. Mas no ocurre así con los peloteros cubanos que están triunfando en muchas ligas. En Corea, por ejemplo, Odrisamer Despaigne es uno de los lanzadores más importantes. Alfredo Despaigne, Gracial y Viciedo son algunos de los bateadores más relevantes de la Liga Japonesa. Y en Grandes Ligas hay un cubano luchando por el Novato del Año, cuatro cubanos en un mismo roster de Chicago, etc. Es impresionante la calidad que tienen los peloteros cubanos en esas y otras ligas, como la dominicana o la venezolana, pero no la organización y la política del béisbol que se sigue en Cuba”, concluyó el director y realizador.

Un Salón de la Fama escamoteado a sus verdaderos dueños

El Salón de la Fama ha sido objeto de polémica desde su refundación, sobre todo cuando entre los 10 primeros exaltados en esa etapa quedó fuera Antonio Pacheco, con credenciales suficientes, pero que decidió emigrar, algo que no sentó bien por la connotación de su figura.

Las autoridades, además de no aceptar que un proyecto así quedara lejos de su control -como explicó Ian-, tampoco iba a tolerar la exaltación a este de atletas como Pacheco, que un día decidió seguir su camino en libertad.

En aquel momento, fueron exaltados Amado Maestri, Esteban Bellán, Camilo Pascual, Orestes Miñoso y Conrado Marrero, y de la etapa posterior, Omar Linares, Orestes Kindelán, Luis Giraldo Casanova, Antonio Muñoz y Braudilio Vinent.

Incluso glorias del deporte como Braudilio Vinent, en un dialogo con la revista OnCuba News,  ratificó su postura con respecto al ingreso en el salón de uno de los grandes beisbolistas de todos los tiempos, Antonio Pacheco, quien no vive en Cuba.

“¿Qué opinión le merece la postura que defiende la no inclusión futura de hombres como Antonio Pacheco, por ejemplo?”, le preguntó el periodista Aliet Arzola a Braudilio, quien fue durante muchos años lanzador de cabecera en los equipos de su provincia y de Cuba.

“Yo he hablado de eso ya. Dije hace unos meses que Pacheco no ha traicionado a nadie y lo reafirmo. Está por allá, pero nunca ha dicho nada en contra de Cuba, ni ha traicionado. Ya por lo menos estuvo en Santiago, le vi feliz, contento”, afirmó.

“Él merece tanto como otros estar en el Salón de la Fama del béisbol cubano, espero que algún día eso se resuelva. Hace años ya, cuando me exaltaron a mí, creo que Pacheco también cabía. No voy a decir que fulano o mengano no debían estar, porque cada cual tiene sus méritos, pero Pacheco cabía, seguro”, añadió el inolvidable serpentinero que hoy peina canas.

Tanto Vinent como Ian Padrón, desde sus posiciones particulares, tiene algo bien claro: el Salón de la Fama del Béisbol es necesario para la historia de la pelota cubana y la cultura de este país.

Pero como explicó Ian Padrón, el inmovilismo y la falta de libertad imperante en el deporte de las bolas y los strikes y en Cuba -que jugó a ser participativo en una supuesta Consulta Popular-, siguen asestando golpes a un pasatiempo que debería ser patrimonio de todos, no de unos cuantos dirigentes del Inder que, un día, decidieron cortar un anhelo.

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