De pronto, inquieto y necesitado de calmar la sed boxística, Yuriorkis Gamboa (26-1, 17 nocauts) pasará de lo ridículo a lo sublime en apenas un par de meses. Sí. De casi no pelear a hacerlo en dos ocasiones en menos de sesenta días, casi sin espacio de recuperación y rebozado de optimismo y deseos.

La idea del monarca olímpico en Atenas 2004 es simple, digamos: montarse en la máquina del tiempo, hurgar en el pasado para -sin prisa y sin pausa- encontrar aquella fórmula ganadora que un día guardó en su botiquín y recuperar el octanaje que lo mantuvo a flote, al límite de la grandeza. En fin, rescatar sensaciones.

Esto no pretende ser una semblanza, pero sepa que el “Ciclón de Guantánamo” enfrentará este 5 de mayo  al mexicano Robinson “Robin Hood” Castellanos (23-12, 13) en Las Vegas.  Sepa que retornó al cuadrilátero el 11 de marzo pasado ante el nicaragüense René “El Gemelo” Alvarado en una victoria discreta en tarjetas.

Sepa, además, que del 8 de diciembre de 2012 al 19 del mismo mes, pero de 2015 solo combatió en cuatro ocasiones. Y sepa que no tuvo presentaciones durante todo el 2016. Conclusión: seis peleas en casi un lustro atiborrado de inestabilidad.

Desafortunadamente, dado su historial y su edad, 35 años, los datos anteriores expuestos juegan en su contra, y, con todo eso en la mesa, el margen de error se reduce a nada.

Gamboa tiene ante sí un reto mayúsculo, que deviene como un chance in extremis para demostrar que está de vuelta aquel pugilista intenso, siempre dispuesto al intercambio y anhelante sobre y lejos del ensogado, como lo demostró al enfrentar al ranqueado Terence Crawford en las 135 libras –su único fracaso.

El cubano firmó hace muy poco un contrato con Golden Boy Promotions en busca de algo así como «el regreso soñado». Y en este capítulo de su carrera su principal aliado es el mediático Oscar de La Hoya. El “Chico de Oro” le preparó al excampeón mundial una velada que aderezará el plato fuerte de ese primer fin de semana de mayo, el duelo entre Saúl “El Canelo” Álvarez y Julio César Chávez Jr., el hijo de la leyenda.

Yuriorkis Gamboa
Yuriorkis Gamboa. FOTO: ESPN

En un inicio, Golden Boy y de La Hoya anhelaron colocar al guantanamero en la mediática velada de “El Canelo”, pero dos detalles desvirtuaron el panorama: la pobre imagen que dejó ante el pinolero Alvarado y la incorporación a último hora del reconocido David Lemieux frente a Marcos Reyes, que servirá de cortina de la megapelea entre aztecas.

“Robin Hood” no debe suponer ningún problema para un púgil del pedigrí de Gamboa. Es por eso que todo lo que no huela a nocaut sería casi un fracaso para el nuestro, quien no debe desaprovechar más oportunidades. Reitero. Las opciones para redimir su pasado reciente cada día que pasa se reducen más a cero.

La urgencia: mantener a flote su trayectoria boxística y cerrar el capítulo de los malos ratos, de la incertidumbre, de las malas decisiones y acciones deportivas. En fin, rescatar sensaciones.

Imagen cortesía de Yuriorkis Gamboa. FOTO: ESPN