Leonel Duarte es un exfutbolista cubano quien, después de ser integrante de la selección nacional y soñar con la MLS, encontró otro camino como empresario después de regresar a su país.

Como jugador, gozó de unas excelentes condiciones físicas para jugar este deporte y su explosividad, regate y mentalidad, unidos a su carisma dentro y fuera de las canchas, lo llevaron a convertirse en el futbolista más mediático de Cuba. Su carrera deportiva fue corta, pero intensa, pues tuvo el privilegio de integrar los equipos nacionales sub-20, sub-23 y de mayores.

Leonel fue miembro de una generación que hizo soñar a todo un país con la añorada clasificación para un Mundial, la cual, lamentablemente, no se pudo concretar. Participó en muchos eventos internacionales y en los torneos domésticos logró ser campeón con el equipo de su provincia natal: Ciego de Ávila.

Según sus propias palabras, su mayor logro deportivo fue el haber quedado dentro del equipo Todos Estrellas del Preolímpico de CONCACAF en el 2008. En un momento soñó con jugar en la MLS, pero en aquellos momentos no existían los mecanismos legales para hacerlo. Debido a varias decepciones personales y deportivas, decidió dejar de jugar en Cuba y tiempo después partió a tierras teutonas para jugar en el club amateur SV Einheit 1875 Worbis. Allí logró marcar 23 goles en 18 partidos.

Pero, resuelto a conformar una familia y convertirse en campesino, esto hizo que tomara la decisión de regresar a Cuba y dedicarse por completo a la crianza de cerdos. Después de muchos contratiempos y adversidades de todo tipo, hoy cuenta con su propio negocio vinculado a la producción de carne de cerdo llamado Carne D’ Tres, una empresa que fue la primera Mipyme con inversión extranjera creada en Cuba.

Leonel Duarte cambió su camino del fútbol a ser empresario.

¿Cuándo el niño Leonel Duarte llega a la práctica de los deportes y al fútbol específicamente?

Fui un niño común como los demás de mi barrio. Eso sí, desde muy pequeño sentí un amor profundo por la práctica de deportes y empecé a jugar varios de ellos como el voleibol, bolos, baloncesto y el fútbol, por supuesto. Estando en la primaria, en tercer grado, me seleccionaron para jugar de portero en unos juegos pioneriles que se hacían entre las escuelas del municipio. En toda esta etapa, por mi tamaño y habilidades jugué siempre con niños mayores. Un año después, al llegar a cuarto grado, el entrenador Julián me captó para jugar en el Área de los Maristas.

Al llegar a la Secundaria no quise incorporarme a la EIDE ya que siempre pensé que el fútbol en Cuba no tenía futuro, igual lo seguí practicando y en séptimo grado tuve la oportunidad de participar en el Campeonato nacional escolar con el equipo de Ciego de Ávila y quedamos campeones, ese fue mi primer gran logro deportivo y lo recuerdo con mucho cariño. Al próximo año volví a participar en este tipo de evento y obtuvimos el tercer lugar, pero tuve el mérito de ser elegido el mejor jugador del torneo.

Por mis resultados en estas categorías y a la edad de catorce años fui llamado a integrar el equipo nacional sub-17 y me trasladé a La Habana a estudiar en la ESFAAR (Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento). Allí llegué con un nivel técnico bajo con respecto a los demás, pero con muchos deseos de triunfar.

¿Cuáles fueron los resultados deportivos más sobresalientes en tu carrera?

No tuve grandes logros, pues mi carrera deportiva a pesar de ser intensa fue muy corta. Fui para La Habana en 2001 hasta el 2010 e integré los equipos nacionales de once y de sala, en este último fui líder goleador en un torneo nacional. También tuve el privilegio de, sin tener la edad requerida, integrar las selecciones sub-20, sub-23 y absoluta. Representando a mi provincia, Ciego de Ávila, llegué a ser campeón nacional juvenil y de mayores. A nivel internacional participé en dos eliminatorias mundialistas, dos Copas de Oro y un Preolímpico en Estados Unidos, allí quedé dentro del once ideal. Quizás fue este mi mayor logro deportivo, pues en ese evento había mucha calidad en los jugadores participantes y ser de los mejores fue para mí la gloria misma. En Cuba, más allá de los títulos nacionales que ya mencioné, también fui campeón y sub campeón de las Olimpiadas del Deporte Cubano.

Teniendo en cuenta que el entrenamiento diario es la base para ser un mejor deportista ¿Dime cómo hacías para entrenar?

Siempre entrené mucho el físico y la velocidad y repetía constantemente los ejercicios, ese método me ayudó mucho. Pero vale aclarar que, en algunos años el desgaste fue casi excesivo, pues tenía que hacer tres preparaciones diferentes en los equipos sub- 21, sub-23 y de mayores. Mi estancia en la Universidad me impedía entrenar a tiempo completo, pero cada vez que tenía la oportunidad lo hacía de la mejor manera posible. El año que mejor entrené fue cuando ganamos el Campeonato Nacional con Ciego de Ávila en la temporada 2009-2010.

¿Cuáles eran los principales obstáculos o dificultades que veías para ejercer mejor tu profesión?

Los impedimentos fueron muchos. Existían problemas con la alimentación, transporte, alojamiento, condiciones de entrenamiento, logística y muchos otros.  Por ejemplo, en los Juegos Escolares Nacionales jugaba con tenis. Recuerdo también que estando en el equipo nacional, durante una clasificación mundial sub 20, jugamos con tacos viejos envueltos con esparadrapo. A pesar de estas dificultades, siempre jugamos con tremendo cariño y dedicación. Desde el punto de vista competitivo también íbamos con desventaja, pues competíamos muy poco y llegábamos a los eventos con pocos partidos de preparación. Estas y otras razones eran las causas fundamentales de nuestras derrotas.

Cuando uno empieza en el deporte siempre sueña en ser grande y convertirse en un triunfador y con esta mentalidad empezábamos las competencias, pero que va, no se podía, nos faltaba oficio y los rivales nos dominaban y por ende, la confianza disminuía. Como generación, al principio, creía y le decía a los demás que íbamos a ser campeones mundiales. Siempre fui un loco soñador, incluso hasta el día de hoy lo soy.

¿Cómo recuerdas tu paso por el equipo nacional?

Fui muy feliz en el equipo nacional, a pesar de mi corto tiempo en él. Allí me sentí querido y arropado por los entrenadores, la afición y el pueblo en general. Logré un reconocimiento que mantengo hasta ahora y eso me alegra mucho. Estuve en varios equipos nacionales a la vez y esto me permitió conocer a varias generaciones de futbolistas y compartir con todos ellos como hermanos prácticamente. Hice muy buenos amigos y algunos de ellos llegan hasta hoy. Al estar albergados tanto tiempo, logramos mucha compenetración como equipo, pues compartíamos muchos asuntos personales, profesionales y de todo tipo a pesar de las difíciles condiciones en las que estábamos. Siempre me sentí feliz, escuchado y respetado.

¿Qué me puedes decir acerca de tus entrenadores a lo largo de tu carrera y qué papel jugaron en tu formación?

En Ciego de Ávila, en las categorías infantiles, tuve un gran entrenador que recuerdo con mucho cariño que se llama Julián. El colectivo de entrenadores del sub-17 también fue genial conmigo e influyeron mucho en mi preparación deportiva, allí estaban el Zurdo, Carlitos, Tivi y Zeara. En el equipo nacional sub 20, recuerdo que Domingo Hernández confió mucho en mí y me dio la capitanía del plantel. En la selección absoluta, el colectivo técnico logró armar un gran equipo, fueron muy capaces en la conducción y se lograron varios objetivos. Dentro de ellos estaban Triana, Amelio, Broche y Zeara. También tuve la dicha de tener como entrenador al alemán Rheinhold Fanz, un hombre con experiencia como director de equipos de la Bundesliga alemana, pues allí dirigió al Hannover y Eintracht Frankfurt. Aunque con este último, la verdad, que no tuve muy buenas relaciones personales.

¿Cuál fue el momento más feliz de tu vida deportiva y cuál el más triste?

Recuerdos y momentos felices tuve muchos. Jugar los partidos internacionales en un césped bueno, cantar el himno nacional y ver los estadios llenos son momentos que considero mágicos. Pero bueno, si tuviera que escoger uno, me quedó con el Preolímpico en Estados Unidos en el 2008, donde quedé en el Todos Estrellas del evento, pues este logro resultó ser el colofón de mi carrera deportiva, la verdad que fue muy reconfortante. Por otra parte, el más triste fue cuando terminé unos Juegos del Caribe en Jamaica y a partir de ahí decidí no jugar más. Es triste, porque dejas de hacer lo que siempre soñaste desde niño. Fue muy duro para mí, fue como comenzar a vivir una nueva vida. La Comisión Nacional, después de mi retiro tampoco hizo mucho para que yo volviera al equipo, se puede decir que fue un divorcio de mutuo acuerdo.

¿Cuál fue el motivo de tu retiro? ¿Qué ha sido de la vida de Leonel Duarte después de terminar su carrera deportiva? ¿Qué haces ahora para poder sustentarte en la vida?

Sentí que había llegado al límite en el fútbol cubano, estaba estancado y económicamente no veía un buen futuro para mí. Tenía 23 años y quería formar una familia y en esos momentos no tenía condiciones para hacerlo. No tenía posibilidades reales de tener una casa para mi nueva familia y eso condicionó grandemente en mi decisión de no jugar más, por lo menos en Cuba.

Era muy difícil todo, te mantenías entrenando diez meses en La Habana, jugabas el Campeonato Nacional y más nada, no había una adecuada retribución por eso. Sólo se podía hacer algo de dinero cuando viajabas al extranjero y traías algo de ropa para vender o cuando llevabas tabaco de aquí para vender afuera. Debido a estas circunstancias, en el año 2012, decidí jugar una temporada en Alemania con el equipo SV Einheit 1875 Worbis,un club amateur de un amigo mío, el mismo que me ayudó a formar la Mipyme que tengo ahora.

Cuando pasé un año en Alemania mi esposa quedó embarazada y yo quería terminar la Universidad, fue entonces que decidí regresar a Cuba con la idea de convertirme en un campesino. Empecé con un contrato de cría de cerdos con la Empresa Porcina de Ciego de Ávila y ahí di mis primeros pasos junto a mi hermano como empresarios. Teníamos muy poco dinero, pero con la ayuda de mi papá que por aquellos años cumplía misión en Angola y un poco que yo había podido reunir, comenzamos esa nueva aventura. Así, sin experiencia y pensando que con doscientos animales en seis meses íbamos a estar bien, continuamos con el proyecto, pero no resultó como esperábamos. Tuvimos que pedir dinero prestado y devolverlo con intereses. Así estuvimos varios años y pasamos mucho trabajo.

En el 2018 pudimos mejorar algo, pero lamentablemente en el 2020 vino la pandemia del coronavirus y unido a otros problemas económicos del país que venían de antes, colapsó la producción porcina del país y nuestro negocio se vio afectado. Poco tiempo después empecé con un proyecto de desarrollo local y en estos momentos tengo una Mipyme que se llama Carne D’ tres. Ahora mismo estamos enfrascados en la construcción de una empresa con ciclo cerrado de producción. Queremos tener nuestros propios animales, criarlos, sacrificarlos y llevarlos a la máxima expresión de un producto terminado y finalmente comercializarlos nosotros mismos.

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¿Has tenido alguna decepción que te haya marcado en tu vida deportiva o personal?

Me decepcioné mucho cuando íbamos a las competencias y perdíamos y ya no sentía lo mismo; los deseos de ganar de antes se fueron diluyendo poco a poco y eso que yo soy una persona muy competitiva y optimista. Nos enfrentábamos a rivales más duros y experimentados y nos ganaban en competencias importantes y eso nos frustraba, pues veíamos que podíamos ganarle. Como equipo ellos eran mejores, pero quizás hombre por hombre podíamos competirles y sacarles cierta ventaja, pero el fútbol es un deporte colectivo.

En el plano deportivo llega el momento en que cuando no eres atleta, a pesar de tener el reconocimiento de las personas, las instituciones se olvidan de ti. Aunque te puedo decir que en el plano personal me he sentido reconocido por algunas autoridades del fútbol provincial y también nacional, pero lamentablemente a otros deportistas no les pasa igual. En estos momentos, me frustra mucho que algunos dirigentes no sean capaces de tomar las decisiones correctas y esto afecta tus proyectos y tu trabajo. En todas las instancias hemos tenido que chocar con todo tipo de burocracias y esto nos ha frenado como emprendedores.

En la actualidad ¿qué es lo que más te hace feliz?

Lo que más feliz me hace es llegar a mi casa después del trabajo y encontrarme con mi familia y desde el punto de vista profesional me llena mucho saber que nuestro negocio va creciendo. También disfruto mucho ver a mis compañeros de trabajo y compartir día a día con ellos, algunos ya llevan muchos años junto a nosotros. Al ver que mi empresa crece me siento como un padre orgulloso que está criando bien a su hijo y me alienta saber que algún día se va a convertir en algo bueno y útil para los demás.

Ante la imposibilidad de no haber jugado por más tiempo del que hubieses querido. ¿Crees que tus sueños se vieron frustrados y hasta dónde te hubiera gustado llegar?

A mí me hubiera gustado muchísimo jugar en la MLS. Creo que el nivel de los cubanos es muy bueno para jugar allí y eso lo han demostrado varios coterráneos que han jugado en esa liga y lo han hecho bien. Después que maduré nunca pensé llegar al Real Madrid, son etapas que vas quemando, pero a la MLS sí, incluso, en cierta ocasión le pregunté a unos amigos y a periodistas cómo podía jugar en esa liga. Lamentablemente, en esos momentos, no existía la manera legal para hacerlo.

Ahora considero que son muy afortunados los muchachos como Paradela, Corrales y otros que pueden jugar fuera de Cuba y a su vez representarnos en nuestra Selección Nacional. En esta época se piensa más en el atleta, nosotros no tuvimos esa oportunidad y es algo muy triste.

Hace unos años la política de contratación del INDER ha cambiado para bien con respecto a los deportistas y su participación en ligas foráneas ¿Te hubiera gustado vivir esos momentos?

Como comenté anteriormente, sí me hubiera gustado mucho jugar en una liga extranjera. La primera razón y más importante, por el aspecto económico. A veces se quiere obviar que somos seres económicos y eso es un error, mucho más en las circunstancias actuales. Jugar fuera de Cuba te permite mejorar tu nivel económico y el de tu familia. En segundo lugar, por la parte profesional y así probarme en ligas de más nivel que la nuestra; de tener la oportunidad de equivocarte y volver a empezar, al contrario de aquí en Cuba, pues si llegas a la Selección Nacional y fracasas debes volver a tu provincia y prácticamente terminas con tu carrera deportiva. Afuera, si te va mal en un club te vas para otro y así puedes ir mejorando hasta que encuentres tu sitio. En tercer lugar, me hubiera gustado jugar en otro país para conocer culturas diferentes a la nuestra y poder viajar y vivir con mi familia.

Después de tantos viajes a eventos internacionales, incluso el haber jugado en Alemania, no te llevó a la decisión de emigrar fuera de Cuba ¿qué razones te llevaron a no hacerlo?

Yo pienso que la Patria se lleva a dondequiera que tú vayas. Pero mi primera Patria es mi familia y donde estén ellos, ahí estaré yo. Si yo hubiera tenido la oportunidad legal de jugar en algún club y estar con ellos y regresar, lo hubiera hecho con mucho gusto, pero irme de la forma en que se hacía antes y dejar a mi familia atrás, eso no lo hubiera hecho nunca. En segundo lugar, me gusta la cultura y la forma de pensar y vivir del cubano. Creo que todavía soy feliz en Cuba como lo era en aquel momento, quizás un poco más.

Exfutbolista de la selección nacional cubana Leonel Duarte
Exfutbolista de la selección nacional cubana Leonel Duarte

¿Es feliz Leonel Duarte en la actualidad? ¿Te sientes olvidado por las autoridades deportivas y por los aficionados?

Soy muy feliz ahora, como lo he sido siempre. Estoy junto a mi familia que me acompaña en todo momento. Tengo a casi toda mi familia trabajando en mi empresa. Soy feliz porque tengo un trabajo digno, honesto y que me permite crecer económicamente y como ser humano y profesional. También puedo darle ciertas comodidades a mi familia y darle empleo a otras personas para que puedan ayudar a los suyos. Tengo un colectivo de trabajo muy bueno. Creo que la felicidad se compone de pequeños momentos felices y esos son los que debemos disfrutar y aprovechar para sentirnos bien y hacer sentir bien a los demás.

No me siento olvidado, aunque algunas personas no me conozcan ni me hayan visto jugar, pero los de esa época sí, y me recuerdan con mucho cariño. Todo ese querer y admiración me lo demuestran tanto en las redes como en la vida privada. Los directivos del fútbol, aunque tuvimos nuestras diferencias, mantienen buenas relaciones conmigo. Vivo rodeado de amigos y de gente linda que me quiere y apoya.

Háblame de tu paso por la Universidad de La Habana, la Residencia Estudiantil Bahía, la Facultad de Lenguas Extranjeras y de tus experiencias en los Juegos Caribes, Interbecas y las campañas contra la violencia hacia las mujeres y las niñas.

En la Universidad de La Habana me reencontré con el amor de mi vida, que actualmente es mi esposa y con la cuál tengo una familia hermosa. Allí también conocí muchas personas y amigos que han marcado mi vida de muchas maneras positivas y con las cuales actualmente mantengo excelentes relaciones. Desde el punto de vista académico aprendí muchísimo y también tuve muy buenos profesores, en resumen, fue una de las etapas más lindas de mi vida. Además, esta vida universitaria me sirvió de base de descanso activo, pues en el tiempo en el que no estaba con el equipo nacional compitiendo, lo hacía en la Residencia Universitaria Bahía con mis amigos y compañeros de facultad.

Los eventos deportivos universitarios son maravillosos, recuerdo con mucho agrado y nostalgia los Juegos Interaños, los Caribes y los Interbecas. Había atletas de muy buen nivel. Paradójicamente allí nunca pude ser campeón. En aquella época existían muy buenos equipos de fútbol 11 como Filosofía, Economía y el ISDI y la rivalidad era muy sana. También pude participar en varios eventos y campañas que promovían la no violencia en el deporte y la no violencia hacia las mujeres y las niñas. Estas actividades las coordinaban el Doctor Julio César González Pagés y los muchachos del equipo de fútbol de Filosofía. Ser miembro de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades fue algo muy bonito que me pasó en mi andanza universitaria, pues para mí el acto más humano, es el de defender a los demás y tratar de ayudarlos a ser felices, sobre todos a los niños.

¿Sigues el fútbol cubano? Dame tu valoración del equipo nacional y cómo ves este deporte.

No tengo mucho tiempo para seguir el fútbol internacional ni el cubano. Conozco a algunos jugadores que fueron mis compañeros de equipo y mis amigos. Más allá de lo que ponen en televisión o lo que sale en las redes sociales, no conozco nada del fútbol actual y sus condiciones aquí en Cuba. No obstante, considero que el fútbol cubano está en una situación más favorable que en mi época, pues ahora los jugadores tienen la oportunidad de jugar afuera y eso es algo muy positivo, además pueden representar al país en eventos internacionales.

En lo particular, me gusta mucho como juega Paradela. Su forma de jugar se parece mucho a la mía cuando era jugador, es incansable y lo da todo por el equipo. Valoro mucho la calidad de Maykel Reyes, Arichel, Marcel Hernández y Dairon Reyes. También creo que Cuba puede llegar a un Mundial de fútbol para el año 2030 o 2034.

Despídete con una frase.

El fútbol y mi familia son las cosas más importantes en mi vida. La persona que soy, actualmente, es gracias a ellos.

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Imagen cortesía de Foto: Play-Off Magazine

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