Muchas eran las esperanzas para este Mundial que se guardaba el conjunto polaco. Ubicada en una llave que parecía asequible y con un proceso eliminatorio brillante, Polonia parecía tener el combustible para, al menos, pasar de fase de grupos.

Luego de una actuación aceptable en 2016, cuando avanzaron a fase de cuartos de final en la Eurocopa de Francia y cayeron con Portugal —que resultó campeón—, los polacos aparecían como una fuerza a tener en cuenta en este certamen del orbe. Mas, eso no sucedió.

La actuación ante Senegal fue dominante pero insuficiente. Fieles a un estilo que pondera la tenencia del balón, los polacos mayorearon a los africanos en todos los eslabones del juego, menos en el más importante: los goles.

La mala fortuna quiso que Thiago Cionek marcara en propia puerta, mientras que otro punto negativo, la defensa, se conjugó para el tanto de Niang tras un inexplicable (y terrible) pase al portero que terminó convirtiéndose en una asistencia al contrario. Grzegroz Krychowiak descontó a cuatro minutos del final, pero no fue suficiente.

Lo del domingo pasado frente a Colombia no tuvo nada que ver. Los polacos fueron arrasados en todos los aspectos del juego y solo consiguieron dos tiros de esquina más que sus oponentes sudamericanos. Fue su única estadística positiva, como conjunto.

Mina, Falcao y Cuadrado se tragaron nuevamente a la muralla defensiva polaca que se vio terrible defendiéndose de los contragolpes de un rival que no dio respiro. Con este performance, Polonia se convirtió en el primer conjunto europeo en decir adiós, contra todo pronóstico.

Ahora solo les queda salvar la honra frente a Japón y, de paso, darle una mano a sus victimarios latinos o africanos, quienes deberán buscar la victoria si quieren asegurarse, aunque a Senegal con el empate le basta. Y los nipones han demostrado ser un hueso difícil de roer.

Pero ¿la de Rusia es la verdadera cara del conjunto polaco?

A todas luces, sí. A pesar de los buenos jugadores que tienen y de la continuidad de un DT que los lleva de la mano desde la Euro, los polacos se han mostrado apáticos, ineficientes, desconocidos. Desde la defensa hasta su “infalible” Robert Lewandowski.

«Hola mi hermano James Rodríguez. Me acuerdo de tus espectaculares goles durante el último Mundial. Espero que tu recuerdes los míos de Rusia #WC2018 #Russia2018 #PLCOL». Este es el tweet que le envió Lewandowski a James Rodríguez cuando se conoció en definitivas el grupo H del Mundial. Epic fail. El colombiano respondió con un afectuoso abrazo de consuelo a su compañero del Bayern, al consumarse la goleada y, por consiguiente, la eliminación polaca en la jornada dominical.

“Quizás eso es todo lo que podemos hacer. Seamos sinceros, no es que perdiéramos por poco”, dijo el ariete polaco en una entrevista posterior al partido. “Estuve solo, luchamos, yo luché, hice todo lo que pude, pero luchar no es suficiente para ganar partidos en el Mundial, también hay que tener calidad y nosotros tuvimos muy poca”, agregó.

Parece ser entonces que quizás todos conocían la pata de la que iba a cojear el equipo… todos, menos los miles de fanáticos del fútbol polaco. Lewi no ha podido marcar siquiera un gol y más de uno le acusa jocosamente de haberse gastado todos los goles jugando a los escondidos con el todopoderoso Bayern Múnich, en la Bundesliga.

Lo cierto es que, si analizamos la nómina polaca, había muy poco gol en sus botines. Lewandowski (55), Jakub Błaszczykowski (20), Arkadiusz Milik y Kamil Grosicki (12) eran los únicos referentes con pólvora cuando se dio a conocer la nómina dirigida por Adam Nawalka, el día 4 de junio. Y ninguno ha cumplido con las expectativas.

Para más problemas, sus líderes en la defensa, Glik y Piszczek, no tuvieron el apoyo del resto de sus pares en esa posición, que con poco más de cien participaciones internacionales, poco han demostrado, para reafirmar el endeble papel de la última línea de las águilas blancas. Se sabe que una defensa experimentada siempre es buena en este tipo de torneos.

A las claras esos son los factores que han hundido a una Polonia que ve como se escapa su cuarto de hora, sin dar la campanada. Un team del que se viene esperando más desde hace tiempo, pero con todo el talento que poseen sus jugadores, se queda por debajo. En Europa occidental tienen un par los polacos. ¿Les suena de algo el nombre de Bélgica? Vivir para ver.