La pregunta está en el aire, uno de los dos seguirá con vida para la siguiente etapa de nuestra Serie Nacional, el otro, tendrá que conformarse con aportar algún que otro pelotero de refuerzo a los sobrevivientes, cerrar su estadio y regresar a casa con el sabor amargo de la derrota y la inmovilidad.

La batalla en este ¨mini-play off¨ intermedio que se ha inventado la Comisión Nacional de Béisbol para revivir pasiones en los aficionados, se pinta compleja y promete épicas tormentas en el terreno.

Para ponerle más picante al asunto podemos empezar diciendo que ambos conjuntos se han enfrentado en 30 oportunidades en toda la historia desde que se creó la nueva provincia de Artemisa, con idéntica cantidad de victorias por bando.

Los Tigres de Ciego de Ávila van ahora con una presión extra, sin dudas son el mejor equipo de los últimos años, el más estable y el que más títulos ha ganado, pero en esta serie han estado intermitentes, son más visibles sus lagunas, sangran sus heridas, y necesitan urgente calmar a su fanaticada.

Ciego de Ávila
Ciego de Ávila. FOTO: Ricardo López Hevia

Los Cazadores de Artemisa, no tienen nada que perder, desbancaron a otros con más fuerza en el papel y a pesar de ser el equipo que menos batea de la serie, se las han ingeniado para llegar hasta aquí. Dany Valdespino, su director, ha movido sus cartas con inteligencia y contando con la gracia de los dioses del béisbol.

Cada bando tiene sus puntos neurálgicos y sus llaves para la victoria, vamos a poner las cartas sobre la mesa y a disfrutar del show que nos depara esta confrontación de muerte súbita.

Como siempre, hay que interpretar muy bien los números y las estadísticas sin olvidarnos del factor psicológico, de la estirpe y del momento histórico, para llegar a conclusiones y confeccionar análisis desprejuiciados.

Si observamos las cifras ofensivas, los tigres aventajan en todo a sus rivales, average colectivo: 278 por 254; hits por juego: 9.02 por 8; extrabases por juego: 2.02 por 1.90; y bases recibidas por partido: 4 por 3.63.

Sin embargo, los de Ciego producen un total de 4.48 carreras cada nueve entradas y los de Artemisa 4.25, ¿Qué demuestra esto?, la cantidad de corredores que está dejando en bases esta versión avileña y he ahí el primer punto negativo que encontramos en su contra.

Yariel Duque,
Yariel Duque, uno de los puntales ofensivos de los artemiseños. FOTO: Ricardo López Hevia

Los tigres ocupan el lugar trece de bateo con corredores en circulación y son uno de los que más elevan la pelota de fly cuando conectan la esférica. Esto facilita la defensa del contrario e impide el avance de corredores en bases minimizando las posibilidades de erratas. Aunque sus emergentes son los mejores de la liga (51-17, AVE 333), esto no compensa esta situación, que a la larga, conspira y de qué manera, con sus resultados en esta campaña.

Es cierto que los partidos se ganan haciendo carreras, pero también es cierto que en este maravilloso deporte colectivo, la victoria depende mucho de un solo jugador: El lanzador.

La realidad es que una de las llaves para el triunfo avileño es hacer carreras lo más temprano posible y rezar porque no se agote la estamina de sus lanzadores abridores. Vladimir García y Dachel Duquesne lanzan como promedio 6.88 y 7.27 entradas por apertura respectivamente y esto es muy positivo, ya que su bullpen no es para nada de los mejores.

Vladimir García
Vladimir García. FOTO: Ricardo López Hevia

Basta con echar un ojo a Liomil Gonzales, su cerrador, que con siete salvados promedia 7.71 carreras limpias por juego y su caballo de batalla Ariorky Hernández permite 4.65.

El otro abridor Yander Guevara, con un solo juego ganado y cuatro perdidos en ese rol, puede alarmar a más de uno en caso de necesitarse un tercer partido definitorio. Sin embargo la temporada que ha tenido Jose D Martínez apagando fuegos (2.45 PCL y 4 juegos ganados), es una luz de esperanza para Roger Machado.

Los cazadores salen mejor parados en ese aspecto, aunque la actuación del veterano Yuliesky González deja mucho que desear, el trío de abridores de Geonel Gutierrez, Misael Villa y Ricardo Martínez han permitido solo 3.16 limpias cada nueve capítulos entre los tres, eso sin contar el gran trabajo que hizo el novato Saydel Peña cuando los enfrentó este año y solo permitió una limpia en siete entradas, aunque perdió el partido.

Si hablamos de relevistas, solo mentar los nombres de Miguel Lahera y Jose A. García impone respeto, si a eso le sumamos que el cuarteto integrado por Armando Jiménez, Yaniel Vera, Roylandy Rodriguez y Saydel Peña permiten entre todos 3.47 carreras por juego y sus contrarios le promedian para un bajo 225 (280-63), entonces ahí hay un problema para los tigres.

Miguel Lahera
Miguel Lahera. FOTO: Tomada de Radio Rebelde

Visto esto, las predicciones y las bolas mágicas se contradicen mientras el favoritismo se inclina por momentos para ambos lados. La experiencia de los felinos jugando este tipo de partidos, debe al final, inclinar la balanza a su favor, pero ojo, que el béisbol es un deporte muy grande y misterioso. ¿Qué opinan? ¿El tigre o el cazador?

Claves para el triunfo de Ciego de Ávila

-Llegar con ventaja en el marcador al último tercio de juego

-Buscar opciones diferentes para adelantar los corredores en bases (no abusar del toque de bola)

-Utilizar más la velocidad en las bases (intentar más el robo)

-Desechar la bases por bolas intencional, más en los principios de juego y frente a un equipo de pobre ofensiva.

-Confiar en Jose D. Martínez como relevista

-Estudiar las estadísticas individuales y olvidarse de la teoría de zurdo contra zurdo, salvo excepciones.

-No elevar tanto la pelota, ponerla en juego para adelantar a los corredores en bases.

Claves para el triunfo de Artemisa

-Tratar de llevar el partido a una guerra de bull-pen

-No abrir ningún partido con Yuliesky González

-Confiar en sus figuras jóvenes

-Fabricar carreras a toda costa, usar la velocidad en las bases, bateo por detrás del corredor, toques de bola, etc.

-No apoyarse tanto en Israel Sánchez como relevista (es el que más trabaja como relevo y sus números no son buenos)

-Jugar siempre como si fuera el último juego, no guardar nada

Imágenes cortesía de Ricardo Lòpez Hevia y PALACIOS

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