Ray Socorro Llanes es un joven cubano de 15 años que ha enfrentado desafíos inimaginables en su vida. Desde su infancia en Cuba, donde la escasez de alimentos y los apagones eran parte de la rutina diaria, hasta su travesía hacia Chile, ha demostrado una resiliencia admirable que la alimenta un sueño: ser campeón mundial en MMA.

Su pasión por las artes marciales comenzó a una edad temprana y a pesar de las adversidades, ha mantenido su enfoque y la esperanza de reinar algún día. En Chile, Ray ha encontrado un nuevo hogar y una nueva familia en su equipo de entrenamiento. A pesar de los retos culturales y económicos, su espíritu sigue intacto.

Extraña profundamente las festividades y la alegría de su tierra natal, pero está decidido a construir un nuevo camino.

No solo es un atleta, sino también un símbolo de esperanza para muchos que, como él, emigraron y persiguen una meta en un país adoptivo. Con cada golpe que lanza, Ray Socorro se acerca más a su sueño de ser un campeón mundial.

¿Cómo fue tu vida en Cuba?

Mi vida en Cuba fue una mezcla de dificultades y momentos felices. La falta de comida y los apagones constantes eran una realidad dura, pero también tengo recuerdos hermosos con mi familia y amigos. Mis abuelos siempre me apoyaron, especialmente cuando la situación se ponía difícil.

¿Qué te motivó a emigrar?

La situación era insostenible. No había forma de vivir con los apagones y el hambre. La falta de oportunidades me llevó a decidirme por la emigración. Quería un futuro mejor, no solo para mí, sino también para mi familia.

Tu travesía fue complicada. ¿Cómo fue esa experiencia para ti?

Fue muy traumática. Pasé frío, estrés y muchas veces no tenía comida. Pero también conocí personas amables, como los carabineros en la frontera, que nos ayudaron. Esa amabilidad me hizo reflexionar sobre lo que había dejado atrás.

Ahora que estás en Chile, ¿cómo ha sido tu adaptación?

Ha sido un proceso. Me chocan algunas costumbres, pero he hecho amigos y me he adaptado. La gente ha sido buena conmigo, aunque mis padres han enfrentado discriminación. Estoy enfocado en terminar mis estudios y seguir entrenando.

¿Qué es lo que más extrañas de Cuba?

Extraño mucho los carnavales y las fiestas en el barrio. La alegría y la música son parte de nuestra cultura, y aquí no he encontrado algo igual.

Hablemos de tu pasión por las artes marciales. ¿Cómo te ha ayudado en tu vida?

El deporte ha sido mi refugio. Desde pequeño practiqué artes marciales y eso me dio disciplina y un sentido de propósito. Quiero llegar a ser campeón mundial en MMA y estoy trabajando duro para lograrlo.

¿Qué mensaje le darías a otros jóvenes cubanos que enfrentan desafíos similares?

No busquen la vida fácil, o tendrán malas consecuencias, ya que no aprenden del proceso. Mejor busquen la vida difícil, que está llena de tropiezos, pero cada tropiezo es una oportunidad de aprendizaje. No se dejen llevar por el mal; se vence al mal con el bien. Dios es el camino.

¿Cuáles son tus sueños y metas?

Mi meta principal es ser campeón mundial y dar un buen futuro a mi familia. Quiero demostrar que, a pesar de las dificultades, se puede triunfar. También quiero que los cubanos se unan y luchen por sus derechos. Juntos podemos lograr un cambio.

Autor: Rubier Sosa

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