Durante la pasada década de 2010, no hubo un equipo más exitoso que los Tigres de Ciego de Ávila en el béisbol cubano. Bajo el mando del estelar ex receptor, Roger Machado, los avileños ganaron tres de sus cinco discusiones por el título nacional (2012, 2015 y 2016), y terminaron con el segundo mejor promedio de victorias entre nueve equipos que jugaron al menos 20 desafíos de postemporada:

EQUIPOJJGPG%1L2L3LPODPOD%
CAV75433257.3%320550.0%
MTZ72343847.2%125880.0%
GRA54292553.7%200220.0%
PRI45271860.0%210330.0%
VCL46222447.8%110220.0%
LTU35191654.3%111330.0%
IND38152339.5%011220.0%
SSP2591636.0%001110.0%
CFG2291340.9%002220.0%
JJ: Juegos jugados. G: Ganados. P: Perdidos. G%: Porcentaje de victorias. 1L: Primeros lugares (títulos). 2L: Segundos lugares (subcampeonatos). 3L: Terceros lugares. POD%: Porcentaje de podios alcanzados, la suma de los 1L, 2L y 3L por cada participación en playoffs. Fuente: El autor.

En 2017, la supremacía de los Tigres terminó con una derrota por barrida de 4-0 ante los Alazanes de Granma en la 56 Serie Nacional. Al año siguiente, fueron eliminados (3-2) ante los Cazadores de Artemisa en la Serie de Comodines de 2017, quedando a las puertas de la segunda fase.

Los tricampeones volvieron a la élite en la 58 Serie Nacional, pero pudieron ganarles un solo partido en Semifinales a los Leñadores de Las Tunas, quienes luego conquistaron el título contra los Leopardos de Villa Clara.

Un año más tarde, en la última temporada bajo el mando de Roger Machado, los Tigres cerraron en el onceno puesto de la tabla de posiciones, lugar que mantuvieron en la 60 Serie Nacional, durante el debut de Yorelvis Charles como mánager. Varias de las razones en la regresión de los Tigres se deben a la baja de figuras claves como los jardineros Luis Robert y José Adolis García, además de Yennier Cano, Yadir Rabí y Pedro Echemendía entre los lanzadores más talentosos.

De hecho, si combinamos el aporte de Rabí y Cano al bullpen de los Tigres, podemos apreciar la gran efectividad que aportaron: Marca de 31-19, 30 salvamentos y 2.99 PCL en 209 juegos lanzados (202 relevos).

Tras la salida de Rabí y Cano, Liomil González se perfilaba como el posible cerrador para los Tigres, pero entre lesiones y temporadas inconsistentes, el bullpen del equipo no lograba estabilizarse. Y, aunque los veteranos abridores Vladimir García, Yander Guevara y Dachel Duquesne ya no lanzan al nivel de eficacia que lograron en la pasada década, el pitcheo de relevo ha sido uno de los grandes problemas de Ciego de Ávila en sus últimas dos campañas.

No creo que esa deficiencia haya sido la causante de dos campañas seguidas donde los Tigres han terminado en el onceno puesto de la tabla de posiciones, pero ha sido un punto influyente. Sin embargo, como ha confesado el manager Yorelvis Charles, el equipo trabaja en pos de fortalecer sus deficiencias para volver a la élite.

Tigres de regreso a la élite

Entonces, dos grandes preguntas se imponen: ¿Cuál es la clave de los Tigres? ¿Cómo lograrán los ajustes que necesitan para incluirse nuevamente entre los ocho mejores teams de la liga? Es cierto que se han jugado apenas cuatro partidos, pero incluso tras esta pequeña muestra, los triunfos de Ciego de Ávila han tenido un gran valor: Le ganaron la serie 2-1 a los Leñadores de Las Tunas, uno de los equipos más estables de las últimas cinco campañas.

Y este sábado, iniciando su visita al parque Victoria de Girón, les rompieron el invicto a los Cocodrilos de Matanzas, con éxito por 5-3, remontando un déficit de 3-1 con tres zarpazos en el octavo y uno más durante el inicio del noveno.

La apertura del diestro Fernando Betanzos, quien aseguró seis innings y admitió sólo dos carreras en duelo ante el zurdo Yoanis Yera—el as matancero debutó con diez strikeouts en siete entradas—, fue otra gran noticia para Yorelvis Charles y su cuerpo de dirección. Y, al final, el otro punto clave fue la actuación del bullpen junto al repunte ofensivo: Kevin Soto sacó de aprietos a Liomil González, quien admitió la tercera carrera de los Cocodrilos en el séptimo, y luego Yosvany Ávalos cerró con dos ceros en octavo y noveno.

En cuatro partidos, el pitcheo de Ciego de Ávila no ha estado entre los más imponentes—les batean .294 y acumulan más boletos (12) que ponches (11)—, pero en conjunto con otras dos fortalezas del equipo, el bateo y la defensa, han demostrado que pueden progresar. Los Tigres han anotado 31 carreras, promediando 7.7 por partido y, aunque lanzan para un efectivo 3.71, permiten 4.5 anotaciones, producto de tres pifias que les han costado cuatro carreras.

El jardinero Yuddiel González (1.286 OPS, 2 HR y 7 CI) y el antesalista Rubén Valdéz (1.067 OPS, HR y 7 CI) han sido los bateadores más encendidos en este inicio, dentro de un poderoso lineup que cuenta con figuras ya establecidas como los receptores Osvaldo Vázquez y Alfredo Fadraga, Humberto Morales en la inicial, el torpedero Yorbis Borroto, el intermedista Raúl González, los jardineros Addel Civil y Alexander Jiménez, además de peloteros prometedores como los jóvenes Liosvany Pérez y Héctor Labrada.

Sí, aún es muy pronto para vaticinar basándonos en cuatro partidos: Pero los éxitos de los Tigres han sido convincentes ante equipos poderosos como Las Tunas y Matanzas. Desde ahora, ese trío de victorias parecen titilar como una luz en el horizonte de la tabla de posiciones, comenzando a reafirmar que los Tigres lucharán por regresar a la élite durante esta 61 Serie Nacional.

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Imagen cortesía de Alejandro Garcia Sanchez