Seamos francos, ¿a quién no le gustaría ser capaz de predecir el futuro? En mi opinión la respuesta seria casi unánime, a todos. Pero, ¿en temas beisboleros, esto sería posible? La respuesta a esta interrogante es afirmativa, ya que el análisis sabermétrico cuenta con más de una herramienta para hacer de esto una realidad. Dichos parámetros, en su conjunto, son llamados “Sistemas de Proyección”. Los cuales, en general, son el mejor procedimiento para estimar el rendimiento de un jugador o de una novena completa en un periodo determinado de tiempo.

Para una mejor compresión, pensémoslo de esta manera: nuestras creencias personales de cuan bueno es un pelotero, o un equipo, casi siempre son expresadas en forma de una proyección. Por ejemplo: un “pelotero X” dará más de veinte jonrones en la próxima campaña; o un equipo ganará “X” cantidad de partidos durante la temporada. Entre los aficionados, este sería el lenguaje más usual.

Sin embargo, en el mundo de las estadísticas avanzadas se habla de “Sistemas de Proyección”, los cuales no son más que modelos estadísticos que toman diferentes parámetros de una atleta —estadísticas previas, edad, peso, talla, etc.— con el fin de predecir la actuación del mismo en el próximo juego, en la venidera temporada… o en toda su carrera.

Una manera de ejemplificar el funcionamiento de estos sistemas, podemos encontrarla en las predicciones del clima. Siempre queremos saber si va a llover al siguiente día. Pregúntense ustedes mismos, ¿cómo podemos llegar a un pronóstico certero? En primer lugar, obviamente tenemos que prestarle atención a cómo se ha comportado el tiempo recientemente, pero también tenemos que echarle un vistazo a los patrones del clima propios de la época del año en la cual nos encontremos, como la presión atmosférica o la dirección del viento. Después, no podemos dejar de observar la situación climatológica en el área… cada fragmento de información es importante.

Este mismo precepto se aplica al béisbol. Cuando se analiza a un jugador, no solo se emplean como referencia sus últimas 500 comparecencias al bate, las que no dejan de ser extremadamente importantes, pero no las únicas. Deben procesarse las 500 anteriores y las 500 que tuvo antes de esas, hasta dónde permita la base de datos que se posea. Las estadísticas nunca envejecen, por muy intrascendente que pueda parecer alguna de estas, nunca  dejan de tener alguna utilidad.

Los Sistemas de Proyección no son perfectos, jamás aciertan al 100%. No olvidemos nunca que son estimados y que pueden ser condicionados por diversas variables como las lesiones, las suspensiones u otros factores como la suerte, incluso, aun cuando capturen el verdadero talento del pelotero.

De cierta manera, los Sistemas de Proyección se han convertido en la mejor manera de predecir el futuro en el béisbol.

Veámoslo de esta manera, si usted lee en algún sitio digital de estadísticas que un pelotero bateará .350 en la próxima campaña, apuesta por ello y resulta ser que el resultado fue exacto, entonces puede considerarse como una persona muy afortunada. Pero, en realidad, cuando uno de los sistemas arroja que un pelotero promediará .350, lo que está asegurando es que sus estadísticas previas muestran que ese jugador tiene la calidad para alcanzar esa cifra. No que obligatoriamente llegará allí

La verdadera interpretación que se le debe dar a cualquier sistema es que, mientras mejores sean los averages proyectados de un atleta, mejor rendimiento podríamos esperar de él en la temporada.

El uso más importante de estos Sistemas está en la toma decisiones en un equipo de cara al futuro, empleando hasta el más mínimo fragmento de datos que pueda ser relevante. Los Sistemas hoy constan como una de las principales herramientas con las que cuenta la Gerencia General de un equipo en la actualidad a la hora de hacer negocios. Por supuesto, al igual que con otros casos como la Equivalencia de Ligas, cada una de las franquicias toma en cuenta sus propios criterios, y estos —en consecuencia— no son de dominio público amparados en las reglas de la competencia empresarial.

Lo que sí está claro es que las franquicias, a la hora de evaluar a un jugador, jamás toman una decisión basada simplemente en el rendimiento pasado del mismo. El uso de sus números anteriores para hacer una inferencia válida acerca de su futuro, y el acto de procesarlo junto a otros factores, dan como resultado una proyección.

En la web podemos encontrar varios tipos de sistemas como los ZIPS, los Steamer o el CHONE. Todos y cada uno de ellos siguen metodologías distintas, algunas más o menos complejas que las otras. Pero todas tienen en común el mismo fin, tratar de predecir cuán bien lo hará un pelotero o un equipo completo en el futuro.

No existe sistema ideal, pero funcionan si se quiere tener una idea general de qué esperar en el futuro en un deporte sumamente volátil e impredecible como el béisbol. Ninguno es perfecto en esencia, pero cumplen su rol con bastante eficiencia.

Así que amigo lector, si usted quiere desentrañar los misterios que depara el futuro en el béisbol, no gaste su tiempo en “tirar” las cartas. Mejor tómese un tiempo y consulte los Sistemas de Proyección.