El triplista Andy Díaz no olvida el calvario que vivió antes de ganar una medalla de bronce histórica en los Juegos Olímpicos París 2024, cuando fue uno de los tres cubanos que coparon el podio, pero en representación de otros países.
“No tenía nada y vivía de nada. Dormí en la calle varias veces frente a la oficina de inmigración en Roma, luego trasladaron la oficina y yo también me fui para el otro lado”, contó en entrevista con el Il Messagero.
En París 2024, tres cubanos coparon el podio de premiaciones del triple salto y ninguno bajo la bandera cubana. Jordan Díaz, Pedro Pablo Pichardo y Andy Díaz, consiguieron oro, plata y bronce respectivamente en la capital francesa.
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Desde el primer intento, Jordan Díaz colocó el 17.86 m definitivo que le dio la medalla de oro por España. Mientras, el cubano nacionalizado portugués, Pedro Pablo Pichardo se quedó con la plata a dos centímetros. Con el tercer puesto, Andy Díaz, por Italia, se estiró hasta los 17.64m, salto válido para hacerse con la medalla de bronce.
Tras la presea, Andy Díaz recuerda cómo llegó al atletismo y el porqué decidió hacer su camino lejos de Cuba.
“Mi madre me inició en el atletismo, luego vi a mi primo que hacía 17.52 y quise ser mejor que él, o mejor que mi familia. Luego, también los mejores de mi país y luego del mundo. Pero, entendí que Cuba no podía darme el sueño y me fui. Al regresar de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, donde no competí, pero estaba en la lista de deportistas, paramos en España, y sólo allí entré en posesión de mi pasaporte, porque antes me lo habían confiscado. Así que me fui sola y llegué a Italia: mi madre me había contado mucho, la conocía. Ella es el punto de referencia indispensable en mi vida”, añade.
Pero, el camino no sería sencillo hasta volver a competir y hasta tuvo que dormir en las calles para lograr sus sueños.
“No tenía nada y vivía de nada. Dormí en la calle varias veces frente a la oficina de inmigración en Roma, luego trasladaron la oficina y yo también me fui para el otro lado. Tuve que dormir cerca para no perder la prioridad en la cita del documento. A veces no veía buenas escenas. Luego me las arreglé lo mejor que pude durante el día. Pero ahora digo que muchas noches pasadas en la calle no fueron en vano”, recuerda.
Jordan Díaz, campeón olímpico: podio cubano en el triple salto
Para Andy Díaz, una persona sería fundamental para encaminar su vida: Fabrizio Donato, quien fue triplista, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y que se convertiría en su entrenador.
“Él fue mi suerte. Lo contacté de alguna manera a través de las redes sociales, respondió y me atendió de inmediato. Me acogió en su casa, me alimentó, me siguió a lo largo de mi camino de renacimiento. Se lo debo todo a él y a Italia. El bronce en París fue mi manera de agradecer a vuestro país”, afirma Andy.
“Eso todo. Entrenador, masajista, coach mental y también papá. Resuelve todos los problemas de mi vida. También me ayudó a traer a Italia a mi madre, que está conmigo desde hace un año y es una presencia indispensable para mí. Después de la carrera, Fabrizio me dijo desde las gradas que él también había ganado el bronce olímpico en la triple prueba, en Londres en 2012. Yo no lo sabía o no lo recordaba, era una señal del destino”, añade el triplista.
Según cuenta, en París 2024 “estaba enojado, sí, quería el oro. Soy deportista y salgo a la pista para ganar, sino ¿qué voy a hacer? Estoy ahí para eso. Pero ahora estoy emocionado por el futuro. Y soy consciente de mi fuerza. París fue sólo un comienzo, o más bien el comienzo: el grifo ya está abierto y nos vamos”.
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