La tarde del 1ro de octubre de 1932 quedó registrada entre los momentos más emblemáticos de la historia del béisbol. Babe Ruth, Yankees y la Serie Mundial. Para aquella época, y para cualquiera, no había una combinación mejor.
Se jugaba el Juego 3 del Clásico de otoño entre los Yankees de Nueva York y los Cachorros de Chicago en casa de estos últimos, Wrigley Field.
Babe Ruth, el legendario «Sultán del Swat», se encontraba en el plato con una situación desafiante: dos bolas y dos strikes. Lo que sucedió a continuación se convertiría en uno de los momentos más emblemáticos y trascendentales de la historia del béisbol: the Babe’s called shot, o el «jonrón llamado».
Con confianza y determinación, Ruth se paró en el plato y decidió señalar el lugar donde esperaba que la siguiente bola fuera lanzada. Los fanáticos de los Cubs aguantaron momentáneamente la respiración, esperando el desenlace de esta inusual táctica.
El lanzador de Chicago se preparó, sabiendo que estaba frente a uno de los bateadores más poderosos en la historia del béisbol. Con un movimiento fluido, lanzó la bola, pero para sorpresa de todos, Ruth se abalanzó sobre ella con una ferocidad inigualable. El sonido de la conexión entre el bate y la bola resonó en el estadio mientras la esfera volaba por los aires.
Con una trayectoria imparable, la pelota se elevó sobre la cerca del jardín central, alejándose cada vez más del alcance de los jardineros contrarios.
Era un jonrón imponente, un disparo magistral en respuesta al desafío que el lanzador le había presentado. Ruth había predicho en qué parte del campo enviaría la bola, y lo había logrado con una precisión sorprendente.
Ruth hizo su recorrido triunfal alrededor de las bases. Las expresiones de asombro y admiración se dibujaban en los rostros de los fanáticos, quienes eran testigos de un momento histórico.
El jonrón de Ruth en ese momento crucial de la Serie Mundial fue un símbolo de su grandeza y carisma como jugador, pero a la vez, este momento solo contribuía a forjar su estatus como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos.
Su habilidad para leer a los lanzadores, su poder inigualable y su confianza abrumadora se manifestaron en ese preciso instante.
El jonrón de Ruth no solo fue un logro deportivo importante, sino que trascendió las fronteras del juego y se convirtió en un hito cultural. Su impacto en el béisbol y en la imaginación colectiva de Estados Unidos y fans del juego es innegable.
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