Un Barcelona mandón puso al Madrid de rodillas en el Santiago Bernabéu con un repaso futbolístico impensado en los pronósticos de un Clásico que se intuía más parejo y terminó con una fiesta blaugrana con pizarra de 4-0.

Se auguraba que los blancos iban a extrañar a Benzema, su punta de lanza, pero lo que ocurrió en el partido de este domingo fue más que la ausencia de un jugador: los líderes del campeonato cayeron inermes ante el volumen de juego blaugrana que propició la primera gran victoria del proyecto de Xavi Hernández.

Aunque termine siendo un partido anecdótico en el desenlace de una liga que parece decidida por la diferencia, nada como una victoria de aúpa ante el gran rival en su casa para cimentar la frase de moda en los últimos tiempos: “El Barcelona ha vuelto”.

Sin Karim, con dos “jóvenes” en la punta y Valverde como cuarto hombre a medio camino entre el mediocampo y la delantera, el Madrid no pudo contrarrestar a un Barcelona expansivo, aplicado en la presión alta y coral para mover el balón y encontrar los espacios ante una desconcertada defensa rival.

A falta de un nueve como Karim, sin nadie que recibiera de espaldas, de nada valieron los extremos y el Madrid no encontró el camino a la puerte de los blaugranas, que dominaron a placer.

Dos voces de cabeza se vencieron los blancos en la primera mitad, una a pase de Dembélé para un Auba que les ganó a los centrales en el área y la segunda ante un Araujo imponente en el juego aéreo, nuevamente, con centro del francés.

Corrían los blancos tras la pelota, mientras los blaugranas cantaban una nana al balón con precisión de cirujanos, como si de nada sirviera la presión ineficaz, a destiempo y descordinada de los locales.

El partido llegó a la mitad con el marcador 2-0 y la sensación de que nada podría alterar el resultado, por más que sobrevolara aquello que reza que los segundos tiempos son del Madrid, como constató el PSG en la Champions.

Pero poco cambió en la segunda mitad, con un Madrid desconcertado incluso más por los movimientos de Ancelotti, que cambió parte de sus jugadores para dar paso a una línea de tres con Nacho, Militao y Alaba, que hacían agua a sus espaldas.

La debilidad defensiva de los blancos era como un cheque al portador para los visitantes, que husmeaban la sangre con cada pelota que el tridente disputaba por velocidad y habilidad.

De forma inexplicable, Ferran falló el tercero para, poco después, anotarse su gol con un disparo imposible para Courtois -que evitó un resultado de espanto con intervenciones de méritos-.

El español le serviría el cuarto a Auba, quien con una picadita puso el tanto final de una goleada brutal, un repaso que no se presenciaba hacia mucho tiempo por estos lares, cimentado por un desempeño colectivo formidable.

El Madrid sale del Clásico con un colchón amplio todavía sobre su rival que, si gana un partido pendiente, se pondría a nueve. Pero los blancos emergen dubitativos, con la certeza de que Ancelotti se equivocó y de que, sin Benzema, la vida es muy diferente.

Del otro lado, Barcelona tiene la victoria que buscaba Xavi para dar un espaldarazo a la reconstrucción, seguir asentado en los puestos de Champions y tomar fuerzas para buscar el trofeo de la Europa League.

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Imagen cortesía de Collage