A su llegada al Aeropuerto de Okinawa, Japón, Elián Leyva muestra un rostro sonriente. Tiene 33 años y está muy cerca de cumplir un sueño: jugar por Cuba. Luce feliz, evidentemente. El experimentado lanzador remolca a su espalda años de carretera en el béisbol de México, fundamentalmente, así como un breve paso por la Serie Nacional, y la AAA de Estados Unidos.

Sus primeras palabras al medio estatal JIT, apenas bajarse del avión, son claras: “muy emocionado y motivado por comenzar a trabajar con el equipo (…) Estoy cumpliendo el sueño de ponerme las cuatro letras”, sentenció.

Elián Leyva sabe su función dentro del equipo, pues será uno de los abridores de Cuba en el Clásico Mundial de Béisbol 2023 . Incluso, se pensó que podía ser el primer abridor del equipo, omo lo comunicó la máxima dirección del equipo a la prensa oficial de la Isla semanas antes de su incorporación, durante los entrenamientos en La Habana.

“(Elián) Leyva sí va a ser, debe ser el primer abridor del equipo. Todavía los demás estamos viendo”.  Así, tajante, seguro, respondió Pedro Luis Lazo, coach de picheo, a la interrogante sobre quiénes serían los abridores de Cuba en el V Clásico Mundial de Beisbol, aunque finalmente, terminó por abrir el juego contra Taipéi de China.

A propósito de su convocatoria para este importante evento y su carrera, el serpentinero formado en San José de las Lajas, Mayabeque, dialogó con Play-Off Magazine.

¿Cómo llega Elián Leyva al mundo del béisbol? ¿Cuándo decides ser lanzador?

Empecé en la provincial con 13 años, categoría 13-14, primer año. Me gustaba mucho el deporte. Practiqué fútbol antes. Pero la pelota es el deporte nacional, el más gustado en Cuba y por eso comienzo a practicarlo. Jugué la provincial de esa categoría y no era muy bueno. Tenía talento, pero no llamaba la atención.

Luego entro a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE). Había pasado un año, me había superado con mucho entrenamiento. Jugué en la provincial con La Habana y fui el mejor pícher de la categoría a nivel nacional en el torneo 13- 14 años, último año.

Luego fue el 15-16. A partir de ahí, siempre representé a la provincia La Habana. En 2015- 2016 me hicieron pícher totalmente. Los entrenadores me vieron antes jugando en otras posiciones como center field, tercera, primera… no eran tan malo bateando.

Pero con 15- 16 años sobresalía más como lanzador. Los mismos entrenadores me dijeron que sería lanzador y ahí empecé. Hice preselecciones equipo Cuba, categorías menores, juvenil, y debuté con La Habana con 17 años, así de jovencito. En mi primer año tiré nueve entradas solamente con los Vaqueros de La Habana, ese equipo tan grandioso, con el cual, en 2009, segundo año mío, quedamos campeones.

Entre 2007 y 2014 lanzaste en Series Nacionales con los Vaqueros de La Habana, antes de decidir emigrar. ¿Cómo recuerdas ese paso por las competiciones domésticas?

La Serie Nacional fue el principio de todo. Es mi raíz, yo lo diría así. Aprendí lo que era béisbol como tal. La esencia la aprendí ahí, esa es la realidad. Fue un buen tiempo. Me ayudó para madurar como persona y jugador. Tuve buenos jugadores al lado como Miguel Alfredo González, Yadier Pedroso, Yulieski González, Yonder Martínez, Miguel Lahera, José Ángel García; seguramente, se me quedan otros más.

Tuve la oportunidad de tenerlos a mi lado e ir aprendiendo lo que podía en ese tiempo. Era muy joven también y no entendía el béisbol tanto como lo entiendo ahora, pero fue, como yo lo categorizaría, la raíz de lo que soy hoy.

Fuiste parte del último equipo de La Habana campeón de Series Nacionales, en el año 2009 ante Villa Clara, con 20 años. ¿Cómo recuerdas aquel momento?

Fue una hermosa experiencia. No tuve mucha participación, aunque sí más que en mi primero año. Fue hermoso vivir todos esos momentos, el equipo La Habana por primera vez campeón. Siempre lo vamos a recordar. Lo disfruté muchísimo.

Ese año empecé en la Liga de Desarrollo. Se jugaba a la par de la Serie Nacional. Me estaba yendo muy bien. El equipo La Habana necesitaba un abridor y me suben en una subserie contra Sancti Spíritus y lancé bien. Ese juego lo ganamos, pero no fue a mi cuenta el triunfo.

Incluso, recuerdo ponchar a bateadores importantes. Eso me dio un poco de confianza para mantenerme el resto del año en la Serie Nacional y estar en el campeonato con el equipo La Habana.

Luego decides emigrar. ¿Cómo tomó esa decisión Elián Leyva? Coméntame sobre ese choque y el proceso de adaptación.

En 2015, tomo la decisión. Fue difícil, eso no lo puedo negar. Estuve mucho tiempo pensando qué quería. Necesitaba probarme en otro nivel, en otro sistema de competencia, darme esa oportunidad.

Me fui para España. Estuve un año hasta que logré la residencia y de ahí fui a República Dominicana. Ya había visto scouts de la MLB. Tuve la oportunidad de firmar con Los Bravos de Atlanta y de jugar con ellos.

¿Qué dificultades enfrentaste antes de firmar en los Estados Unidos?

Es un proceso muy largo. Lleva mucha adaptación y aprendizaje. Cuando salí de Cuba, tenía muy claro lo que quería: ser profesional, vivir de lo que hacía. Cambié mi mente. Solamente pensaba en avanzar; trabajar duro y avanzar. Mejoré mi físico, mis millas. Y ahí se me dio la oportunidad de firmar con los Bravos de Atlanta.

Fui a Estados Unidos y tuve buenos números. Estuve tres años con ellos, dos lanzando en Estados Unidos. Me fue muy bien. Fue una bonita experiencia. Ahí comprendí verdaderamente lo que era el béisbol profesional. Me costó trabajo llegar por el idioma, el sistema de trabajo; pero quería ser mejor. Lo miraba como un proceso para crecer.

En ese tiempo se pasaba trabajo en Ligas Menores. Los salarios son un poco bajos. A veces no alcanzaba para comer si no tenías ahorros. Había que pagar los club house en donde ibas a jugar. Son muchas cosas que la gente no conoce, pero así funcionan allí. Complican la situación.

En 2016, firmas con los Bravos de Atlanta y llegas hasta el nivel de AAA. ¿Cuánto creció Elián Leyva en ese paso por el béisbol estadounidense? ¿Qué te aportó para consolidar tu carrera?

Fue la oportunidad de entrar en el béisbol profesional, mi primer paso importante tras salir de Cuba. Me destaqué. Estaba decidido a mejorar y estaba enfocado en ello. Tuve la oportunidad, en 2019, de hacer el Spring Training de Grandes Ligas, una experiencia descomunal.

Lancé buenos partidos. En total fueron 7.1 innings, y solo en una salida me fue mal. Todas las demás fueron entradas en cero. Viví la bonita experiencia al lado de esos jugadores. Me quedo con eso: con lo aprendido.

En el béisbol mexicano has tenido tus mejores resultados y fuiste ganador de la triple corona de picheo en 2018 con los Charros de Jalisco, año en el que ganaste el trofeo de mejor lanzador de la temporada y fuiste campeón con los Charros. ¿Cómo te sentiste esa temporada?

Yo estaba con los Bravos de Atlanta, en AA. Los Charros de Jalisco me contactaron para jugar con ellos en invierno y les dije que sí de una vez. Yo sabía de dónde venían. Me habían comentado que tan buena era la ciudad y la liga.

Llegué sin muchas expectativas personales. Era como seguir aprendiendo y poner en práctica mi experiencia en el béisbol profesional y mostrar lo que podía hacer. Tuve la suerte de encontrarme con un equipo, una gran organización. Me ayudaron a ganar el trofeo de pícher del año, la triple corona.

Fue el principio de mi paso por la liga de invierno en México, donde me di a conocer.

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En 2021 firmas por los Naranjeros de Hermosillo. Con ellos ganaste nuevamente el trofeo de mejor lanzador de la temporada, y te convertiste en el único extranjero en la historia de la Liga del Pacífico en ganar la triple corona del picheo y dos títulos a pícher del año.

Te voy a ser sincero: firmar con los Naranjeros de Hermosillo fue una bendición. Es una de las mejores decisiones en mi carrera. Me dieron la oportunidad y siento que esta es mi casa. Desde el comienzo he sentido una buena vibra. Sabía que podía aportar mucho al equipo. Es un tipo de organización donde el pelotero es lo más importante. Tienen bien claro cuáles son los propósitos de cada quien y las metas.

Pertenecer a un equipo como Los Naranjeros de Hermosillos, con tanta historia, que es el mayor ganador de títulos en la historia de las ligas mexicanas del Pacífico para mí es una suerte, un privilegio.

Pasaste también por el béisbol en España. Trabajaste con el CBS Barcelona y dejaste un promedio de carreras limpias de 0.70 en 64 entradas con 82 ponches y 28 indiscutibles permitidos. ¿Cómo es la pelota allá?

Cuando en el 2015 llego a España, me dieron la oportunidad de jugar con el béisbol Barcelona. Conocí muy buenas personas. Me ayudaron a llegar ahí; me dieron la oportunidad de ver cómo era el béisbol fuera de Cuba. Es una liga que no se puede comprar con las ligas del Caribe, pero te enseña.

Me di cuenta de que no existe una sola forma de jugar, de practicar. Jugar en España me ayudó mucho para acumular innings, a mejorar mi velocidad. Trabajé mucho en mi físico y en mis deficiencias. Conocí muy buenas personas. Incluso, algunas habían estado firmadas profesionalmente, y me ayudaron a conocer cómo era tener una rutina, cómo hacer que mi cuerpo funcionara mejor a la hora de lanzar el día del juego. Entonces, de eso también le doy mérito a mi paso por el beisbol de España.

Jugaste con la selección española dos europeos y un preolímpico. Estuviste cerca de asistir al Clásico con los españoles. ¿Por qué decide Elián Leyva volver para vestir la camiseta de Cuba?

Es una cosa espectacular. Los jugadores son una familia, te lo puedo decir así con toda seguridad. Lastimosamente, no pudimos clasificar para el Clásico Mundial. Ese era el plan. Yo no pude participar en el preclásico porque estaba en la final de la Liga Mexicana de verano, con los Leones de Yucatán. Por cuestiones de fecha, no pude.

En un primer momento, yo estaba en el róster, pero antes de empezar la competencia me sacaron. No iba a poder participar. No hacerlo me dio la oportunidad de jugar con otro país, en este caso mi país, Cuba.

¿Has cumplido los sueños que tenías al emigrar? ¿Qué objetivos te faltan por cumplir?

Desde que salí de Cuba han pasado muchas cosas en mi vida. Yo ni siquiera las imaginaba. He cumplido muchos sueños, deseos. Trato cada año de proponerme nuevas metas. Principalmente, mantener esa hambre de béisbol como el primer día, trato siempre de mantener esa llama encendida y sí, me quedan varios.

Uno de los sueños desde niño es vestir la camiseta del equipo Cuba y este 2023 lo haré. También me quedan dos o tres cosas por hacer. Si se me da la oportunidad, las haré, pero si Dios no me permite hacerlo por otras cuestiones, como quiera estoy tranquilo. He logrado cosas que nunca pensé. Estoy conforme con lo que he hecho.

Me falta por cumplir el sueño de jugar en Grandes Ligas y en Asia. Si me dan la oportunidad de jugar en Asia, demostraré todo lo que tengo. Me puede ir bien. Yo estoy preparado y bueno, si se da la oportunidad, ojalá, estaré listo.

Cuba anunció hace par de meses que formaría un equipo con peloteros contratados en ligas extranjeras. Fuiste de los tres primeros oficializados. ¿Cómo te contacta la Federación? Durante ese contacto, ¿te explican el proyecto del equipo Cuba al Clásico, objetivos del equipo?

Hace un tiempo me contactaron. Eso fue una cosa bien rápida. Me preguntaron si quería participar con el equipo Cuba en el Clásico Mundial, si yo estaba dispuesto. La verdad, fue fácil. Ese es uno de los sueños que siempre he tenido: representar al equipo Cuba, a mi país en un evento internacional y jugar por todo un pueblo muy conocedor de béisbol. Mi familia está muy contenta por la decisión que tomé. Creo que va a ser un buen equipo y vamos a dar un buen resultado. Todos los equipos están reforzados y Cuba no va a ser menos.

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Con una nómina sin precedentes para Cuba, incluidos varios jugadores insertados en MLB, la Liga Mexicana u otras, ¿qué crees deba esperar la afición de este equipo? ¿Qué objetivos se traza Elián Leyva en lo personal?

Cuba tiene tremendo team. Todos los amantes del béisbol en el próximo Clásico van a ver una cosa espectacular. Lo vamos a disfrutar muchísimo todos. Personalmente, te digo que estoy 100% enfocado para llegar saludable, para aportar lo mejor que tenga cada día al equipo Cuba, mi patria.

Sabemos que la afición de Cuba está contenta por lo que va a pasar. Están ansiosos tanto como nosotros y queremos su apoyo. Vamos a dar todo en el terreno para representar a Cuba en este Clásico. Todos sabemos lo fuerte y difícil que va a ser.

Será un torneo muy difícil, pero así será para todos. Eso es lo bonito que tiene el Clásico Mundial: todos los equipos llevan a sus mejores jugadores.

¿Qué te parece este equipo Cuba? ¿Fortalezas, debilidades?

Probablemente, es el mejor equipo Cuba de los últimos años. Esto le va a dar un colorido diferente. Va a ser muy bonito. Jugadores que hemos dado tanto fuera de la Isla, tendremos la oportunidad de representar a nuestro país. También les va a servir mucho a los jugadores de la Serie Nacional. Podrán ver otro tipo de béisbol, otras rutinas, para que se superen tanto personalmente como a nivel deportivo. Todo eso va a servir de aprendizaje.

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Imagen cortesía de El Norte
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