La noticia de que los contratados en Japón mediante la Federación Cubana dejarán los playoffs para marchar a cumplir sus compromisos en ese béisbol no debería asombrar a nadie: la pelota cubana se ha convertido en una suerte de lugar de tránsito para las estrellas establecidas y emergentes.

Desde que Guillermo Rodríguez comunicó la noticia en redes sociales de la partida próxima de los antillanos a la tierra del sol naciente, esta corrió como pólvora porque los aficionados querían ver a sus nombres más destacados en acción sobre el terreno en esta instancia decisiva, pero debido a la postergación por el coronavirus, esto no podrá ser.

«Los integrantes de los Halcones del SoftBank, Liván Moinelo, Alfredo Despaigne y Yurisbel Gracial ya tienen fecha para ir a Japón. Moinelo: 5 de febrero; Despaigne y Gracial: 12 de febrero. Ya salieron este domingo 31 de enero para incorporarse a los Dragones de #Chunichi el entrenador Omar Linares y Yariel Rodríguez», reportaba el colega.

La decepción se ha extendido en redes sociales ante esta marcha que era más que esperada, pues los «12 equipos de la NPB saltaron este lunes al terreno a cumplir su primer día de entrenamientos primaverales, que como es costumbre y tradición arrancaron el primero de febrero en distintas localidades de Okinawa y Miyazaki», informaba Béisbol Japonés.

Para muchos, es un “detalle” más de la Comisión Nacional porque los “japoneses” no estarán en los playoffs restantes, pero la realidad es que no tiene que asombrar lo que sucede: son jugadores con contratos profesionales vigentes, y tienen que ponerse en forma para la venidera temporada que arrancará pronto.

Ver a los contratados en Japón brindar destellos de su calidad en Cuba es ya «un privilegio» y así será en el futuro, pues debido al calendario de Japón, la necesidad de descanso que tienen y quizá algún que otro contratiempo, es lógico que su presencia en la Serie se vea reducida a migajas.

Era el «precio» a pagar con las incorporaciones a otras ligas, que cada vez serán más en la pelota cubana, pues ha crecido el número de peloteros con presencia en campeonatos foráneos mediante la Federación, como se pudo ver en las Ligas Invernales.

Ante esta realidad del béisbol cubano, parece que no queda más que acostumbrarse para no morir de desencanto, porque la realidad dicta que existen contratos para cumplirse y deben ser honrados, y las contrataciones parece que aumentarán.

La Serie Nacional se irá convirtiendo aún más en un campeonato de paso para estrellas emergentes y novatos que quieran probar su valía antes de partir -si no emigran jóvenes-; para veteranos o jugadores de un nivel medio que no pudieron marchar a tiempo o no son atractivos para equipos en otras ligas; para repatriados que intenten revalorizarse para encontrar otras ofertas.

La calidad baja de nuestro principal espectáculo no “crecerá” porque Despaigne, Gracial, Moinelo y los otros contratados en Japón jueguen apenas unos choques en postemporada, o siquiera, en la clasificatoria, aunque el espectáculo gane en atractivo. En esas fugaces apariciones no están las respuestas para eso que tanto agobia a nuestros aficionados ni para recuperar la gloria perdida.

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Imagen cortesía de Collage