Cristian Nápoles no descubriría hasta pasado un tiempo que el triple salto era su especialidad. Enamorado del béisbol en sus primeros años, pero imposibilitado en su práctica debido a la negativa de sus padres por el presupuesto que eso conllevaba, lo intentó entonces con el atletismo.

Sería a través del salto de altura que el joven Cristian Nápoles comenzaría su andar por los campos y pistas de los estadios cubanos, cuando su tía abuela lo llevara por primera vez al “Pedro Marrero” luego de unas captaciones en su escuela, bajo la tutela del profesor Richard Spencer.

«Entré más bien por probar suerte, ya que no pude practicar béisbol. En aquel entonces se hacían unos combinados donde tenías que hacer varios eventos: Salto de altura, salto largo, 80 metros con vallas, 80 metros planos. Desde pequeño me gustó el salto de altura, donde con 14 años logré saltar 1.93 metros»., confesó el atleta

Tiempo después, Cristian Nápoles se sintió decepcionado cuando le dijeron que, debido a su altura, no iba a dar mucho en esta especialidad. Le tocó entonces seguir perfeccionando y trazando su rumbo hasta que subió al equipo nacional por sus resultados. «Tengo en mi casa varias medallas en esa especialidad -explica-. Participé en todos los José Godoy In Memoriam», evento por excelencia del salto de altura en Cuba.

Cristian Nápoles pidió la baja del equipo nacional de atletismo
Cristian Nápoles decidió romper con el equipo nacional, debido a diferencias con Yipsi Moreno. Foto: Hansel Leyva

Cristian Nápoles considera que su padre, Juan Nápoles, fue el artífice de su carrera en el triple salto. Quien fuese entrenador del equipo nacional del salto de longitud durante varios años, apoyó a su hijo con mucho trabajo y sacrificio a salir adelante, debido también a que Cristian prácticamente no sabía saltar triple por aquel entonces.

«Mi padre me subió al equipo nacional para ser mi entrenador. Hizo una excepción conmigo, debido a que era su único triplista. No obstante, le dije que quería ganarme el puesto y obtener una medalla». Antes de llegar al equipo, Cristian Nápoles terminaría con plata en la especialidad durante el evento nacional.

Los resultados no demorarían en llegar para el joven triplista, quien pareciera que finalmente había dado con su especialidad. Oro en el campeonato mundial de cadetes con salto de 16.15 metros y campeón Iberoamericano de la misma categoría, sub titular mundial juvenil y campeón nuevamente en el Iberoamericano juvenil, fue el saldo que dejó aquellos primeros años de combinación padre e hijo.

Esta relación tan beneficiosa, no solo para atleta y entrenador, sino también para el atletismo cubano, se vio truncada en 2019, no sin antes ser campeones centroamericanos, campeones en el iberoamericano de mayores, cuartos en el Mundial de Londres, quintos en el Mundial de Doha y segundos en la Copa del Mundo del 2018.

«Cuando separan a mi papá por problemas personales con la comisionada Yipsi Moreno fue un choque para mí. Todo fue distinto, me cambió la vida por completo. Pasé con Ricardo Ponce, quien tenía a Jordan Díaz y debo reconocer que es muy buen entrenador. Yo daba lo mejor de mí, pero no me sentía igual, no era la misma confianza», reveló Cristian Nápoles.

El 2020 sería una mala temporada internacional para él, pues los resultados no le acompañarían. Su mejor salto lo tuvo en Cuba con marca de 17.14 metros. Llegó la pandemia a la isla y se fueron a preparar a Camagüey, con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio ese mismo año. El resto de la historia ya la conocemos…

En el 2021, rumbo a la preparación para el magno evento en la capital nipona, Cristian Nápoles no tuvo prácticamente roce internacional previo para encarar el alto rigor que se le avecinaba. «Me sacaron de último. Solo tuve un evento en Hungría donde también asistieron Zongo y Pedro Pablo Pichardo, en el cual terminé quinto», reveló. «Logré llegar con ciertas condiciones, paro para nada como hubiese querido. Soy un atleta que no me presiono, pienso que esto es lo que me gusta y lo que hago es disfrutarlo».

Ya en la cita bajo los cinco aros, Cristian Nápoles logró clasificar con su mejor marca del año, a pesar de su paupérrima preparación. Ni el propio atleta se lo esperaba, pues recuerda con asombro que no se forzó demasiado para ese salto, pero aun así le salió. «En la final lo que me sucedió fue exceso de confianza, además de todos los otros problemas que acarreaba, como mi forma deportiva para un evento tan importante», confesó.

Cristian opina que a raíz de los problemas que tuvo Yipsi Moreno con su padre, ella se lo tomó personal. «Tuvimos una reunión en la cual me dio como posible desertor. Sin embargo, mira cómo sucedieron las cosas. No tengo la necesidad de abandonar mi país ni dejar las raíces de dónde vengo».

«Siempre decía que yo era un indisciplinado, pero era porque había ocasiones en las que los jefes querían hacer las cosas a su manera, sin consultar con nadie, y no se daban cuenta de que lastimaban a los propios atletas sin querer. Por tales razones, estaba en desacuerdo con muchas cosas, y no es que fuera rebelde, pero soy del criterio que, si las cosas no se hacen bien, pues no se hacen».

Cristian Nápoles
Cristian Nápoles: «Le demostré a ella que se había equivocado conmigo». Foto: Hansel Leyva

Para Cristian Nápoles todo esto comenzó con la entrada de Yipsi Moreno como comisionada nacional. Con anterioridad, los comisionados tenían más claras sus funciones, la cual era facilitarle la labor al entrenador y al jefe técnico, pues son en realidad los que conocen las necesidades del atleta.

«No es posible que, por ejemplo, estando lesionado aquí en Cuba, y aún con marcas oficiales en competiciones internacionales, te exijan competir en el evento fundamental de la isla, el cual es la Copa Cuba, para que no te quiten la gira de verano como La Liga del Diamante», dijo Nápoles.

A su vez, el triplista considera que es importante prepararse bien, pero para dar lo mejor de sí en otras latitudes representando a su país, pues en reiteradas ocasiones decidían sobre figuras mundiales como si se tratase de cualquier atleta que está comenzando su carrera deportiva.

«Ella (Yipsi) ponía su ejemplo de cuando competía en algún evento con el tobillo vendado, y no se da cuenta de que eran otros tiempos. En otros países existe una mentalidad profesional, y aquí estamos a años de eso. Cada cual tiene su forma de pensar, lo admito, pero no puedo permitir que destruya atletas. Un atleta lesionado no compite».

Cristian Nápoles considera que el riesgo no valía la pena, debido también a una máxima enseñada por su padre. «Todo el mundo quiere una gira de invierno y de verano, pero ¿Para qué? Para ponerse ropa puma y obtener dinero. No, yo quiero ir a una gira para hacer mi nombre brillar, para darme a conocer en el mundo entero, pero hay gente que cambia la salud por el dinero», destacó.

El triple salto era una especialidad que hasta hacía poco se divisaba con buena salud, pues junto a Cristian Nápoles, dos jóvenes talentos como Andy Díaz y Jordan Díaz hacían presagiar un futuro promisorio. En menos de tres meses, todos causaron baja del equipo nacional, y dos de ellos abandonaron en eventos internacionales, causando además baja de la Federación. «Nadie sabe cuándo alguien se va a quedar. Todo viene por muchas decepciones y presiones».

«Cuando entró Yipsi Moreno todo estaba bien, fluyendo, pero luego se mostró tal cual es. En una reunión que tuvimos, ella increpó a Jordan, y le dijo que él era el talento, pero que al final no había conseguido nada. Me tomó incluso como ejemplo, de que a pesar de toda la presión que ponían sobre mí, cada vez que iba a un torneo era el único que sacaba la cara. Con Andy fue igual, lo presionaban mucho por siempre estar lesionado, de lo cual él no tenía culpa».

Además, Cristian Nápoles confesó que mantiene comunicación con los dos, pero evitan los temas deportivos o tocar las razones que los impulsó a tomar tal decisión. «Al final, todos de una manera u otra sabemos los motivos»,

«En parte me benefició, -se sincera Cristian- pues le demostré a ella que estaba equivocada al llamarme desertor. No iba a traicionar a mi papá, que es el principal autor de mi carrera deportiva. Ese fue uno de los motivos por los que pido la baja de la selección nacional y del INDER, pero no de la Federación. Quiero volver a entrenar con él. Me quedo aquí y compito aquí por Cuba».

«El único mensaje que quiero dejar a la afición cubana es que esperen buenas cosas del atleta Cristian Nápoles, que él no está caído ni vencido, y va a seguir dando lo mejor de él». De esta forma, el estelar triplista concluyó con un consejo a la juventud y a todos los atletas que vienen en ascenso: «Entrenen duro y con mucha disciplina, ante todo. Soy del concepto que, si sueñas, tienes que hacerlo en grande, y tus metas se harán realidad. No es malo soñar, solo hay que proponérselo».

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Imagen cortesía de Hansel Leyva
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