Tal vez todo era parte de otro místico show que envuelve a los Industriales, como las múltiples averías del ómnibus, aquel brote diarreico en Las Tunas y los numerosos casos de COVID-19 en el equipo durante diciembre pasado. Y, sí, probablemente fue eso: que, si Industriales no está en los titulares noticiosos, el béisbol cubano pierde cierta pizca dramática de diversión y estrés.

Este viernes, esa tendencia no cambió, y la principal razón fue debido a que ¡al fin! los Leones de la Capital lograron uno de sus movimientos más esperados: la firma que autorizó al aclamado diestro Maikel Taylor, quien estuvo casi 10 meses a la espera para cumplir de manera oficial su repatriación.

Taylor, de 29 años, se había visto en gran forma aguardando su regreso, tras haber lanzado tres campañas con los Azules de la Capital entre 2012 y 2015. El diestro natural del municipio de Playa se había preparado junto al equipo de Industriales incluso desde marzo del año pasado, cuando comenzó la primera preparación con vistas a la 60 Serie Nacional antes de que la pandemia de la COVID-19 atentara contra el inicio del torneo. Pero lo más interesante en ese sentido fue cómo se veía todo su nuevo enfoque como lanzador, luego de haber ganado experiencia en ligas independientes fuera de Cuba.

“Definitivamente, una mentalidad completamente diferente”, le dijo Taylor a Playoff-Magazine sobre cómo valoraría sus avances personales sobre la lomita. “Ese creo que es el principal cambio no sólo en mi manera de pensar, sino de asumir el juego. Considero que el nuevo enfoque ha sido el cambio de filosofía que necesita cualquier lanzador. Descubrir su potencial, trabajar duro y no ceder. Normalmente, la falta de control fue algo que siempre me golpeó, pero debo decir además que mi mentalidad en esos años no estaba acorde desde mi punto de vista”.

Durante aquella apertura en un juego de preparación de Industriales contra la preselección del team Cuba que esperaba viajar a Arizona para competir por el boleto olímpico, Taylor dio disertación de picheo: lanzó 1.2 innings y ponchó a tres oponentes, luciendo una recta sostenida sobre las 90-mph, acompañada de excelente slider y cambio de velocidad. De hecho, la paciencia de Taylor sobre la colina e incluso sus movimientos, despertaron comentarios porque hacían la diferencia entre los lanzadores de Industriales.

Sin embargo, Taylor debió esperar y esperar. Pasaron los meses de la primera cuarentena por la pandemia en Cuba. Pasaron los meses de la temporada regular y, aunque después del juego número 60 fue dado de alta, su permiso no había sido validado por una firma que faltaba hasta la tarde de este viernes.

¿Qué tanto podría reforzar Maikel Taylor al staff de Industriales?

Una gran ventaja de Taylor en todo su largo proceso de repatriación es que ha podido mantenerse haciendo bullpen y tiene su brazo listo para trabajar. Sin embargo, hay una realidad, y es que no es lo mismo lanzar en el bullpen (entrenamiento) que enfrentar bateadores. Pero, de cualquier manera, el reto era lo esperado, el momento que más ansiaba Taylor. Al entrar en una rotación que lanzó para 5.03 PCL durante la temporada regular, tal vez un trabajo como relevista podría ayudar al equipo mientras va tomando su ritmo de picheo.

Por lo que se ve, la rotación de abridores de Industriales estará conformada por tres lanzadores: Brayan Chi, José Pablo Cuesta y Pavel Hernández. Con la condición de juego y descanso en la sede neutral del estadio José Antonio Huelga, la rotación de tres abridores no sólo será un modelo a seguir por Industriales. Y, aunque es cierto que los Azules pasaron muchísimos problemas debido a su bullpen (lanzaron para 5.17 PCL), ahora con la entrada de Taylor tienen una esperanza más.

En condiciones normales, la bola rápida (89-93 mph) y los picheos secundarios de Taylor superan fácilmente la media (84-mph) de la liga. Sin embargo, aunque el derecho de Buenavista asegura que ya superó hace años su problema de descontrol, sus números históricos aún parecen ruidosos en ese sentido. Durante 117 innings acumulados, Taylor tiró 32 bases por bolas y ponchó a sólo 17. Es cierto que admitió un promedio de bateo oponente de apenas .118, pero precisamente lo que más necesita el staff de los Azules es un pícher con comando y control de sus lanzamientos.

Un ejemplo de eso, podemos verlo incluso en el rendimiento del mejor relevista de Industriales, Andy Rodríguez, quien obsequió 29 bases por bolas en 48 innings: en la pasada campaña, Andy tiró 26 transferencias, tres menos que esa cifra, pero en 65 entradas.

Si Taylor puede brindar solidez en esa importantísima parte de su potencial y toma el ritmo bajo la presión de la postemporada, entonces los Industriales podrían haber conseguido la firma del año para comenzar el sueño de eliminar a los Alazanes de Granma.

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