De ser un niño chiquito, discriminado por algunos entrenadores que no creyeron que sirviera para el béisbol, Leonys Martín se convirtió en una estrella de MLB, en donde jugó unas nueve temporadas.

El cubano se sobrepuso a los malos criterios sobre sus condiciones, para imponerse con su talento en la pelota cubana, llegar al equipo Cuba, y después emigrar para llegar a Grandes Ligas. Leonys pasó por varios equipos en Estados Unidos y ahora juerga en Japón, con el Chiba Lotte Marines de la Nippon Professional Baseball.

A sus 32 años, el jardinero muestra una sólida carrera en el béisbol, pero confiesa que podría retirarse mañana feliz, porque lo que más ansía es pasar más tiempo con sus hijos, algo que el dinero no puede comprar, según contó en una excelente entrevista que dio Fernando Rodriguez Alvarez Baseball & other Sports, de la cual ponemos a su disposición algunas preguntas.

¿Cuándo empiezas en la pelota y por quién empiezas?

Sabes que en mi familia me crie en un ambiente de jugar pelota toda mi vida. Crecí viendo lo que era el ambiente de jugar béisbol y por ahí empezó, escuchando conversaciones y viviendo y creciendo en el ambiente del beisbol, por ahí empezó todo. ¿Qué más puedo pedir cuando niño que esa iniciación teniéndolo en casa, teniendo a mi tío, teniendo a mi papa? Ya por ahí es como que viene en la sangre.

¿Quiénes eran tus ídolos cuando niño?

Me acuerdo de que yo siempre seguía mucho a Paret, una persona que admiré mucho cuando niño y a Víctor Mesa, que sobresalieron mucho en el béisbol en Cuba y era gente que para nosotros los niños en aquel momento eran prácticamente los ídolos y todo el mundo quería ser como ellos.

¿La temporada en Japón la recortaron también un poco?

La recortaron en algún sentido porque tenían que recortarla porque los contratos se vencen y el último día de contrato es como el día 20 o 25 de noviembre, y no podemos jugar más allá de esa fecha y la temporada regular termina el día 15. A eso tienes que sumarle los play off y de ahí los equipos deben tener un margen para la negociación con los jugadores, los que no quieren firmar, los que quieren dar extensión. Recortaron la temporada y perdimos mucho tiempo por el coronavirus porque empezamos en junio, pero como sea vamos a jugar 120 juegos, pero por parte es bueno y por parte es malo, porque tenemos poco tiempo para negociar con los equipos y vamos a jugar una temporada prácticamente larga. Para el momento en que vamos a empezar son muchos juegos creo yo.

¿Cómo te sientes allí?

Es una cosa bien diferente a las Grandes Ligas, nada que ver con las Grandes Ligas. Esto es más como el sistema cubano cuando yo empecé a jugar pelota en Cuba. Es como se hace todo, y en Japón se copian mucho los estilos de jugar y es bien diferente de lo que es el sistema de las Grandes Ligas y el sistema profesional allá en Estados Unidos.

La parte que más me gusta de esto aquí es jugar con los fanáticos, la emoción. Ahora mismo estamos jugando sin fanáticos y es bien difícil, la parte de la motivación choca mucho y es un poco complicado por esa parte, pero nosotros somos cubanos y somos guerreros, y esto es lo que hay, lo que toca por ahora. Gracias a dios en unos días vamos a empezar a jugar con 5000 fanáticos. Aquí en Japón esto es una fiesta, esto es como el fútbol en Europa, que es todos los días la gente cantando, la gente brincando en los estadios con mucha motivación, eso es lo que nosotros vivíamos en Cuba, no la gente cantando, pero sí los estadios llenos. Cuando yo jugaba se llenaban todos los estadios, había equipos que llenaban los estadios todos los días.

¿En qué estadio te gustaba jugar más en Cuba, por ejemplo?

Los estadios favoritos míos en Cuba eran el Guillermón y el Latinoamericano. Yo bateaba muy bien en el Guillermón, me gustaba mucho el Guillermón para jugar porque bateaba. Lo que nos gusta a nosotros llegar al estadio y jugar con el estadio lleno con bastantes fanáticos y sentir la presión. Y en el Guillermón, desde que íbamos en la guagua, los fanáticos se metían con nosotros porque la rivalidad de Villa Clara y Santiago era grande. Nosotros supuestamente éramos el único equipo que poníamos a Santiago a coger su paso.

Me iba mejor con Santiago que con Industriales. Sé que contra Santiago me iba muy bien mejor que contra Industriales

¿Con qué pícher te iba mejor en Cuba?

Le bateaba muy bien a Norge Luis Vera, Alberto Bicet, porque me enseñaba los picheos y sabía lo que venía. Un día me di cuenta y desde ese día empecé a batearle avisado, creo que estuvimos juntos en un equipo Cuba y después se lo dije y (después de eso que pasó) seguí bateándole. Un pícher muy bueno, había que matarlo, una máquina de tirar strike.

A Pedro Luis Lazo yo le bateaba bien. Me acuerdo de que hubo dos veces, una en Pinar del Río y la otra en el Sandino, que el primer picheo del juego, Lazo me la mandaba por los pies.

¿Y por qué le bateabas bien? ¿Porque él te insistía mucho la recta?

Lo que pasaba en Cuba es que a lo mejor muchos bateadores cuando llegan chiquitos, no tan chiquitos pero flacos así, ellos preferían ponerme a batear antes de verme en base porque yo corría y robaba las bases y a lo mejor les sacaba provecho. Ellos se equivocaban bastante como mismo le bateaba me daban outs, porque Lazo y Vera para mí, en la época que yo jugaba, eran los mejores pícheres en Cuba en su tiempo.

¿Con quién te iba mal?

Yo creo que los únicos hits que yo le di a Asley Sánchez (zurdo de Industriales)fue a finales (en el último año tuyo) en el 2010, en el último año mío. Creo que esos fueron los únicos hits que le pude dar. Tiraba duro, por encima de las 90 millas y tenía buen picheo.

¿Pero por lo general los zurdos te hacían mucho daño aparte de Asley?

No, no me hacían mucho daño, pero es un poquito difícil porque yo tenía conmigo a uno de los mejores bateadores que ha pasado por la pelota cubana en esos tiempos, que era Andy Zamora, y me hablaba bastante, Borrero también y nosotros nos sentábamos uno al lado del otro en el dogout en el Sandino y hablábamos mucho de la mecánica del ajuste para batear contra zurdos y fui aprendiendo y viéndolos a ellos también y no me costó tanto trabajo batear contra zurdos.

¿Quiénes te ayudaron en el bateo aparte de esos compañeros tuyos en tus inicios en el equipo de Villa Clara?

Creo que lo que hablamos junto con los mismos jugadores, pero cuando vamos a hablar de coach y cosas así no puedo decir nadie, eso es talento, una gracia que me dio Dios y tú sabes mirando mucho y escuchando. Creo que mis tiempos en Cuba no teníamos oportunidades de nada de scoutear a los pícheres. Nos enfrentábamos mucho a ellos, pero tú sabes que el juego cambia, ellos pueden cambiar y pueden hacer ajustes, pero no sabíamos cómo prepararnos para el juego. Solamente nos quedaba la imaginación de lo que sabíamos y la información que teníamos de años y días anteriores. No teníamos información del momento, de cómo estaba pichando al momento. Hay veces que te enfrentabas a un pícher un año anterior y después te tocaba enfrentarlo a final de temporada y había pasado mucho tiempo, y ya el hombre hizo ajustes y no tenemos ese tipo de información. Lo que podías hacer en tu imaginación era llevar tu plan y la información que tienes de años anteriores, pero es completamente diferente. Creo que sé, se lo debo a mi talento y la ayuda de compañeros, de escucharlos.

Dentro de Villa Clara, ¿qué posición al bate te gustaba?

Cuando estaba Paret me tocaba atrás, ya después de que Paret se retiró me pusieron de primer bate y me gustaba. Estuve de tercero también.

¿No sentiste presión cuando aquello?

No, era un niño. No sabía lo que era eso. Iba al juego a tomarlo como un juego, a divertirme y si no sale bien hoy, sale bien mañana

Ahora no es que se sienta presión, pero hay otros intereses otras cosas de por medio que uno tiene en cuenta a la hora de juego y eso influye. Ahora mismo yo quisiera ser ese niño de atrás. La mentalidad cambia y la vida, el sistema de vida, las cosas cambian. En mis tiempos de Villa Clara yo no tenía preocupación de nada, solamente de jugar pelota y enfocarme en mi pelota. Ahora no. Tengo familia, tengo casa, tengo gente que depende de mí y eso influye en la parte mental.

¿Eres realmente zurdo o derecho?

Yo puedo hacer cosas con las dos manos, pero creo me inclino más por la derecha. Tengo más fuerza en mi mano izquierda que en la derecha, pero me inclino más por lo derecha. La mano que yo domino es la derecha.

De milagro no bateas de ambidiestro, ¿no te enseñaron?

Si, trate, y lo hacía muy bien en la categoría de once años. Antes te obligaban a batear a las dos manos, pero desapareció eso y empecé a quitarme.

¿Piensas que de no haberlo quitado ahora serías ambidiestro para jugar pelota?

Así mismo, y me hubiese encantado y hubiese hecho mi vida más fácil, te lo aseguro. Mi carrera deportiva porque tú sabes el mito de zurdo contra zurdo es diferente.

¿Y por qué te quedaste bateando a la zurda?

Era la parte que yo dominaba y desde chiquito me incliné, tenía mejor perspectiva a la zurda. Mi swing a la zurda era complemente diferente de mi swing a la derecha y me sentía más cómodo, los entrenadores me vieron más perspectivas a la zurda y por ahí mismo seguí.

Número del uniforme

Cuando yo llegué mi año de novato a la Serie Nacional no había muchos números disponibles y me incliné y me quedé con el 22. Nunca en mi carrera después que salí del equipo de Villa Clara he usado el número 22. No sé, pero algún día lo usaré de nuevo.

¿Pero por qué no has querido o por algo interno?

Exactamente y lo he podido hacer y no lo he hecho. Eso es lo que yo quiero hacer, ser único en Villa Clara esa es la mentalidad que yo tenía. Si lo vuelvo a usar quiero que sea en una selección de Cuba o en un Sandino de nuevo.

¿Te visualizas jugando en el Sandino todavía antes de retirarte o jugando con el equipo Cuba?

Sí, sé que en cualquier momento puede pasar y aunque va a tomar tiempo, pero puede pasar.

¿Crees que estarás todavía en forma para ese momento?

Bueno, en realidad no lo creo. No es fácil cuando uno tiene hijos, tiene familia, dedicarse toda su vida a jugar pelota, a estar lejos de la familia. Hay cosas que el dinero no compra y hay una cosa que nunca para tampoco, el tiempo. En realidad no he podido ser buen padre, he podido ser buen padre dentro de lo que cabe, pero no he tenido la satisfacción de disfrutar a mis hijos porque yo lo que estoy con mis hijos son 3 o 4 meses en el año. No he tenido eso de llevar a mis hijos a la escuela, de salir por ahí a jugar, pero de esos 4 meses tengo uno solo sin hacer nada, lo otro es practicando. Hay veces que me voy de mi casa a eso de las 8 o las 9 y llego a la una o las 2 cansado, y a esa hora no tengo deseos de salir por ahí con mis hijos. Cuando puedo los busco en la escuela, pero tiempo de calidad de padre e hijo no se los he podido y hay veces que me choca un poco eso.

Pero hemos sabido que eres un buen padre, has podido sacar a todos tus hijos de Cuba

Tengo a todos mis hijos conmigo, la mejor bendición que yo he tenido en mi vida es tener a mis niños conmigo

Cuéntanos de San Rafael

Es un pequeño caserío con una sola calle. Esa es mi tierrita. En realidad, y hay cosas que la gente no sabe, nací en La Habana, nací en el Vedado, en el González Coro. Mi mamá y mi papá se separaron y estuve un tiempo en La Habana con mi mamá y después mi papá me llevó para Villa Clara y ahí empezó. A lo mejor si me hubiera quedado a vivir con mi mamá no hubiese tenido mi carrera deportiva o a lo mejor sí, porque viviendo con mi papá fue que se me inculcó lo de la pelota y así ha sido. Me crie toda mi vida en San Rafael, Sierra morena, Rancho Veloz: esa es mi área.

Hoy en día, los mejores momentos de mi año son cuando llegan diciembre, que sé que me voy pa Cuba a celebrar el fin de año en San Rafael. Esos momentos no los cambio por nada. La paso muy lindo con mi familia, viajando por ahí, cuando vamos de vacaciones, pero mi familia sabe que el momento en San Rafael es intocable, es de los mejores momentos de mi año. Me los paso ahí porque tengo toda mi familia, mis amigos reales, toda mi gente me apoyó desde el día 1. También existen los que nunca creyeron en mí, pero bueno, hay más de la gente mía, los que verdaderamente saben todo lo que yo pasé toda la vida mía para llegar a donde llegué y lograr lo que he logrado y esos momentos no los cambio por nada.

Nosotros nos sentamos debajo de las matas a hacer cuentos.  oye recuerda lo que te paso, recuerda esto lo otro, te acuerdas cuando nos íbamos a cazar con flechas cuando nos íbamos a sacar pájaro esos momentos no tienen comparación con nada

¿Qué hay de cierto en eso de que andas descalzo, pescando camarones hasta en los charcos, y andando en tractores?

Sí, tengo fotos y video. No he querido ponerlo en redes sociales ni nada de eso. Ese soy yo, llego allá y me quito mis zapatos porque yo no nací con zapatos. No tenía zapatos para andar por ahí. Es lo que me hace sentir cómodo a mí, pescar camarones, montar en tractor, esa fue mi infancia eso es lo que yo hice y me gusta y lo disfruto.

Hay dos cosas que no he hecho: ir a buscar mangos e ir a cazar cangrejos. Cuando me retire, voy a ir a Cuba, aunque sea en el verano, un fin de semana para ir a buscar cangrejos.

¿Hubo algún problema contigo que no te quisieron, que no confiaron en que fueras pelotero?

Seguro, ese ha sido de los momentos de desmotivación más grandes que yo he tenido en mi vida aquí cuando llegue a los estados unidos empecé a escuchar las palabras a algunos y me sentía inferior teniendo el talento, pero no soy grande en aquellos momentos que eran grandes los muchachos de la EIDE y a mí no me daban opción de nada la única opción que yo tenía, lo único que me ponía mi entrenador en ese momento era cargar agua, no creían en mi porque era muy chiquito. Me hacían sentir mal y em tiraron para el lado entrenadores, porque no era un muchacho alto ni fuerte en ese entonces, vivía bulling en ese momento. No me veían chances de lograr lo que he logrado, me veían cero chances de ser un buen jugador.   

Tuve momentos en que llamé a mi papá y le dije que me iba de la EIDE. Un día, para no perder los estudios en la EIDE, me iba a cambiar para boxeo. Entrené un día como boxeador, porque estaba tan frustrado por cómo me hacían sentir mis entrenadores, que no tenía esperanza de jugar más pelota.

Los peores momentos de mi carrera deportiva, de desmotivación, fueron mi primer año de 13-14 y de 15-16 años. Gracias a lo que él hizo (el entrenador que me desmotivó), fue la motivación que me dio y el hambre, porque yo tenía mucha hambre de pelota. Mira a donde llegué, a Grandes Ligas.

Tengo 15 años jugador al más alto nivel, y de mis nueve años en Grandes Ligas, jugué siete regular. Qué mejor para un jugar que tener la oportunidad de probarse y estar tanto tiempo en Grandes Ligas. No fui superestrella en Grandes Ligas, pero jugué 9 años, que no es fácil. Vivo orgulloso por mi carrera.

¿Esperas regresar a MLB?

Aspiro a regresar, pienso que puedo, pero es difícil tanto tiempo haciendo los mismo, mis hijos me hacen falta, hay cosas que el dinero no cambia. Vivir el tiempo de pelota es difícil, pero el dinero no puede comprar el tiempo con tus hijos. Gracias a Dios, me siento bendecido, pudo decir que no juego más y puedo tener una buena estabilidad en la vida. No estoy diciendo que me vaya a retirar. Quiero jugar tres años más, retirarme para sentirme joven con mi familia.

Mantente actualizado con Telegram

¿Quieres estar siempre al tanto de la actualidad del deporte cubano? Únete a nuestro canal de Telegram: ¡lleva a Play Off en tu bolsillo! Haz click para seguirnos en: t.me/playoffmagazine

https://googleads.g.doubleclick.net/pagead/ads?ad_type=video_text_image&client=ca-video-pub-4968145218643279&videoad_start_delay=0&description_url=http%3A%2F%2Fwww.google.com&max_ad_duration=30000&adtest=on