En su larga historia beisbolera, Cuba ha tenido pocos peloteros tan mediáticos como Yuli Gurriel, muy querido, pero uno de los más cuestionados de cuantos han pasado por lo diamantes cubanos, y que ahora, brilla en MLB.

Gurriel llegó al mundo del béisbol marcado por la estrella de su padre, Lourdes Gurriel, una de las leyendas de la pelota cubana, pero pasados los 30 años de vida, puede decir que tiene una carrera sólida, por sí mismo, capaz de emular a la de su progenitor que nunca pudo jugar en Grandes Ligas.

El Yuli dejó una entrevista muy íntima con las Avispas Rojinegras. Cuban Sport Live Views, en la que cuenta, entre otras cosas, por qué decidió irse de Cuba rumbo a MLB, y las irregularidades que cometió el Inder, al firmar un contrato con Japón a sus espaldas. Este es un resumen de ese diálogo esclarecedor, en el cual habló de muchos aspectos de su vida personal.

¿Pasó algo específico para tomar la decisión de salir de Cuba o fue algo repentino?

Sí, siempre pasaron cosas, y detrás de una decisión así siempre hay un porqué y esta no fue la excepción. Yo, es verdad que, desde que empecé en el equipo nacional siempre hubo acechos, como quien dice, de los scouts aquí y las personas que se dedican a eso, a sacar peloteros de Cuba. De verdad que no me importó, no me sentía bien, de verdad que no me pasaba por la cabeza nunca, pero a medida que fueron pasando los años en un momento en que había hecho bastantes cosas en el béisbol para mi corta carrera, como yo empecé tan temprano, prácticamente con 17 años, y me pasaron tantas cosas rápidas: Olimpiada, Clásico, y llegó un momento, que no perdí el deseo de seguir jugando, pero llegó un momento que la pasión por el béisbol para mí llegó a un límite, no fue que llegué al techo como tal .

Ya llegaba un momento en que yo jugaba al béisbol de una manera que como lo conocía me acomodaba un poco y eso me asustaba de vez en cuando porque prácticamente a veces no entrenaba y venía y daba dos hits y decía, bueno, mañana entonces voy a hacerlo de nuevo si lo hice igual.

Ya eso me daba el conocimiento que tenía de los otros atletas y demás, y entonces llegó un momento donde perdí un poquito ese deseo de jugar y esa hambre. Vi a los peloteros que vinieron, peloteros cubanos, mis compañeros, que estaban en Cuba, vi el rendimiento que tuvieron aquí hasta que llegó el momento de las contrataciones en Cuba.

Ahí llegó la posibilidad de jugar en Japón apenas que abrieron. Creo que el primero fue Cepeda , después fui yo y vi el béisbol de otra manera, ese bichito de jugar en otro béisbol y de jugar en un béisbol de tanta calidad me lo despertó Japón porque de verdad que viví un momento increíble ahí . Todo el mundo sabe que cada vez que el equipo Cuba sale al extranjero prácticamente es del hotel al estadio, del estadio al hotel, mucha seguridad.

Es demasiado, prácticamente tú ni disfrutas, mucha presión, tienes que ganar y demás y vístete de esta manera. Es algo demasiado sincronizado, no se disfruta tanto, de verdad que se vive una presión siempre bien grande y al ver ese momento y estar ahí solo en Japón y ver esas libertades yo me sentía hasta extraño no me sentía. Yo me decía, esto no puede ser, termina el juego. Para mí fue una experiencia increíble y ver la calidad de ese béisbol de verdad que nuevamente me dio el bichito.

Uno siempre, el cubano, siempre tiene esperanza y el deseo de jugar en Grandes Ligas. Unos lo expresan, otros no, otros se los callan, pero es muy difícil que el pelotero cubano no quiera estar donde están los mejores. Otros se lo reservan, como yo. La gente me decía dale que tú puedes jugar y yo le decía que no, pero por dentro decía, siempre me hubiera gustado jugar en Grandes Ligas.

Después que vine de Japón no quise terminar mi carrera sin que la gente dijera: bueno a lo mejor hubiera podido jugar Grandes Ligas. O, Yulieski tenía buenos números en Cuba, pero no jugó en Grandes Ligas, y lo que pasó con Linares que ha sido de los peloteros más perfectos de la pelota cubana y muchos lo dicen, tremendo pelotero, pero no jugó en Grandes Ligas, y siempre va a tener eso, no se probó, nunca nadie sabe que podía jugar.

Entonces, no quería que me pasara eso y siempre quise que mi hermano pasara su carrera en el béisbol de Estados Unidos. Ya veía que el béisbol cubano con esas decepciones cada vez iba mermando más y a raíz de eso tuve mi problema, siempre tuve mis problemas. Creo que de los pocos porque soy un atleta que nunca tenía problema con nadie, siempre hacia lo que yo quería hacer, no era que yo fuera indisciplinado, engreído como varias veces lo decían, lo que yo siempre iba por mi carril. No se metan conmigo que yo nunca me voy a meter con nada de dirección.

Siempre con los directores tuve un camino, pero cuando vine de Japón, vino mi problema con el contrato al otro año que no se pudo ir prácticamente el gobierno, el gobierno no, el Inder que tenía en ese momento un desastre con los contratos sin ningún conocimiento y me acuerdo de que firmaron el contrato mío sin yo estar presente ni nada. Desde enero habían firmado el contrato y me acuerdo de que termine la Serie Nacional ahí lesionado y me llamaron los de Japón, me dijeron que tenía que estar al otro día y yo sin pensar que había firmado y ya ellos me habían firmado.

Se formó tremendo problema para Cuba y ahí yo les dije que yo no tenía que irme para allá si no había firmado el contrato. Dije que me iba a recuperar en Cuba porque el año antes había estado lesionado allá y ellos no me entendían, sabes que el idioma es bien difícil, tenía un traductor, pero el prácticamente es del equipo de ello. No está a favor mío. Me habían dicho que cómo me iba a quedar allá si ya yo había firmado el contrato.

Ellos no me llamaban para preguntarme si yo quería ir o no, o si me iba a rehabilitar en Cuba, ellos me estaban diciendo que tenía que coger el vuelo al otro día que iba para allá porque yo tenía el contrato. Ahí fue donde yo me desayuné que yo tenía el contrato firmado. Increíble, ellos se quedaron horrorizados también.

Fue bien difícil, vino el problema, me iban a bajar el sueldo, me habían ofrecido si mal no recuerdo, 5 millones en ese momento y por no asistir en esos días que me ausenté por haber firmado el contrato, que yo no lo sabía, me iban a bajar como a uno y pico, que era más del 60 % del contrato.

Entonces, dije que no estaba de acuerdo y ellos me dijeron, bueno, te vamos a llamar dentro de un momento si decides. Me llamaron de nuevo y dije que no y no quería ir al contrato y mi hermano tampoco, que estaba firmado y ahí mismo del Inder dijeron “pero bueno, como tú no vas a querer ir, es buen contrato”. Al final lo anularon, el de mi hermano y mío.

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Imagen cortesía de 2017 Getty Images
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