Marlon Torrientes Pomares, o Nego, como también se le conoce, hizo historia en el 2016 cuando se convirtió en el primer cubano en participar en un torneo internacional de capoeira, en el cual quedó en segunda posición.

Originario del barrio habanero de Jesús María, Marlon Torrientes solía manejar un bicitaxi durante doce horas, para luego irse a entrenar o dar clases. Actualmente vive en Alemania y, al momento de solicitarle la entrevista, dejó en claro que no conversaría con ningún medio que tuviese algo que ver con el INDER.

Tras explicarle brevemente que Play-Off Magazine era una revista independiente, con mucho gusto nos habló de su trayectoria, presente y proyectos futuros, y sobre todo de su amor por la capoeira.

¿Cómo llegaste a la Capoeira?

“Lo primero que vi de la capoeira fue el videojuego Teken 3. Allí había un personaje que se llamaba Eddy, que peleaba con esa arte marcial. Yo tenía 11 años y para mí era un bailador de piso, el breakdancer le decía yo. Me fui enamorando de la manera en que peleaba sin entender lo que estaba viendo”, reveló Marlon Torrientes.

“Lo segundo que vi fue la película Solo los fuertes sobreviven, en la que explican bastante sobre la capoeira. No mucho, pero suficiente para entender. Ahí supe que el personaje del juego no era un bailarín de piso, sino un capoeirista. Y dio la casualidad que tan solo unas semanas después de ver la película, a la salida de la escuela un amigo me dice que unos hombres estaban practicando capoeira en el capitolio”.

“Eso me emocionó mucho y fui corriendo sin quitarme la mochila ni el uniforme, y allí vi a varios alumnos guiados por dos profesores, Maluco y Chocolate, pioneros y pilares de la capoeira en Cuba. Cuando se acabó la clase, le pregunté si podían entrenarme, me dijeron que fuera al otro día y así me uní a su grupo”.

Practicante capoeira Marlon Torrientes
Marlon Torrientes, practicante de Capoeira.

¿Mantienes algún vínculo con ese grupo?

“Cuando tú eres fundador de un grupo tienes alumnos que van subiendo en su graduación hasta llegar a la etapa de profesor, los cuales muchas veces abren subgrupos, y así se van expandiendo los grupos por el mundo. Puede ser también que un profesor forme un grupo con su propio nombre, estilo y filosofía. Incluso hay movimientos que cambian en su forma, técnica y nombre dependiendo del grupo”, dijo Marlon Torrientes. 

“En un inicio pertenecí al grupo Pura Arte, que era el de Maluco y Chocolate. Eventualmente ese grupo se separó, unos alumnos se fueron con Maluco y otros nos fuimos con Chocolate, que fundó el grupo Capoeira Nuevo Mundo, con el tiempo me convertí en su mano derecha y en ocasiones di clases cuando él estaba ausente”.

“Luego empecé a tener mis propias diferencias, porque comencé a desarrollar una visión más moderna, él tenía un enfoque más folclórico y marcial. Me separé y junto a Dionny Daniel Del Campo, otro alumno de Chocolate, formamos nuestro propio grupo, le llamamos Caimán Capoeira”.

“Eso fue en el 2010.  Pienso que nuestro grupo marcó una diferencia en la difusión de la capoeira en Cuba, porque la llevamos a la televisión, a la radio, a los teatros, dejó de estar circunscrita a las calles y se conoció muchísimo más. Hacíamos todos los sábados ruedas en la Plaza Vieja, teníamos mucho público y muy fiel, había gente que iba específicamente a eso”.

“En el 2015 pasamos a pertenecer a un grupo internacional que se llama Simplemente Capoeira, dirigido por mi profesor actual, Contramestre Bala. Y aunque llevo cinco años en Alemania, mantengo un vínculo y un compromiso muy grande con la capoeira en Cuba”.

Experiencias en la arena internacional

Todo empezó porque mi profesor español hizo algo increíble por mí, me invitó a España en el 2016 para participar en una competición internacional de capoeira que él organizaba, eran los Juegos Europeos de Capoeira, en Madrid, había gente de todas partes, no solo de Europa”.

“Era la primera vez que salía de Cuba. Me cuesta decirlo, porque suena poco humilde, pero me convertí en el primer cubano en la historia en participar en un torneo internacional de capoeira, en el que además quedé segundo lugar. Eso me abrió muchas puertas y me hizo bastante popular en los círculos de Europa. En el 2017, año en el que vine para Alemania con mi esposa, me pasaba más tiempo arriba de un avión que en mi casa, pues iba de un evento de capoeira en otro, me convocaban mucho, incluso como invitado especial”.

“En el 2018 participé en la segunda edición de los juegos en Polonia, allí quedé primer lugar. Confieso que en un principio no quería ir, porque a principios de mes había tenido una pequeña cirugía y me estaba recuperando. El médico me dijo que no debía hacer deporte hasta que sanara apropiadamente, y ese mismo mes era el evento y me había comprometido. No fui a ganar, no sé ni cómo lo hice, y tuve rivales increíbles”.

“Después, en el 2019, quedé cuarto lugar, que es el último premio. Ese mismo año tuve mi primera competición en Alemania, internacional también, donde quedé segundo. En Madrid quedé cuarto. Y en el 2020 en París quedé primero, compartido con otro capoeirista, un hecho inédito. Hicimos una revancha tras otra hasta que declararon empate”.

¿Cuáles eran las principales dificultades con las que tenías que lidiar como capoeirista en Cuba?

“En Cuba nos afectaba mucho no tener un local para entrenar, se echaba en falta si llovía, si el sol estaba muy intenso o hacía mucho frío, y como estábamos en la vía pública a veces éramos interrumpidos por gente, borrachos, sobre todo”, recordó Marlon Torrientes.

“Los pies se nos endurecieron en los parques, se nos hacían ampollas grandísimas, era una tortura aprender así. El hecho de evitar rasparte los pies trajo modificaciones a nuestra técnica, ya que a veces a buscando evitar afectar el pie hacíamos los giros de forma distinta”.

“Otra cosa era la falta de vestuario, porque la capoeira lleva un vestuario especial que no se vendía en Cuba. Hicimos algunas cosas nosotros mismos, pero era bastante difícil y era cara la tela. También los instrumentos eran hechos por nosotros mismos”.

“Lo que más nos afectaba era que al no estar reconocidos por ninguna institución cultural resultaba difícil expandir la capoeira a ciertos ámbitos. Por ejemplo, si íbamos a presentarnos a un teatro nos preguntaban a qué institución pertenecíamos. Queríamos hacer de la capoeira una fuente ingresos y nos resultaba complicado”.

“Ahora sí está reconocida por el INDER, institución a la que nunca quise vincularme, porque yo era, y soy de la opinión, de que ese vínculo no ayuda, no da ninguna ventaja pues la capoeira, no va a Olimpiadas ni toma parte en grandes eventos deportivos. Me ofrecieron muchísimas veces pertenecer al INDER como grupo, pero siempre lo rechacé, yo apostaba más por el reconocimiento cultural”.

Practicante capoeira Marlon Torrientes
Marlon Torrientes, practicante de Capoeira.

¿Qué es lo que más te atrae de la capoeira?

“Realmente no sé cómo responder a eso. Creo que aprendí a ver la capoeira de una forma general, y a amar cada uno de sus detalles. Es una pregunta que en quince años que llevo practicándola nunca me la había hecho, pero si tengo que responderte, te diría más de una”.

“La primera es que es un arte marcial subestimado, y me apasiona el hecho de demostrarle a la gente que la capoeira puede ser igual o más poderosa que otras artes marciales. Me apasiona lo diversa que es, te lleva a conocer tanta gente que es increíble, genera mucha familiaridad”. 

“Cuando vivía en Cuba le di clases a muchos extranjeros, y hoy tengo muchos alumnos regados por el mundo que incluso me los he encontrado, y gracias a muchos de ellos se me hizo bastante fácil empezar de cero en Alemania. Me apasiona el hecho de estar en un círculo con gente haciendo palmas, tocando música, cantando, pelear al compás de un ritmo, es algo increíble y que me llena, solamente hablar de eso me da muchas ganas de entrenar”.

¿Tienen alguna vertiente comunitaria o social los grupos de capoeira?

“Algo que heredé de mis antiguos maestros es que ellos intentaban sacar a los muchachos de las calles, chicos que andaban en malos pasos y que cambiaron a partir de la capoeira, gente que incluso hoy son personas exitosas fuera de Cuba y quizás, de no ser por la capoeira, estuvieran presos. Y eso es algo que he seguido haciendo en Berlín a través de proyectos comunitarios. De hecho, puedo asegurar que mi mayor logro ha sido los alumnos que he formado”.

¿Por qué eres renuente a hablar con medios oficialistas cubanos?

“No quiero tener nada que ver con esa dictadura, porque todo lo relacionado con ella me resulta repudiable y una manipulación. Me siento muy triste por lo que están pasando todos mis hermanos en Cuba. Sería un hipócrita si le diera una entrevista a una institución o medio oficialista, ya que se sabe que todo en ellos debe tener la aprobación y pasar por los filtros de la dictadura. Me estaría traicionando a mí mismo, porque aquí me he manifestado un montón de veces por la libertad de Cuba”.

¿En qué fase te hayas como atleta actualmente? ¿Algún proyecto entre manos?

“Desde que llegué a Alemania no le he puesto todo el empeño que debería a la Capoeira. He trabajado en escuelas dando clases a adolescentes, ahora doy clases en un gimnasio, pero no me genera suficientes ingresos como para vivir de eso. Pudiera vivir de la Capoeira, pero le di más prioridad a la familia, a establecerme en este país y a reinventarme como fotógrafo y videógrafo que es un trabajo más estable”.

“Actualmente trabajo para el gobierno, para varios distritos aquí en Berlín, documentando los proyectos sociales que se hacen.  Y sí tengo oportunidades de hacer de la Capoeira mi principal fuente de ingresos, porque me hacen muchas ofertas ofreciéndome trabajo como profesor, pero he querido vivir mis dos pasiones, porque también disfruto mucho la fotografía”.

“La Capoeira acá a veces me desmotiva un poco, aquí la gente suele ser menos activa físicamente, y no se la toma tan en serio como en Cuba, no es tan apasionada. Berlín es una ciudad de gente de negocios, y por lo general hay bajo nivel en todo lo que tengo que ver con actividades físicas”.  

“Este año, en mayo, voy a organizar mi primer evento de Capoeira en Europa, tres intensivos de graduaciones con invitados de otros países, es un evento que lleva muchísimo trabajo. Hace poco me invitaron a un torneo en París, en febrero, pero he decidido no ir ya que no me considero en forma, y a mí me gusta ir para ganar. No obstante, me he propuesto este año recuperar ese fuego interno que antes solía ser más intenso”.

“Soy una persona que cree mucho en la capoeira y nunca me voy a cansar de agradecerle por la maravillosa vida que me dio. Hoy estando acá siempre recordaré la infancia y adolescencia hermosa que tuve gracias a la capoeira”.

“Cuando la practicaba escapaba de mis problemas y me sentía totalmente libre. Yo soy quien soy hoy en día gracias a la capoeira. Voy a practicarla hasta que ya no pueda mover un músculo. También me gustaría decir que agradezco muchísimo a mis alumnos, a mi compañero Dionny Daniel Del Campo, que fundó conmigo Caimán Capoeira, a mi profesor y en especial a mi madre, que es una guerrera y siempre me apoyó en todo”, concluyó.

Mantente actualizado con Telegram y disfruta nuestras historias en YouTube

¿Quieres estar siempre al tanto de la actualidad del deporte cubano? Únete a nuestro canal de Telegram: ¡lleva a Play Off en tu bolsillo! Haz click para seguirnos: Canal de Telegram Play-Off Magazine.

Historias de deporte cubano contadas con una mirada profunda a la vida personal de los protagonistas y la sociedad, Para disfrutar nuestras exclusivas suscríbete en: Canal de YouTube Play Off-Magazine

Imagen cortesía de Cortesía del entrevistado