El atletismo cubano tiene ante sí un nuevo reto, cuando en solo unas horas inicie el Campeonato Mundial de Eugene 2022 y como analicé en un comentario anterior, existen pocas opciones de agrandar el medallero histórico en este tipo de eventos, al punto de que las autoridades de este deporte prefirieron viajar sin pronósticos.

Esta realidad, contrasta sobremanera al revisar las actuaciones de los representantes antillanos en versiones precedentes, pues en todas se llevaron al menos una presea. Vale la pena entonces repasar cómo llegó la cúspide en estas lides.

Nos remontamos al año 1997 y es que la capital griega, Atenas, cuna del olimpismo, acogió del 1 al 10 de agosto la cita del campo y pista. Cuba arribó luego de un pobre resultado en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde solo conquistó una presea de plata (Ana Fidelia Quirot) y otra de bronce (Yoelbi Quesada).

El desenlace sería diferente en Grecia, pues “la preparación fue controlada, sobre lo que pasó en Atlanta, por un colectivo de técnicos y entrenadores”, nos asegura el exvallista, directivo y entrenador, Lázaro Betancourt.

Por la delegación caribeña compitieron 20 atletas, quienes consiguieron cuatro metales dorados (Ana Fidelia Quirot, Javier Sotomayor, Iván Pedroso y Yoelbi Quesada); uno plateado (Norberto Téllez) y otro bronceado (Aliecer Urrutia), además de dos cuartos lugares (Iván García y relevo 4×100 masculino), un sexto (Sonia Bisset) y dos séptimos (Olisdeilys Menéndez y Emeterio González).

El “Príncipe de las Alturas” concursó el 4 de agosto en las eliminatorias y superó la marca exigida para clasificar de 2.28 metros (m) en su primer y único intento de la jornada. Dos días después, el “Soto” arrancó con el pie izquierdo al cometer foul en los 2.25, que posteriormente rebasó sin dificultades, renunció a 2.29 y voló por encima de 2.32 y 2.35 en la primera oportunidad. Un fallo sobre 2.37 no impidió que, en el segundo chance, el campeón olímpico de Barcelona 1992 saltara hacia el oro con lo mejor de la temporada.

Por su parte, el “Saltamontes”, Iván Pedroso, salió al campo el 3 de agosto y avanzó a la final con 8.11 m en su único brinco. La discusión de las preseas se celebró el día 5 y, en su primera incursión, Pedroso se estiró hasta los 8.42 para dejar estupefactos a sus rivales. El actual entrenador de Yulimar Rojas desistió de saltar hasta el sexto turno, donde registró apenas 7.60, pero la gloria estaba de su lado, al punto de que incluso el norteamericano, Erick Walder, tuvo mejor secuencia al contabilizar marcas por encima de 8.15.

La “Tormenta del Caribe” corrió la eliminatoria de los 800 metros planos el 6 de agosto y entró como líder a la meta con tiempo de 2:01:56 minutos. Al día siguiente, Ana Fidelia encabezó su semifinal con 1:59:37 y guardó la fuerza de sus zancadas para dos fechas más tarde. El 9 de agosto, la Quirot con 34 años, saboreaba las mieles del triunfo planetario por segunda vez en su carrera, al superar con 1:57:14 a enconadas contrincantes como Yelena Afanasyeva y María Mutola.

El triple salto masculino tenía una gran rivalidad en la época entre Yoelbi Quesada, el recordista del orbe, Jonathan Edwards y el titular olímpico de Atlanta, Kenny Harrison. Entretanto, Aliecer Urrutia quería meterse en la fiesta y lo consiguió.

La clasificatoria, celebrada el 6 de agosto, evidenció la gran forma de Quesada, quien mandó con 17.42 m, mientras Urrutia lanzaba sus credenciales con 17.11. Dos jornadas después, el primero se coronó desde el comienzo al marcar una espectacular frecuencia de 17.60, 17.82 y 17.60 y no necesitó regresar porque era inalcanzable para el resto. Aliecer clavó los pinchos en 17.64 y conquistó el bronce, a solo 5 centímetros de la plata.

En los 800 metros planos masculinos, Norberto Téllez buscaba entrar en el podio, luego de aquella memorable final de Atlanta, donde con 1:42:85 minutos quedó cuarto a solo 27 centésimas del oro y seis del bronce.

Téllez venció en su heat eliminatorio el 4 de agosto con 1:46:44 y en cuartos de final el día 5 con 1:44:82. Casi 24 horas después, la carrera semifinal concedió su pase como segundo con 1:45:37. Esta vez, la “suerte” estaba del lado del cubano pues con 1:44:00 se agenció el segundo escaño, solo superado por el otrora recordista Wilson Kipketer.

Aliacer Urrutia
Aliecer Urrutia

Más allá de los premios, debemos resaltar la labor del velocista Iván García con su cuarto lugar en los 200 y el relevo 4×100 junto a Luis Alberto Pérez Rionda, Alfredo García-Baró y Misael Ortíz. También destacó una joven jabalinista Olisdeilys Menéndez, quien con apenas 16 años terminó séptima con 63.76, una muestra de lo que sería capaz de conseguir.

En sentido general, el desempeño de Cuba en el Campeonato del Mundo de Atenas 1997 resultó sobresaliente, al llevarse el tercer puesto en el medallero por países, solo detrás de potencias como Estados Unidos y Alemania, y el octavo por puntos. Asimismo, muchos de los atletas alcanzaron sus marcas más sobresalientes del año o se acercaron a ella.

A casi 25 años de aquellos méritos, el atletismo mira a Eugene con escepticismo, entre los abandonos y las marcas discretas. Repetir o superar lo sucedido en la capital griega se antoja tarea difícil en el corto y mediano plazo.

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Imagen cortesía de Collage