Pablo Miguel Abreu, uno de los grandes curveadores de la pelota cubana, no olvida un altercado que vivió con Víctor Mesa después del cual ambos expeloteros forjaron una gran amistad.

Este lanzador cubano tuvo una carrera corta, pero muy intensa, pues, aunque solamente jugó en doce series nacionales, en siete de ellas fue seleccionado el mejor lanzador zurdo del país.

El llamado Chapman de los 80 tuvo una efectividad de 3,62 carreras limpias por juego y le batearon para 244 cuando existía el bate de aluminio y el béisbol cubano atravesaba por uno de sus mejores momentos. Entonces, ganó 72 y perdió 48 partidos.

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Pablo Miguel era el clásico lanzador que todos evitaban, el que nadie quería enfrentar. De elevada estatura y mirada punzante, era capaz de humillar al mejor de los bateadores del momento con solo tres lanzamientos.

Como parte de su carrera, se vio envuelto en un desencuentro con Víctor Mesa que fue saldado con las paces y una amistad.

Según comentarios de aficionados, aquel desencuentro siguió después de que se terminó el encuentro y los suspendieron a ambos más de diez partidos.

“En realidad, yo fui el culpable de aquello, era muy joven e inmaduro. Un día estaba en una fiesta y vi cuando Víctor se robó el home. Al otro día, en el entrenamiento, robaron en nuestro club house y entre las cosas estaba mi reloj, la cogí con él y cuando nos enfrentamos en la selectiva, se formó. Empezamos en el estadio y terminamos en la Finca de los Monos. Después, cuando integramos el equipo Cuba para los Panamericanos, hicimos las paces”, recuerda Pablo Miguel.

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Aquel suceso tuvo, posteriomente, un momento “divertido” que aconteció en el terreno y que también tuvo que ver con los dos.

“Lo mejor de la historia sucede en el juego contra Puerto Rico, yo estaba lanzando y me dan un batazo largo entre right y center y Víctor hace uno de las mejores atrapadas de su vida, cuando se acaba la entrada se me acerca y me dice: ‘Fíjate, si no hubiéramos sido amigos, seguro que dejaba caer esa pelota’. A partir de allí somos grandes amigos, donde quiera que nos encontramos compartimos juntos”, contó el zurdo.

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