Cuando abandonó el equipo Cuba en Estados Unidos dejando todo detrás, Rolando Arrojo era una pieza clave en el conjunto nacional que se aprestaba para luchar en los Juegos Olímpicos. Tenía casi la certeza de que nunca volvería a su país.

“El 9 de julio de 1996, el día de su fuga, el serpentinero, que lanzó en Cuba para los equipos de Citricultores (Matanzas) y Villa Clara, se paseaba como fiera enjaulada por la habitación del hotel en que se hospedaba el equipo cubano en la ciudad de Albany, estado de Georgia. La selección de la isla ya estaba en suelo estadounidense, como parte de una avanzada de la delegación cubana y entrenaba en Albany, a 183 millas de la sede olímpica”, contaba Jorge Morejón en ESPN.

Rolando Arrojo era una estrella de la pelota cubana, un lanzador probado que al momento de su partida tenía récord de 154-98 y efectividad de 3.50, pero en su mente estaba labrarse un futuro junto a su familia en otro país.

“La ansiedad lo devoraba y apenas sonó el teléfono de la habitación, saltó como un tigre y lo tomó al segundo timbrazo. La llamada que estaba esperando le confirmó que su esposa y sus hijos ya habían llegado a buen puerto. Sin mirar atrás, el lanzador se fue rumbo a una nueva vida, cuya planificación comenzó cuatro años antes, en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992”, recuerda Morejón.

El serpentinero había dado el paso y pese a que llegó un poco tarde a MLB, como otros grandes de la Isla, el 1 de abril de 1998 el hombre de Villa Clara debutó en Grandes Ligas con Tampa Bay. Esa temporada, ganó 14 triunfos y fue al Juego de las Estrellas. Incluso, terminó segundo en la votación por el Novato del Año en la Liga Americana.

El Tifón acumuló 5 años en MLB y pasó por Tampa Bay, Colorado Rockies y Boston Red Sox. Al final, lanzó 700 entradas con efectividad de 4.55, y acumuló 40 triunfos y 42 reveses.

Tantos años después, el mítico lanzador antillano Rolando Arrojo conversó con su amigo, rival en la pelota cubana y MLB, y también leyenda, Orlando El Duque Hernández, en el programa La Estrella Invitada, en una entrevista en la cual contó sobre su paso por la pelota cubana, la fuga, Grandes Ligas y dio su parecer sobre el pasatiempo en Cuba.

¿Cómo fue tu llegada al béisbol?

Nací en un poblado muy pequeño, San Juan de los Yeras, bien chiquito, pero muy acogedor. Pensé siempre en jugar béisbol, pero estuve en la EIDE en fútbol, aunque el béisbol ganó. Llego a la pelota por Pedro Pérez, un segunda base de Azucareros, que me enseñó lo básico. Después a Aquino Abreu en el preuniversitario le encantó mi forma de jugar, y de batear y tirar de los jardines y me puso a lanzar.

Debut con Matanzas y Novato del Año

La primera Serie Nacional la hice con Matanzas de novato, en 1984. Estaba en la preselección nacional juvenil con René Arocha y Euclides Rojas, me dan un pase de 3 o 4 días y llego a mi casa y estaba la citación para el servicio militar. El guajiro noble se presentó, me montaron en un camión y ya. Fueron a buscarme y dijeron que no. Ese año, hice preselección del equipo Cuba grande, en el Psiquiátrico, para el Mundial de La Habana y me eliminaron el último día. Pedro Chávez, por novato, no quiso llevarme. No me dolió, porque miraba a esa gente como profesores míos. Yo decía, no puedo estar ahí. Estaba asustado.

¿Qué significó ser Novato del Año?

Fue un gran comienzo, tuve que batirme fuerte con Eduardo Cárdenas.

Juegos Olímpicos de 1992

Dura competencia para hacer equipo. El último día no hago el quipo. Me eliminaron por la mañana en un salón y fui y recogí las maletas, y cuando estoy recogiendo mis maletas me llaman y me preguntan si quiero hacer el equipo. Y lo hice.

Si tuvieras que describir tu brazo, ¿cómo sería?

Un látigo, muy flexible.

Recuerdos sobre los equipos de Villa Clara en los 90, aquellas poderosas novenas

Era para quitarse el sombrero ante la alegría con que jugaban esos muchachos. Era un tren, daba gusto verlos jugando.

¿Receptor con quién mejor te llevaste?

 Ángel López. El mejor.

Equipo y lanzador más difíciles en Cuba

Siempre era Industriales. Y lanzador, Orlando Hernández. Siempre nos ponían en contra. Pichear en el Latino era una escuela. No me gustaba enfrentar a Lázaro Vargas, que incomodidad. Muy incómodo.

Menciona un entrenador que te marcara

Pedro Pérez. Un maestro y educador, pura enseñanza y disciplina.  

Cuéntanos sobre el año 1996 y la decisión de dejar el equipo Cuba

Era un año en el que venía muy bien, tú ya no estabas con nosotros (dice a El Duque). Fue la primera vez que jugábamos contra profesionales japoneses. Les pude dar no hit no run en siete innings, a los siete días, no hit no run a Nicaragua, y después a Estados Unidos le pusimos los 9 ceros. Decidí ser un poco más libre [cuando dejé el equipo Cuba], buscar libertad, buscar un futuro para mis hijos y gracias a Dios, se cumplieron las expectativas. Y como le dije a un periodista una vez, ‘cambié mi medalla olímpica por el futuro de mis hijos’.  No me arrepiento y lo vuelvo a hacer si tengo que hacerlo.

¿Cuándo pensaste en emigrar?

Hacía mucho tiempo atrás, pero cuando René Arocha viene a jugar a San Luis fue como un termómetro para nosotros pues René era el ídolo mío desde joven. Era el espejo de todos los jóvenes de Cuba pícheres. Decíamos, “René seis y cero como novato, con San Luis, ¿qué es esto?”. Entre nosotros lo conversábamos. Escondidos, pero lo conversábamos.

¿Cómo te imaginabas MLB?

Bien difícil. Bien fuerte. Al principio fue así, pero llega un momento en que uno se relaja y creas un ambiente en que dices, yo pertenezco a esto.  

Firma con Tampa Bay

En 1997, pero no tenían Grandes Ligas, y me tocó jugar la Liga de Florida, clase A. En el 1997 me mandan para Arizona en la Liga de Verano. Me decían el papá, el padrino.

Háblanos sobre el año de Novato con Tampa y el Juego de las Estrellas de 1998

Qué emoción, increíble, ser el único del equipo. Eso fue impresionante. Sin hablar inglés, no conocí a nadie.

Los años en Cuba nos quitaron años en MLB

No es fácil pichear más de 2000 innings en Cuba y llegar al béisbol monstruoso de MLB en donde los bateadores estaban bateando por encima de lo normal.

Recuerdos del juego en que nos enfrentamos en MLB (EL Duque contra Rolando Arrojo)

La gente no sabe que ese día calentamos juntos en el left field, como si estuviéramos en el equipo Cuba.

¿Cómo te sentiste cuando te vestiste por primera vez en el equipo de Tampa Bay?

Es increíble, ese momento pasa tan rápido, no es fácil describirlo. Eres un niño con juguetes nuevos.

¿Qué te ha dejado el béisbol?

Todo. Bueno recuerdos, los mejores recuerdos de mi vida y muchos amigos.

¿Por qué El Tifón?

Fue un periodista de Santa Clara que le puso nombre a cada uno de los peloteros de la Maquinaria Naranja.

Opinión sobre Víctor Mesa como jugador

Era el capitán, quien se echaba el equipo al hombro, que empujaba cuando no podíamos más. Era el que más ánimo daba, quien más corría.

Plato favorito de Rolando Arrojo

Puerco frito y yuca   

¿Qué no puede faltar en tu casa?

El amor.

Bateador que siempre te bateó bien

Fausto Álvarez.

Algo que te dé miedo

La serpiente.

Experiencia más extraordinaria que has vivido

En el béisbol, el Juego de las Estrellas. Me emocionó bastante.

¿Qué te gustaría volver a vivir?

Ser cubano.

Si vuelves a nacer, ¿qué deporte escogerías?

El béisbol, definitivamente.

¿Qué crees de la sabermetría?

No me gusta. Matan un poco el béisbol. ¿Cuántos nos retiramos sin saber cuánto mide de home a segunda?

¿Qué cree Rolando Arrojo sobre el béisbol actual de Cuba?

Está estancado. Por los motivos que sean. Tiene que abrirse al mundo y dejar que los muchachos jueguen, que viajen con sus familias. Los equipos grandes en Cuba ya no son tan grandes, la calidad ha mermado. Veo los juegos a cada rato. Esos promedios de equipos en 300, eso nunca se vio. Ha bajado la calidad porqué aquí [Estados Unidos], se enseña mejor el béisbol. Con más pasión, interés. En Cuba no se enseña el béisbol como antes, no hay academias, áreas especiales. 

¿Podrá regresar el equipo Cuba a planos estelares?

Si juegan los que están aquí [Estados Unidos], sí. Tienen mucho chance. Los peloteros de Cuba en MLB, impresionantes. Para mí Pito Abreu es el mejor pelotero de Cuba que he visto. El mejor prospecto, Omar Linares; pero el mejor pelotero, Pito Abreu.

Randy Arozarena

Jugó con Tampa, yo vivo aquí. Tampa entera se enamoró de él. Puso a saltar a una ciudad entera. Tremendo pelotero, buen fildeador. Corredor. Juega con amor a la pelota.

José Fernández

Tuve la suerte de enseñarle algo del picheo, junto con Orlando Chinea. Trabajé un año con él. Creo que estaba ya entre los 10 mejores de MLB. Lástima que se nos fue temprano. Tremendo bateador también que no pudo explotar.

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